"En estas elecciones, se va a distribuir el poder hacia el interior de las coaliciones"

Un debate incipiente en el mundo político es el referido a la idea de un supuesto "empate hegemónico" que provoca un estancamiento de la Argentina al no producirse una victoria de alguno de los dos bloques políticos, ideológicos, económicos, sociales en los que se podría sintetizar la historia reciente del país.

El politólogo Federico Zapata escribió, en Panamá Revista, que "los actores de la vida económica nacional fueron adoptando un comportamiento conservador y defensivo: dada la falta de acuerdo sobre un patrón de desarrollo sostenible, que se traduce en una intensa polarización política sobre una agenda de valores, el empresariado ha preferido volcar sus excedentes a inversiones en el extranjero (inversión argentina en otros países) o bien inversiones domésticas de fácil salida (y por lo tanto, baja complejidad y bajo impacto en el patrón de desarrollo). Un círculo vicioso que se retroalimenta sin cesar".

"Nos tenemos que poner de acuerdo por dónde gira el mundo; lo que no podemos seguir haciendo es mirar el futuro con un espejo retrovisor. Cuestiono tanto las visiones neoliberales, como las de una especie de revival de la industrialización por sustitución de importaciones, porque la industria hoy no es la que mueve el trabajo y no ahorra divisas. La oportunidad que tenemos es industrializar la biología, ahí podemos hacer una diferencia, en una coalición exportadora popular, que incorpore a la economía popular en una cadena de valor doméstica y construir un empresariado nacional", consideró Zapata, en diálogo con el programa Detrás de las Noticias, en AM530 Somos Radio (Buenos Aires).

A este marco estructural, Zapata le suma el momento electoral, que para el analista es "un proceso de organización de la distribución del poder hacia el interior de cada coalición. Es una discusión estrictamente electoral que no va a resolver problemas de largo plazo, que tienen que ver con la necesidad de configurar un foro social que construya algunos acuerdos", agregó.

"En el Frente de Todos, estas elecciones serán un intento de definir si Alberto Fernández va a ser un presidente de transición hacia un liderazgo más joven o si va a cerrar el paréntesis de la pandemia y va a querer proyectar un liderazgo propio. En Juntos por el Cambio, es una transición de poder y el intento del radicalismo de tener una autonomía dentro de la coalición", evaluó Zapata.

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Raúl Timerman: "A Cristina no le achican la distancia, siempre está 2 o 3 pasos adelante de todos"

El consultor político Raúl Timerman subrayó la advertencia que la vicepresidenta Cristina Kirchner hizo el sábado en Escobar (PBA) acerca de que las presentes elecciones legislativas son "la última oportunidad" que tiene la dirigencia nacional de discutir en serio el país postpandemia.

"Cristina le remarcó a su espacio político la importancia de ganar estas elecciones, que no van a ser fáciles, van a ser difíciles, y hay que ganarlas", evaluó Timerman, en diálogo con el programa Detrás de las Noticias, que se emite de lunes a viernes, de 20 a 22, por AM530 Somos Radio (CBA).

Aquí están los principales puntos del análisis de Timerman:

