Es una gran patriada la del centenario partido. Se ha animado a enfrentar a las empresas periodísticas que hasta hace poco le dirigían sus movimientos desde una simple columna de opinión, donde habitualmente era retado hasta la humillación para que defendiera los intereses económicos y comerciales de particulares, en detrimento del bien común. Con el debate por la recuperación de YPF, se ha desatado una guerra como la que se produce cuando el hijo decide seguir su propio camino, porque básicamente ve que por que el que le marca su padre las cosas no le salen bien.
Entonces, Ricardito sube el tono y se anima: "Tras la aprobación del proyecto oficial en el Congreso de la expropiación de YPF, el diputado radical Ricardo Alfonsín, quien votó a favor de la norma que acaba de ser promulgada por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, atacó hoy a la columna de opinión de Joaquín Morales Solá, que se publicó en La Nación y donde el periodista criticó duramente la postura radical a favor del proyecto kirchnerista.
“Me parece gravísimo y me sorprenden las
insinuaciones que hace, es una barbaridad lo que dice, y no tiene
derecho a decir eso”, dijo el diputado, al referirse a las acusaciones
del periodista, en la que trata al radicalismo de haber votado a favor a cambio de poder nombrar "más empleados" en la Cámara de Diputados.
“¿Qué les pasó a los radicales? ¿Fueron víctimas de un "chantaje
emocional", como lo calificó el diputado Oscar Aguad, el líder de la
media docena de diputados radicales que se sublevaron entre 40
obedientes? Había muchos más diputados radicales dispuestos a
desobedecer la increíble orden partidaria. Uno a uno fueron cayendo
seducidos por promesas de que podrán nombrar en la Cámara de Diputados a
más empleados que los que ya tienen”, dice la columna de Morales Solá.
Y puso furioso a Alfonsín, que durante una entrevista con el programa La Vaca Atada
de Radio Identidad. “Nosotros hemos actuado haciendo lo que creíamos
que corresponde, podemos estar equivocados, puede que no compartan con
nosotros, pero no puede uno relacionar las categorías amigo-enemigo en
política, y estamos viendo que esto no lo hace solamente el oficialismo,
sino también otros que no comparten con el oficialismo, sobre todo
desde algunos medios”, señaló el diputado, sin nombrar a Morales Solá.
“Creo que en fondo lo que existe es la pretensión de recuperar el
bipartidismo eliminando al radicalismo. Y como hoy no existe un partido
conservador como el que podía expresar el partido militar, en términos
económicos y sociales, quieren recrearlo. Con esta
intención trabajan el gobierno y el oficialismo, ayudándolo al Pro,
transformándolo en destinatario de todas sus críticas, pero también
están trabajando para recrear ese partido conservador liberal”, agregó.
Finalmente, dijo: “Se parece mucho al periodismo militante también, ¿eh?”".
Hoy, Clarín publica asépticamente el incidente: "El jefe del bloque de diputados de la UCR, Ricardo Gil Lavedra,
rechazó ayer las sospechas sobre el reparto de favores entre integrantes
de esa bancada por parte de las autoridades kirchneristas para que
voten la expropiación de YPF.
"Es absolutamente falso" ,
dijo, al replicar el artículo publicado en el diario La Nación en el que
se aludía a promesas de contratos a los diputados para “el nombramiento
de más empleados en la Cámara de Diputados”.
Como dice Sandra: "Pero la pelea de esta democracia es la de la política contra las
corporaciones. Las fuerzas que disputen un lugar real, con ancla en el
electorado y no en los entrevistadores apretadores o los columnistas
biliosos, hacen bien en comprenderlo porque los grandes medios ya han
demostrado su impotencia y su deslegitimación ante ese mismo electorado
que es simultáneamente público espectador, oyente o lector. No son los
grandes medios ni los lobbystas de las pautas monumentales los que
pueden avasallar a la política con la total impudicia con que lo hacen,
pero esta vez no obtuvieron las respuestas que esperaban, como no lo
hicieron tampoco con Malvinas. Siguen fuera de eje, exasperados hasta el
frenesí, incapaces, por otra parte, de garantizar la buena imagen de
aquel a quien eligen. Apenas pueden blindar, pero tienen el vidrio
agujereado".
Página recuerda: "Los primeros en hacer alusión a “operaciones” políticas realizadas
dentro y fuera del partido radical para torcer su decisión fueron los
senadores Gerardo Morales y Juan Carlos Marino, cuando el tema YPF pasó
por la Cámara alta. “No es la mejor herramienta –señaló entonces
Morales–, pero estamos acá para votar a favor por más que estén haciendo
operaciones algunos de mi partido, con la ayuda de algunos otros de
afuera.” Más explícito fue Marino: “Parece que algunos medios de
comunicación no entienden el rol de la UCR. Hay periodistas que tienen
que entender que en estos temas no le tienen que pedir a la UCR que vote
en contra de sus convicciones”. En el Senado, los 14 integrantes del
bloque radical votaron unidos, a pesar de las discusiones internas.
Ahora que el tema pasó por Diputados, fueron Gil Lavedra y Alfonsín
los encargados de rechazar las presiones, alimentadas por la rebeldía
del cordobés Oscar Aguad y un grupo de cuatro diputados que no acataron
la decisión mayoritaria tomada por el partido. Se trató de Aguad,
Hipólito Faustinelli y Hugo Castañón, que se retiraron del recinto antes
de votar; Lucio Aspiazu, que votó en contra, y el catamarqueño Pedro
Molas, que nunca apareció por Diputados, alegando motivos de salud".
Mientras, La Nación se esfuerza por mostrar a los partidos opositores -que apoyaron al gobierno no sólo en el tema YPF sino también en el de Malvinas- como en crisis, divididos, con grietas. Les hace pagar el costo de haberse atrevido a romper con ese precepto que tanto daño les hizo estos años: oponerse por ser opositores. No apoyar nada, para así desgastar al gobierno K. Algunos se están dando cuenta que por ese camino sacaron el 12% de los votos. No hay que dejarlos solos.
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