miércoles, 31 de enero de 2018

Las nuevas #BecasProgresar favorecen a los estudiantes de mejor posición económica

Mauricio Macri relanzó ayer el programa Progresar, que ahora se llamará Becas Progresar y pasará de la órbita de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS) a la del Ministerio de Educación.
Macri dijo que el monto de las becas aumentará un 15,7% en lo que es educación primaria y secundaria y los cursos de formación profesional, y en terciarios y universidades subirá como mínimo un 48%, con refuerzos en "carreras estratégicas".
Los montos del plan habían sido congelados por el gobierno de Cambiemos cuando asumió, en diciembre de 2015, y sus beneficiarios habían tenido problemas para cobrar la beca.
En esos dos años, la inflación acumulada fue de más del 60%, por lo que el incremento anunciado ayer por el presidente (15,7%) no llega a cubrirla.
La economista y docente de la UBA (Universidad de Buenos Aires), Lucía Cirmi Obón, marcó otros aspectos preocupantes de los cambios decididos por Macri en este plan que originalmente buscaba apuntalar el esfuerzo educativo de jóvenes de grupos vulnerables.
"El Progresar partía del conocimiento científico de que las desigualdades entre hogares hacen que los jóvenes de estratos más altos tengan mejor rendimiento académico que los de estratos más bajos: los ricos terminan los estudios, se sacan mejores notas y aprueban más materias", evaluó Cirmi Obón.
"La desigualdad social en el rendimiento académico ocurre porque los y las jóvenes de estratos más bajos se enfrentan más temprano a responsabilidades de cuidado, a tener que trabajar para bancar la familia, a un contexto de inestabilidad. O sea, no es que no encuentran incentivos para estudiar. Tienen menos tiempo, menos plata y menos estabilidad para estudiar", caracterizó en su cuenta de Twitter.
Quien fuera coordinadora del Progresar advirtió que "con las nuevas exigencias de rendimiento, los que tengan mejor situación socioeconómica (y por ende mejor rendimiento académico) van a recibir mejor ayuda del Estado, cuando debería ser al revés. Antes, la lógica era: necesitás más plata para poder estudiar mejor. Ahora es: sólo si estudiás mejor te vamos a dar más plata. Pero la realidad es que para poder estudiar mejor necesitás más plata. Es un loop".
"Ahora, una/un joven que tiene responsabilidades de cuidado -y que por ello puede cursar menos materias por año- va a terminar recibiendo menos beca que alguien que no tiene niños a cargo y que paradójicamente tiene menos gastos. A los estudiantes universitarios sin Becas Progresar se les exige una cantidad baja de materias aprobadas por año para mantener su condición de alumno. Ahora, justo al subgrupo que más les cuesta estudiar, le van a exigir más materias", se lamentó Cirmi Obón.
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"Lejos de ser un plan, el Progresar es un derecho"

viernes, 19 de enero de 2018

Cuando Eduardo Amadeo aseguraba que Elisa Carrió fue "colaboracionista" de la Dictadura