• Donde no hay acuerdos y no se puede lograr la unidad, hay que ir a las PASO, para eso fueron creadas; Néstor las pensó para que el peronismo no vaya dividido, para que luego de una PASO, todos apoyen al ganador. Cuando hay acuerdo -como hubo en CABA y PBA-, en el Frente de Todos se contiene a todo el mundo, sin sorpresas. La única sorpresa para mí fue Daniel Arroyo, no esperaba que dejara el ministerio de Desarrollo Social. Fue el ministro que más fue a los territorios y, a la vez, a los medios. Daniel debería estar hasta el 10 de diciembre, porque él no va a hacer la campaña porque es el candidato número 12.
• Victoria Tolosa Paz y Leandro Santoro encabezan porque el Presidente los siguió todo este año defendiendo las políticas del Gobierno. Hubo muy pocos que lo hicieron. Puedo sumar a Jorge Rachid y Aníbal Fernández, nadie más. Victoria y Leandro argumentan bien y se prestan a la discusión. Son una buena elección.
• Me sorprendió la decisión de Cristina de que lo que envió el Fondo (Derechos Especiales de Giro) no sea utilizado para afrontar la pandemia. Es un mensaje claro para el FMI, los mercados y Martín Guzmán, e invitó a la oposición a discutir cómo se va a pagar la deuda que ellos generaron. Es sorprendente. A Cristina no le achican la distancia, siempre está 2 o 3 pasos adelante de todos.
• Cristina le remarcó a su espacio político la importancia de ganar estas elecciones, que no van a ser fáciles, van a ser difíciles, y hay que ganarlas, no se puede no ganarlas. Ahí hay un desafío muy grande para la militancia, sin ella es muy difícil ganar una elección. Cuando ganó Macri en 2015, Marcos Peña tenía cerca de 1 millón de voluntarios en las redes sociales. Ellos también se dieron cuenta de que necesitaban llamar a mucha gente a participar.
• Pienso que la distribución en el Congreso va a quedar muy parecida a como es ahora, aunque todavía no empezó la campaña. Falta para decir cómo van a quedar las cosas. Hoy, veo muy difícil que el Frente de Todos obtenga 8/10 diputados, no lo veo. Pero hay que dar la batalla, porque la elección es ganable, sin generar falsas expectativas.

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"El panorama nacional es complicado para el Frente de Todos"

¿Es conveniente, para el Frente de Todos, ceñir su campaña electoral al AMBA y la PBA, casi en exclusividad?

El que contesta es Gustavo Córdoba, de la consultora Zuban Córdoba y Asociados:

• "El panorama nacional para el Gobierno es complicado: el FdT tiene que ganar en la provincia de Buenos Aires por una diferencia tan grande para neutralizar las derrotas en Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Corrientes y Capital Federal que yo no veo. El que gane o pierda en la PBA lo va a hacer por una diferencia parecida a la de 4 años atrás: 2 o 3 puntos. Hay que ver si en noviembre la situación económica ayuda. La vacuna da una señal, pero es condición necesaria pero no suficiente, porque el contexto de inflación le impide facturarlo al Gobierno. Y la densidad poblacional donde el Frente de Todos puede ganar es baja".
• "La marca electoral era una especie de herramienta invencible. Hoy, es piso y techo. Si la personalización de las candidaturas y la unidad no le dan un vuelo, si el gobierno insiste sólo en la marca, va a tener un escenario complicado. Sobre todo porque la madre de todas las batallas es la provincia de Buenos Aires, y ahí el kirchnerismo no gana desde hace 16 años. Ante la configuración de las candidaturas, hay muchos dirigentes que especulan para guardarse para 2023. Realmente, asombroso".
• "Si no me importa el candidato que pongo y mi único valor es la marca, puedo aspirar a un 35% de los votos. No te sirve para ganar. Te sirve el espíritu del 2019, de apuntar a perfiles más de consenso, no tan kirchnerizados. Más kirchnerista sea la cabeza de la lista de diputados en la provincia de Buenos Aires, más van a definir a los que tengan en frente y más bajo el techo. Randazzo, por ejemplo, cuando el candidato del FdT es Santiago Cafiero, pasa a medir un dígito. Cuando no es Cafiero, Randazzo se convierte en un candidato de dos dígitos. Otro ejemplo: Daniel Arroyo no es un candidato taquillero. La sociedad tiene derecho a pensar "estos no le están dando la importancia que tiene esta elección"".
• "Esta elección es un plebiscito sobre la gestión presidencial y ordena los liderazgos hacia el interior de cada fuerza, tanto en el oficialismo como en las oposiciones. En Juntos por el Cambio es la disputa entre dirigentes que tienen olor a pasado y otros que tienen olor a futuro. Con un invitado especial: Federico Manes, que el radicalismo, desde Alfonsín, no tiene una figura tan taquillera en lo electoral. En este radicalismo derechoso, Manes tiene potencial de ganarle a Diego Santilli. Además, puede ganar o perder y su objetivo 2023 no se lesiona. Arriesga poco y gana mucho, con sólo participar. Larreta arriesga mucho más: si pierde Santilli, es un gran golpe para él".

