miércoles, 16 de mayo de 2012

Después del segundo 15-M: caracterización de los Indignados

 
"Hacer pedagogía, "alertar de las peligrosas consecuencias" que puede tener la "obsesión" por el cumplimiento del déficit que "marcan" las instituciones europeas o mostrar el "rechazo" a medidas "antidemocráticas" como las inyecciones de dinero público a entidades financieras mientras se "estrangula" la sanidad o la educación pública. Eso es lo que los indignados han intentado hacer este martes, la última jornada del programa de actividades temáticas celebradas para conmemorar el cumpleaños del 15-M, en una asamblea celebrada en la Puerta del Sol de Madrid desde el mediodía.
Cubriéndose la cabeza con cartones u hojas de periódicos debido al intenso calor que hace en la capital, alrededor de un centenar de personas han seguido la actividad, convocada por el grupo de trabajo de Economía surgido de la acampada del año pasado en Madrid. El objetivo de la charla, en palabras de Cintia Hidalgo, participante de este grupo, era "desmontar las mentiras" de la política económica que marca la Unión Europea y recalcar que los últimos acuerdos establecidos, entre ellos el Pacto por el Euro o el pacto fiscal, "sólo contribuyen a "recortar los derechos de la ciudadanía".
En este sentido, los indignados han defendido que las instituciones europeas "deberían regirse por principios democráticos y que las políticas fiscales y monetarias tendrían que estar "coordinadas y orientadas" al mantenimiento y refuerzo del Estado del bienestar y al "desarrollo sostenible" de todos los países.
Asimismo, han solicitado que se someta a referéndum vinculante las opciones de un eventual rescate bancario o cualquier medida o recorte "impuesto" por organismos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, o la Comisión Europea, pues matizan, estas decisiones afectan a la soberanía del país.
En la asamblea también se han escuchado críticas al pacto que, a instancias de Bruselas, PP y PSOE llevaron a cabo el pasado verano para imponer un tope constitucional al déficit público. "¡Qué ridículo han hecho aquellos que reformaron la Constitución diciendo que eso calmaría a los mercados! Fue una decisión repugnante, porque si los mercados son una fiera hay que domesticarlos, nunca calmarlos", ha aseverado Manuel Noya, uno de los participantes.
El grupo de Economía también ha aprovechado la celebración de esta asamblea para anunciar que el próximo 18 de mayo se concentrará frente a la representación de la Comisión Europea en Madrid para mostrar su "solidaridad" con el pueblo irlandés, que ese día decidirá en referéndum si se adhiere o no al pacto fiscal europeo para la limitación del déficit que 25 países de la Unión Europea -todos con excepción de Reino Unido y República Checa- diseñaron el pasado 30 de enero y que está ahora en proceso de ratificación por parte de cada Estado".
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"En su mayor parte, los "indignados" son personas con una clara conciencia sobre las injusticias asociadas a nuestro actual sistema político y económico; no obstante, reconocen no estar sufriendo la peor parte de la actual crisis económica. El estudio en Madrid demuestra particularmente que, a pesar de las débiles perspectivas laborales, los participantes en el movimiento 15-M  consideran que su situación económica es igual o mejor que la de la mayoría de la población: únicamente el 10 % de los entrevistados afirma estar peor que la mayoría de la gente. Así pues, y en contra de lo afirmado estos días desde la derecha mediática, y el propio Gobierno, poco hay de anti-sistémico en un tipo de participación llevada a cabo por personas con alto nivel educativo que, sin estar sufriendo los peores estragos de la crisis económica, demuestran capacidad, voluntad y recursos para contribuir a una mejora necesaria en el sistema con consecuencias universales".
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Entre estos sectores que viven una Gran Depresión están los jóvenes. Hoy sólo uno de cada dos jóvenes encuentra trabajo. Y según las proyecciones de las agencias que gozan de mayor credibilidad, tal situación continuará durante al menos diez años, una situación intolerable. Y ello es resultado de decisiones políticas que se han ido tomando durante todos estos años, tanto en España como en Bruselas y en Frankfurt y que, con la complicidad de los medios, se han presentado como las únicas posibles. Los datos, sin embargo, muestran que por cada medida de austeridad había una política expansiva de gasto público posible (se hubieran conseguido más fondos revirtiendo la bajada de impuestos de sucesiones -2.500 millones de euros- que congelando las pensiones -1.500 millones de euros-).
No es de extrañar que existan protestas populares en las que los jóvenes –a los que erróneamente se les suponía que “pasaban de todo”- protagonicen las movilizaciones en contra de tales políticas y los establishments financieros, económicos, políticos y mediáticos que las imponen. El 15-M es un movimiento que surge como respuesta a tal crisis financiera, económica y política que ha causado la mayor pérdida de legitimidad de tales establishments. Y tanto en sus objetivos, tales como democratizar la sociedad (y la extensión de los derechos políticos, civiles y democráticos de los ciudadanos que ello conllevaría), como en su táctica (con manifestaciones y acampadas no violentas) ha despertado gran simpatía y apoyo popular, del cual deriva su poder.
Esta demanda de mayor democracia entra en conflicto con la democracia tan limitada que existe en España. Hoy, exigir democracia es subversivo del orden imperante en España. Exigir que cada ciudadano tenga la misma capacidad de incidencia en la gobernanza del país es revolucionario, pues terminaría con el dominio de las instituciones políticas por parte de las fuerzas conservadoras en el país. Exigir que exista una pluralidad en los medios de información es terminar con el monopolio de clase existente en los medios en España. Exigir que todo cargo representativo sea elegido es terminar con la Monarquía, que es el eje del aparato del Estado todavía controlado por las fuerzas conservadoras. Exigir que existan formas de participación directa (como referéndums a nivel de todo el Estado) es terminar con el control por las élites partidistas del sistema democrático. Exigir que los partidos se democraticen es terminar con el control por parte de los grupos dirigentes de tales instrumentos. Exigir que la economía esté al servicio de las clases populares y no al servicio del 1% de la población que controla las finanzas y grandes empresas es también profundamente subversivo en España. Estas demandas, como los adjetivan los portavoces del establishment, son “extremistas”, “populistas” o “demagógicas”, adjetivos utilizados por las estructuras de poder para marginar las voces críticas auténticamente democráticas que quieren desarrollar la democracia todavía extraordinariamente limitada en España".
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"El 15-M está vivo. Como ha afirmado el maestro de periodistas Iñaki Gabilondo, es absurdo tratar de ningunear al movimiento, porque este, sin duda alguna, está formado, de forma más o menos activa, por millones de españoles indignados que no están, por más que se pretenda hacer creer lo contrario, teledirigidos por “oscuras fuerzas maléficas de la izquierda batasuna o revolucionaria”. El 15-M es capaz de analizar y explicar con precisión cada uno de los males que atenazan a nuestro país y al mundo en general. Y la más importante, el 15-M debería ser más escuchado, porque desde las modestas asambleas de barrio que no han dejado de pensar y proponer en todo este año, surgen cada día miles de propuestas que, de ser tenidas en cuenta, ayudarían a cambiar el rumbo sin rumbo del barco en el que la ciudanía navega hacia el precipicio".
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