Comparten actualmente el interbloque Cambiemos: Eduardo Amadeo, desde el peronismo macrista (si se permite la conjugación); Elisa Carrió, desde la Coalición Cívica post UCR. Ambos son filosas espadas mediáticas a la hora de defender al gobierno de Mauricio Macri.
Pero durante el kirchnerismo no compartían el mismo espacio, y hasta se criticaban fuertemente a través de los medios de comunicación.
En una columna de opinión en el portal La Política Online del 2010, Amadeo la emprendió contra Carrió en el marco de las múltiples disputas que se daban dentro del arco opositor, un año antes de que fuera derrotado ampliamente por Cristina Fernández de Kirchner con el 54% de los votos.
En dicho artículo, el actual diputado oficialista recordó el pasado de la chaqueña durante la Dictadura cívico-militar: "La vida personal de Elisa Carrió, en especial en lo referido a sus relaciones familiares, tiene episodios oscuros que alcanzan para generarle mucha culpa; pero - para no caer en su misma metodología- preferimos no comentarlos.
Pero su vida pública es pública; y sus datos pueden ser encontrados fácilmente en Google; y cualquier análisis superficial muestra buenas razones para que la culpa lleve a Elisa Carrió a intentar limpiar su conciencia colocando en los demás sus propios defectos.
Quien hoy se exhibe como fiscal de la moralidad; quien afirma su heroísmo cotidiano como una virtud, tuvo una oportunidad para ser coherente aún con los valores y el mandato de una distinguida familia argentina – como son los Carrió- y los dejó de lado.
En efecto, Elisa Carrió fue Fiscal de Estado del Chaco, desde el 78 al 80 (nombrada por Videla) y luego Secretaria del Tribunal Superior, desde el 80 al 83 (nombrada en ese cargo por Viola con nivel de Juez de Cámara). Obviamente, ello no la hace responsable de los crímenes de la dictadura, salvo que se tome en cuenta que una de las peores masacres de ese tiempo, la de Margarita Belén, en el que se asesinaron 22 militantes políticos, estaba en trámite en su jurisdicción, y Elisa Carrió guardó un silencio cómplice que seguramente facilitó la impunidad de sus autores. Consultada en su momento, la respuesta de Carrió fue que “necesitaba de la obra social”; respuesta inverosímil ante una situación económica familiar no precisamente indigente.
Carrió fue en ese momento -cuando muchos de quienes ella agrede cotidianamente se jugaban la vida- una colaboracionista; de aquellas que eran rapadas al final de la II Guerra Mundial por su apoyo a los nazis".
No conforme con el calibre del ataque, Amadeo finalizaba: "Carrió busca inconscientemente que alguien , de su adentro y de su afuera, la mire y la perdone. Tal vez sea por eso -o por miedo a que llegue quien ha de castigarla- que en las entrevistas televisivas mira compulsivamente hacia atrás, en una costumbre de raíz inconsciente que no han conseguido sacarle sus asesores. Agredir y difamar a otros es para este tipo de patologías una manera perversa pero inútil de resolver el dolor interior, y evitar el castigo al que tanto teme".
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Elisa Carrió investiga cómo actuaron los organismos de derechos humanos en el caso Maldonado

miércoles, 17 de enero de 2018

Video: niños corren el camión de la basura para conseguir "comida"

Un grupo de chicos corre detrás de un contenedor de desechos que pasa por el barrio Las Delicias, de Río Cuarto (Córdoba): intentan "rescatar" algo entre los residuos para poder "alimentarse".
"Comen la carne que tiran. Es un peligro para los chicos. Todo vencido", subraya una vecina de esta barriada, una de las más pobres de la ciudad. "Cada tres días viene el contenedor", afirma uno de los pequeños entrevistados por el canal 2 Cablevisión.
Ese día el camión no tiró los desechos donde habitualmente lo hace por la presencia del equipo periodístico, se lamenta otro de los chicos.
"En mi casa no me dicen nada. La comemos", agrega cuando se le pregunta si sus padres están al tanto de dónde proviene la "comida" que periódicamente llevan a sus hogares.
"El camión trae fiambre, queso, gelatina; todo en paquetes cerrados. Por ahí viene la gelatina derretida, entonces la ponemos en la heladera", narra el menor.
El gobierno peronista local prefiere deslindar la responsabilidad en la empresa encargada del traslado de los desechos.
"La situación económica y social es difícil, pero no es una generalidad de que los chicos corran atrás de los camiones. Allí hay una situación puntual, donde está involucrado un particular a quien estamos investigando porque puede recibir una sanción", manifiesta el secretario de Gobierno, Mauricio Dova.
El barrio Las Delicias está rodeado por el río Cuarto (uno de los lugares donde se tira la basura) y el lujoso country Riverside, donde vive el ex gobernador José Manuel de la Sota.
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martes, 9 de enero de 2018