Más datos y análisis en la entrevista que le realizamos anoche en Detrás de las Noticias, programa que se emite de lunes a viernes, por AM530 Somos Radio (Buenos Aires):

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Una historia, en medio de la colaboración de Macri con el golpe de Estado en Bolivia

Sebastián Moro era periodista en Radio Nacional Mendoza. Cuando llegó el macrismo al poder, la gestión macristas en los medios públicos lo desplazó de todo tipo de tareas, especialmente sobre derechos humanos; que era a lo que él se dedicaba. Sebastián, tiempo después, renunció, y en 2018 se fue a La Paz (Bolivia) para continuar trabajando. Lo hizo en diferentes medios, en los que cumplió una tarea relevante, fue convocado por Página 12 y a través de crónicas contó la realidad boliviana.

"Desde el momento del golpe de Estado contra Evo Morales, junto con otros periodistas, Sebastián tuvo un asedio muy grande y fue encontrado en su departamento en muy malas condiciones físicas y de salud", contó Penélope, su hermana. "Pedimos ayuda al consulado y la embajada, que fueron absolutamente cosméticas y superficiales, tuvimos innumerables problemas especialmente con la medicación. Mientras tanto, Sebastián, junto con otros colegas detenidos, estaba muriendo en una clínica", agregó la activista en derechos humanos.

"Se nos negó un avión sanitario para su traslado y lo mismo pasó cuando falleció. Los familiares decidimos la cremación de sus restos y desde Argentina comenzaron a realizarse pericias para esclarecer lo sucedido y tratar de lograr justicia. Hoy sabemos que las autoridades argentinas de ese entonces en Bolivia trabajaron con una posición política y esperamos que las actuales nos ayuden y busquen el esclarecimiento de lo que pasó", reclamó Penélope, en diálogo con LRA 26 Radio Nacional Chaco.

Viviana Beigel, abogada de la familia Moro, afirmó que el ex embajador Normando Álvarez García, hoy ministro de Trabajo del gobierno de Gerardo Morales en Jujuy, jamás colaboró con Sebastián, a pesar de ser "un ciudadano argentino y más aún, un periodista argentino que estaba internado en una clínica y cuyas circunstancias de internación eran bastante sospechosas de haber podido ser sometido a algún tipo de golpiza".

En diálogo con el diario Página 12, Beigel explicó que en Bolivia existe un expediente, caratulado como homicidio simple, en el que se está investigando lo que ocurrió con Sebastián y las causas de su fallecimiento: "Si bien la justicia boliviana no ha avanzado y no ha sido diligente en cuanto a la investigación, no ha producido la prueba fundamental del proceso ni se han ordenado detenciones, está claro que se está investigando un delito (…). Nosotras siempre le hemos hecho saber tanto al grupo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que estaba realizando las investigaciones en Bolivia como al actual embajador en Bolivia, Ariel Basteiro, que nuestra intención es que se investigue un crimen de lesa humanidad, teniendo en cuenta que lo que le ocurrió a Sebastián sucedió en el contexto del golpe de Estado".

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La redención

"La expectativa se notó a eso de las siete y media de la tarde-noche, cuando toda la gente emergió por las calles, a los kioscos, a las estaciones de servicio, a los almacenes, a los supermercados, para comprar, rápido, justo eso que faltaba antes de que empezara el partido. Argentina, a lo largo y ancho de la grieta, volvía a depositar la resolución artificial de todas sus frustraciones en la Selección. ¿Qué podía salir mal? (...)

