viernes, 4 de mayo de 2012

El regreso de la Ley de Medios

 
No sólo fue puesta nuevamente en el tapete por la compra de los medios de Hadad (Clarín pedía su inmediata aplicación en contra del zar del juego, Cristóbal López) sino por la eterna vigencia de la cautelar que no permite que el artículo 161 se instrumente totalmente en el caso de Clarín y amigos.
Ahora, Martín Becerra y Sebastián Lacunza, autores de libro Wiki Media Leak, traen más datos, especialmente con respecto al rol de la embajada estadounidense.
"-¿Cuál fue el rol de la Embajada frente a la sanción de la Ley de Medios Audiovisuales?
-L: Hasta 2007, la Embajada mencionaba todo el tiempo la alianza entre Clarín y el Gobierno. A partir de ese momento comienzan a notar que la relación se enturbió, pero se lo adjudican a que el Grupo está revisando sus finanzas, lo cual revela mucho sobre lo que la Embajada piensa sobre Clarín. Luego llega el conflicto desatado, lo que lo obliga a Earl Anthony Wayne a ser mucho más preciso. Hay cables de cuatrocientas líneas explicando qué tenía la ley de medios de la dictadura, cuáles eran sus defectos, qué situaciones había alentado… Un muy buen análisis.

-¿Allí comienzan las visitas de políticos y empresarios en torno al proyecto de ley?
-L: Ahí empieza la avalancha de visitas, desde Gabriel Mariotto hasta Julio Saguier, pasando por Jorge Lanata y todos los ejecutivos de Clarín. La prioridad de la Embajada comienza a ser el interés de las empresas norteamericanas y la desmonopolización del cable. Mariotto, en una jugada hábil, va a la Embajada, donde le plantean como una gran oportunidad que la ley de medios no les ponga un cupo a los canales de cable. Luego, cuando Mariotto viaja a Estados Unidos, le facilitan una agenda de encuentros con las autoridades de la FCC (ndr: la Comisión Federal de Comunicaciones norteamericana). Esto es lo que lleva a la Embajada a decir, en más de una ocasión, que la norma no ponía en riesgo la libertad de expresión. 

-¿Podemos decir que la Embajada tuvo una de cal y una de arena? Por un lado, negoció cuestiones que terminaron beneficiando a Estados Unidos, pero por el otro no consiguió que se aprobara la norma estadounidense de televisión digital.
-B: Sin dudas, aunque acá también aparece la cuestión de la endogamia. ¿En qué se basó José Antonio Aranda, vicepresidente del Grupo Clarín, para asegurarle a la Embajada que la Argentina iba a adoptar la norma estadounidense? La realpolitik del embajador Wayne es interesante, porque no compra el paquete y relativiza lo que plantean sus fuentes. Pero los que van de visita a la Embajada salen muy convencidos de que ésta es la realidad. Y a los seis meses sale exactamente lo opuesto. Toman decisiones en base a información errada. En términos de eficacia sistémica, es un desastre.
-L: El proyecto de ley de medios encuentra en la Embajada a Vilma Socorro Martínez, que retoma más claramente las críticas a la ley. Hasta poco antes decía que no iba a salir, mientras Aranda se reía de la gira de Mariotto por el interior del país. Cuando se aprueba en Diputados, Joaquín Morales Solá dice que la norma es un desastre, mientras Vilma plantea que el kirchnerismo está acabado y que la ley no tiene ninguna chance. Luego se aprueba en Senadores. El título del cable es: “¿Resurge el kirchnerismo?”. Su capacidad de análisis no funcionó".

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Mientras, Fonte juega con un photoshop trucho en la tapa de Noticias de esta semana y tira por enésima vez: "Le gusta insinuar la idea de que está “dispuesta a todo”. Que ella es la dueña excluyente de los votos y de la iniciativa política. Y que son precisamente esas virtudes las que justifican de sobra los preparativos para formar su propio partido “cristinista” e imponer en la Nación la reelección indefinida que inventó Néstor Kirchner en Santa Cruz en 1998. El plan requiere desde ahora otra “sintonía fina”, en este caso de los próximos enemigos a “escrachar”: si ya pudo cargarse a los partidos de oposición, al vacilante Mauricio Macri y a las asustadizas cúpulas empresarias –y hasta a algunos de sus amigos corporativos–, ¿por qué no ir ahora más a fondo contra los medios de comunicación, sobre todo contra aquellos más críticos? Serían los más molestos: le compiten en el “relato”. Y ya se sabe, Cristina Fernández es la única dueña de ese discurso único de fantasía. Tan convencida está que pidió fórmulas alternativas para asestar un golpe “aleccionador” al Grupo Clarín antes de fin de año a través del levantamiento de las medidas cautelares que traban la aplicación plena de la Ley de Medios. Dicho de modo descarnado por uno de los funcionarios del área: “Algo grande le vamos a sacar; no se la van a llevar de arriba. Cablevisión es la joya más preciada, pero les están sobrando también varias radios y señales de cable”. Sin embargo, insistir en revisar la fusión autorizada en su momento por Kirchner no parece ser la estrategia más acertada, Salvo que planeen alguna otra expropiación".
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Para cerrar, algunos buenos efectos de la vigencia de la ley, cosa que quieren soslayar los que se verían perjudicados si cae la cautelar del juez Carbone (al cual parece que le queda poco tiempo, especialmente luego de los dichos de Zaffaroni).
"Gracias a la Ley de Medios, dos gremios crean estudios de TV en nueve provincias.
El Sindicato Argentino de Televisión, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos, y la Asociación Argentina de Actores lanzaron en Paraná el Plan de Perfeccionamiento y Formación Actoral en Audiovisual. Para Alejandra Darín, presidenta de la AAA, “significa una gran oportunidad para los actores del interior”".
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