El marido de María Julia Oliván es contratista del Estado

Ariel Straccia, el esposo de la periodista oficialista María Julia Oliván, proveerá de hormigón a la obra que se realizará en el aeropuerto de El Palomar (Buenos Aires) para que allí comience a operar Flybondi, una low cost relacionada con Mario Quintana, el coordinador del gabinete económico del presidente Mauricio Macri.
La obra además ha levantado quejas de los vecinos, que interpusieron amparos judiciales por el impacto ambiental de la misma -que perjudicaría principalmente a los pastizales húmedos pampeanos esenciales para la regulación de las lluvias-, contaminación sonora y destrucción de un sitio de la Memoria, ya que en el lugar funcionó un centro de detención clandestino durante la última dictadura cívico-militar.
Según informó el portal El Disenso, inicialmente Flybondi había realizado una propuesta de inversión de 30 millones de dólares para reacondicionar el aeropuerto, a cambio de una concesión por 15 años para una terminal propia, pero el 19 de septiembre de 2017, el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, anunció públicamente que las remodelaciones por 1.600 millones de pesos correrían por cuenta del Estado, y que quien las abonará será el Sistema Nacional de Aeropuertos, un fideicomiso alimentado por las tasas aeroportuarias que cobra el concesionario.
En noviembre, Aeropuertos Argentina 2000, del Grupo Eurnekian, consiguió la renovación de sus contratos hasta 2028. Días después, Dietrich presentó de forma oficial el proyecto de la puesta en valor de El Palomar, asegurando esta vez que el Grupo Eurnekian será quien finalmente abone las millonarias obras, a realizarse en 3 etapas: la terminal temporaria, la zona de hangares y luego la nueva terminal frente a la pista existente, que supuestamente se dejará para la Fuerza Aérea.
Quien proveerá de hormigón al emprendimiento será el marido de Oliván, Ariel Nicolás Straccia, un empresario de 40 años, que antes de ser socio del Grupo Viales, en 2002 fue presidente de SBE Group, empresa que apareció en los Panamá Papers con una cuenta ahora inactiva.
El Grupo Viales ya recibió varias obras estatales, según publicó el sitio Noticias NU: remodelación del aeropuerto de Córdoba, de la Panamericana-Tigre, el Metrobus porteño, señalización de la Ciudad de Buenos Aires, obras en Tigre y San Fernando, entre otras.
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domingo, 7 de enero de 2018

Argentina macrista: la increíble historia de un pibe detenido por Bonadio

Cuenta Pablo Rossano que por primera vez se vio forzado a mentirle a su hijo Esteban, el chico de 19 años al que el juez Claudio Bonadio mantiene encerrado desde el 14 de diciembre. Que habló por teléfono ayer y le dijo que no sabía nada de la orden de excarcelación porque el abogado no se había comunicado.
El martes próximo verá a su hijo cara a cara y le dirá la verdad: la Cámara confirmó la prisión preventiva.
Esteban Rossano tiene 19 años y estaba haciendo los trámites para ingresar como voluntario al Ejército. Ese jueves 14, mientras Patricia Bullrich brindaba en un cóctel de periodistas y la Gendarmería reprimía en las calles, el pibe se bajó del subte con un amigo en la estación Sáenz Peña y asistió a una mujer que no podía respirar por los gases. A los minutos, la Policía lo detuvo.
Bonadio lo dejó en la cárcel porque adujo que le encontraron piedras y volantes de partidos de izquierda en la mochila. En la Argentina de hoy, es motivo para quedar detenido por un delito federal.
Esteban asegura que le plantaron las pruebas validadas por Bonadio y sus superiores.
Cuando allanaron su casa, la Policía no provocó desmanes. El jefe del operativo le dijo a Pablo que buscaba evidencias de "terrorismo". Le habló como quien aparenta cumplir una orden disparatada de un juez federal.
En un lapso de año y medio, murieron la madre y la abuela de Esteban.
Pablo Rossano trabaja hace veinte años como vendedor ambulante en Morón. En invierno, garrapiñadas; en verano, helados.
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