Cuando el árbitro decretó el final, Messi se arrodilló, emocionado. Acto seguido, todos los jugadores del plantel brotaron como flechas para abrazarlo. Algunos pasaron su adolescencia mirándolo jugar en Barcelona, fantaseando con llegar a conocerlo o que les devuelva una pared. La Copa no equivale a barrer bajo la alfombra los partidos irregulares, donde se alternaron buenas y malas, pero significa a largo plazo una tranquilidad que la Selección olvidó en algún punto alejado del espacio-tiempo, por errores propios (la era Martino/Bauza/Sampaoli implicó un quiebre) y una histeria creciente, alimentada por la simbiosis del periodismo deportivo con el discurso sin filtro de las redes sociales. De la misma manera que no se debieron subestimar irónicamente a los jugadores del ciclo anterior, tampoco se deberían sacralizar los actuales, no porque no merezcan reconocimiento, sino porque ese tipo de posturas extremas suele llevar a una soberbia que a la Selección le costó algunos baldazos de agua fría.   

El híbrido entre los históricos y los nuevos convocados, hizo buena combustión a nivel grupal. Se notó en la cancha y en la conexión con una parte importante del público de fútbol, la franja etaria más joven tal vez, que suele conocer las ligas europeas mejor que la argentina y está familiarizado con varios jugadores, que además comparten usos y costumbres de evidente sello sub-30.  

Las postales de Messi ameritarían una edición en papel de El Gráfico. Abrazado junto a Di María y Otamendi, alzando a Scaloni, sentado con Neymar y Paredes, hablando con su familia por video llamada, foto con su ídolo Pablo Aimar. Cada tanto se reía, como si no pudiera creerlo o ya lo supiese desde antes. No fue su mejor partido, como tampoco lo fue el de Maradona contra Alemania en 1986, pero nada de lo que sucedió tendría sentido sin ellos dos. 

Después del partido, Rodrigo De Paul aludió a quienes creían que Argentina no tenía “plantel” para ganar la Copa. Aunque los “periodistas” apuntados por los cánticos han sido señalados en las redes, esta otra crítica tenía cierto consenso, y los jugadores, acaso heridos en su orgullo, la usaron a su favor. Ahora pueden llegar al Mundial liberados de la mirada inquisidora, y con el hito de una Copa América ganada ante Brasil y en el Maracaná. Scaloni, por su parte, se circunscribió a lograr lo que otros técnicos de renombre, en los últimos 28 años, no pudieron conseguir. Tuvo grandes aciertos en la elección de jugadores, como Emiliano Martínez y Romero, e inconsistencias puntuales que, por su poca experiencia, fueron analizadas con lupa. De paso, afianzó un plantel cuya etapa de formación parece avanzada. En la zona de prensa, se lo vio distendido por primera vez. A esa hora, la gente, olvidada del virus, empezaba a salir a las calles, convertía el triunfo en un desahogo de orden social, un paréntesis de alegría en medio de un invierno largo".

Por Martín Zariello

Narrador y bloguero. Autor de “Sobre el rock”, “En realidad quería hablar de otra cosa”,

“No bombardeen barrio norte” y “1988. El fin de la ilusión”. Su blog es Il Corvino.

hice esto mientras lloraba pic.twitter.com/P8BlCL1VXh

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Los jóvenes que no se quieren vacunar contra el coronavirus, y creen que no son antivacunas

En Córdoba, 1.139.189 personas (41%) todavía no se anotaron para ser inmunizados contra el Covid-19.  La mayoría de este 41% son jóvenes, según afirmaciones de funcionarios del gobierno de Juan Schiaretti. Y para lograr la protección comunitaria, se necesita que toda la población mayor de 18 años reciba la inoculación.

Entre los motivos, algunos manifiestan dudas y prefieren esperar la evolución de la campaña, otros -sobre todo jóvenes- temen a la vacuna AstraZeneca y aguardan la llegada de otras, hay especuladores que dicen 'me vacuno cuando llegue la Pfizer' e incluso hay personas que cuando asisten al turno no se colocan la vacuna porque no quieren la que en ese momento está disponible.

