En modo caricatura, apuntando a lo marginal, los accesorio, lo secundario, mientras la Historia la desacomoda más. En el chiquitaje, diría el amigo Gerard. En el puterí* barato, diría la calle más gráfica. Aunque con un avance ideológico-político enorme desde anoche: ante el despavilador consenso logrado en las dos cámaras del Congreso, dejó de utilizar el insólito rótulo de confiscación, que sólo usaba por placer, como defensa ante el aplastamiento de lo social como rueda pisando sus conservadores valores e inconfesables (aunque desnudos) intereses contrarios al bien común.
No es casual que la tirita concluya con un título, que porque si no estuviera en La Nación, daría a entender una hinchazón de pecho, orgullo nacional: el neo rubio de ojos celestes llega a la meca de esos valores ancestrales de la gente de bien. "Va a dar cátedra, el negro", quizás salga de la boca herida de El Sirviente o de los bolsillos lesionados de Joaco.
A propósito: "Es notable que una porción importante de la oposición se haya dejado
llevar por la estrategia del kirchnerismo, que consiste en hacerse de
recursos ajenos cuando ya no le quedan recursos propios. A la alianza
que lideran los socialistas le ha sido siempre difícil la oposición al
kirchnerismo: son democráticos y prolijos, pero en el fondo les gusta la
melodía que tocan los que mandan ahora. La reacción más inexplicable es
la de los radicales, sobre todo porque el kirchnerismo no respetó
ninguno de los pasos constitucionales de una expropiación y, encima,
intervino por decreto una empresa por primera vez en la historia". Ay, Joaco, ¡cuántas veces habrás reclamado coincidencias y diálogos! Y para colmo, reivindicar al Piñón Fijo verde oliva... ¿No es demasiado? (Entre lágrimas, le dedica unas paternales letras a la buena Naranja: "Elisa Carrió mostró lo que ya se sabe de ella: estando sola es cuando mejor lucen su oratoria y su coraje". La resistente al régimen, anoche, terminó tirando besos en medio de abucheos y se fue rápido, sin quedarse en el recinto a discutir la votación en particular de cada artículo. Obvio que antes, había estado en contra del proyecto de ley y... se abstuvo).
Uno entiende que viven horas difíciles, como anoche el doctor Nelson con una cara de tujes, que sólo atinó a aconsejar a la Presidenta y candidatearse como embajador argentino en las Malvinas (claro, "Mi aval es haber estado ahí", se atrevió a decir). O el resignado suspiro de van der Kooy (a lado del ex asesor de Repsol) afirmando(se) que el clima festivo de ayer "no es eterno".
Mientras tanto, Pagni opera a favor de Gallucio y Joaco, a favor de las empresas norteamericanas, como Madzello Bodnellie el viernes pasado. ¿Hoy? Reza porque los empresarios resistan la embestida de esta Dictadura expropiadora: "Todos los empresarios que fueron atacados por la Casa Rosada salieron fortalecidos en sus internas políticas. Adelmo Gabbi logró la reelección en la Bolsa de Comercio y Jorge
Brito fue ungido otra vez en la Asociación de Bancos Argentinos. Se
trata de una señal concreta: la resistencia al intento de división del
movimiento empresario que propicia el propio Gobierno". La Nación también lo hace en su editorial: los trata como cortesanos. Bah, chupamedias porque no se levantan contra el Poder K como en tiempos memoriosos, durante los cuales cortar violentamente -a pedido de ellos- un proceso democrático era una papa.
Ante semejante panora expoliador, diría el rabioso ABC de España, y ante las evidencias cada vez más claras de que muchos ex integrantes del Grupo A tomaron nota de lo que les sucedió en agosto/octubre del año pasado, La Nación se fija en las minorías que la siguen apoyando (el PRO Repsol), o las quejas de un locutor de radio caído en desgracia que no piensa (nunca lo hizo) en el conjunto o pone el acento en las condiciones de producción de un spot que hirió otra vez el ánimo de los defensores de los intereses británicos en la región.
Apenas si quedará espacio para seguir con el libreto de que el kirchnerismo es peor que el ingenuo menemismo, todos son chorros y además buscan la re-re-re-elección de la Dictadora. Demasiado poco para entusiasmar a Ernestino, contento anoche con el discurso de Lilita y dudoso por el del Chivo Rossi. Todo un indicador.
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