Pero como una transición dentro del mismo Estado liberal de siempre.
"-Usted
cuestiona el concepto de representación y la política pensada desde el
Estado, pero en muchos gobiernos de América Latina las más importantes
transformaciones políticas se realizaron desde el Estado. La militancia,
que es un elemento que usted reivindica, se movilizó desde el gobierno
nacional, en el caso de la Argentina. El peronismo es una forma política
que logra transformar la subjetividad y despertar la toma de conciencia
en torno a los derechos de los más desposeídos desde el poder del
Estado. ¿Cómo analiza estas experiencias?
-Hemos conocido esto
en Estados Unidos y en Europa antes que en América Latina. Le voy a dar
como ejemplo el New Deal de Roosevelt: después de la gran crisis de
Estados Unidos, fue una transformación de la situación a partir del
Estado. En Francia, en el momento de la Liberación, hubo una etapa que
fue de providencia, una parte de la acción militante se realizó
alrededor y a partir del Estado. También en los años cincuenta y sesenta
en Inglaterra. Hay momentos en la historia, después de un largo período
de opresión del Estado, que se transforma y se coloca al nivel de la
situación popular pero es sólo un momento, es para pasar a una nueva
etapa del Estado liberal. Es una transición.
-Pero
ciertos líderes, como nuestra Presidenta, Cristina Fernández, instalan
un nivel de conflicto con las corporaciones económicas que funciona como
una suerte de revelación para ciertos sectores.
-Es una
transición en que el Estado debe volverse legítimo, debe ser reconocido
por su pueblo. Es como el caso de Lula en Brasil, como el momento actual
argentino o lo que sucede en Bolivia, pero recuerde que fue la misma
situación del Estado francés e inglés en los años cuarenta y cincuenta.
Roosevelt en Estados Unidos fue elegido tres veces y habría sido
reelegido cinco veces, de ser posible. Previamente hubo un período en
que el Estado no podía seguir como antes. Estaba demasiado separado de
la población, necesitaba un largo período para reconstruir su
legitimidad y ese período puede incluir hasta etapas casi de socialismo.
Por ejemplo, después de la Liberación, el gobierno francés nacionalizó
la mitad de la economía francesa y no era para nada un gobierno
comunista, era un gobierno en manos de De Gaulle. Se había llegado a un
momento donde el desequilibrio entre el Estado y la sociedad se volvió
tan grande que sólo podía seguir con una violencia extrema. Entonces,
desde el punto de vista del capitalismo mismo, esta violencia es
peligrosa e inútil; es mucho mejor reconquistar una legitimidad y
desarrollar la situación dentro de esa legitimidad, pero el sistema
social y político de base no cambia".
Fuente
¿Esa pasión europea de no comprometerse con procesos que le son externos, no sólo espacialmente, sino principalmente esenciales?
Sólo pienso en qué afortunados somos de tener pensadores de acá, de Latinoamérica.
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1 comentarios:
Debe ser tirando a aburrido ser un superado como Badiou.
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