En Tucumán, el diario La Gaceta indagó en el pensamiento de personas que hacen alarde de este comportamiento antivacunas, aunque se encargan de afirmar que no lo son. Si bien los menores de 30 que no se inocularon no alcanzan la mayoría, un dato llama la atención: apenas arriba del 50% de ellos se inscribió para recibir la vacuna. En comparación, el 95% de adultos mayores se inscribieron para ser inoculados.

“El año pasado, siguiendo una dieta con un nutricionista, aprendí que mi cuerpo se encuentra sano si me alimento sanamente. Entonces, en un cuerpo sano un virus no ingresa”, explica Sebastián Raya, de 30 años, sobre su decisión de no vacunarse contra la Covid-19. “Es un virus como todos, y la cura es exactamente a través de la alimentación, no a través de una vacuna”, sostiene, seguro de su argumento.

“De hecho hasta estuve con mucho miedo por ser grupo de riesgo, pero me puse a investigar y experimentar con la dieta, convivo y conviví con gente que estaba contagiada, y mi cuerpo ni bola al virus”, dice Sebastián, a quien ni el hecho de ser asmático lo convenció de inocularse. “Lo que menos tengo es miedo de contagiar, ya que no considero que mi cuerpo contagie a otro algo que no tengo”, sostiene, convencido de que es imposible contagiar a alguien cercano.

Otra joven tucumana, Laura Rojas (25), hace un planteo peligroso similar: “Creo que soy una persona muy sana, que mi cuerpo es perfecto y capaz de generar anticuerpos por sí solo. Además no quiero actuar desde el miedo, y elegir vacunarme sería temerle al virus”.

Sus familiares están al tanto de su decisión y le piden que se vacune. Laura no hace caso, está segura. Sus amigos, mientras, desconocen la situación: “No hablo de esto con ellos, no pienso en el tema, no lo tengo en la cabeza y creo que la mente puede mucho con el tema del virus, así que hago de cuenta que no existe”.

Otros van más allá y aseguran que AstraZeneca, Sputnik V, Pfzer y las demás ni siquiera son vacunas y que todo esto se trata de un experimento a escala planetaria. “Somos voluntarios, pero no te lo dicen de esa manera, te la pintan para que pienses que, si no te la ponés, te vas a morir”, dice un estudiante de Medicina de la UNT que prefere mantenerse en el anonimato para no ser “juzgado por los profesores”.

Aunque el joven admite que se demostró que las vacunas generan anticuerpos, advierte sobre los efectos secundarios que puedan tener. Su experiencia en el hospital –es alumno rotante de la carrera de Medicina– hace que su desconfanza aumente, dice. Además, atribuye que la baja de casos en los países donde la vacunación es un completo éxito se debe a una “evolución natural, normal en todas las enfermedades”.

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No es verdad que las vacunas que hay en Argentina son de "baja calidad"

¿Qué hay detrás de los insultos de Luis Juez al kirchnerismo?

"Luiz Juez, el titular del Frente Cívico, sigue apegado a un libreto clásico que ya le reportó buenos dividendos hace algunos años: volver al estilo filoso, intercalando chistes con agresiones verbales. Esta estrategia la pone de manifiesto en los medios de la ciudad de Buenos Aires, sobre todo las radios.

Cuando baja a Córdoba, sus conceptos ante los medios provinciales son más edulcorados y relajados, porque cree que la crítica dura a los oficialismos termina generando rechazos.

¿Qué sentido tiene, entonces, que vaya a Buenos Aires y exhiba un discurso más de barricada?

Muy simple, según el análisis de los dirigentes que rodean a Juez:  “Los que deciden la integración de las boletas de Córdoba viven en Buenos Aires, y les encantan ese perfil casi tosco que muestra Juez en algunas oportunidades”.

Como se ve, no hay improvisación ninguna, más bien todo lo contrario, incluso a la hora de pronunciar mensajes empapados de humor e ironía, que simulan ser producto de la improvisación".

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