jueves, 10 de mayo de 2012

El regreso de Plataforma 2012: se suman a Macri

Es en su oposición a que el país maneje su propia política hidrocarburífera para sostener el crecimiento y desarrollo de la Argentina, en vez de continuar con el modelo gerenciado por una multinacional extranjera bajo la lógica mercantil y especulativa de los commodities.
Una de las líderes de Plataforma, la socióloga Maristella Svampa, participó del 2º en­cuen­tro “Uni­ver­si­dad, Mo­vi­mien­tos So­cia­les y Nue­vos Ho­ri­zon­tes del Pen­sa­mien­to Crí­ti­co”, que se lle­vó a ca­bo en el cam­pus de la Uni­ver­si­dad Na­cio­nal de Río Cuarto este lunes y martes.
"En el mar­co del en­cuen­tro, se pre­sen­tó el li­bro “15 mi­tos y rea­li­da­des de la mi­ne­ría tras­na­cio­nal en la Ar­gen­ti­na”, que tu­vo en­tre sus au­to­res a Svam­pa. Ella in­di­có que sur­gió co­mo res­pues­ta a la lu­cha de­sa­rro­lla­da en el Se­na­do du­ran­te el de­ba­te por la ley na­cio­nal de pro­tec­ción de los gla­cia­res. “A par­tir de eso tu­vi­mos que ar­mar dos­siers de in­for­ma­ción, sis­te­ma­ti­zan­do da­tos y ar­gu­men­tos, por­que el lobby mi­ne­ro de­cía men­ti­ras”, ex­pli­có.
En­tre es­tos mi­tos, des­ta­có las ver­sio­nes vin­cu­la­das al tra­ba­jo que ge­ne­ra la mi­ne­ría y la mi­ne­ría co­mo mo­de­lo de de­sa­rro­llo. “Sa­ca­ron so­li­ci­ta­das en los gran­des dia­rios di­cien­do que la ley de Gla­cia­res es­ta­ba en con­tra del de­sa­rro­llo y el tra­ba­jo”, di­jo y agre­gó: “Por eso nos pro­pu­si­mos des­man­te­lar esos mi­tos que se trans­mi­tían a una so­cie­dad muy po­co in­for­ma­da so­bre la mi­ne­ría a cie­lo abier­to”.
- ¿Qué lu­gar tie­ne la rees­ta­ti­za­ción de YPF en es­te de­ba­te?
- YPF es un te­ma ma­yor. Des­de Pla­ta­for­ma 2012, el nu­clea­mien­to de un gru­po de in­te­lec­tua­les crí­ti­cos del go­bier­no, se pu­bli­ca­rá un do­cu­men­to don­de se bus­ca in­ter­pe­lar a la po­bla­ción, por­que cree­mos que el go­bier­no es­tá ju­gan­do con un ima­gi­na­rio so­cial muy fuer­te. El rol sim­bó­li­co de YPF en el idea­rio eman­ci­pa­to­rio de los ar­gen­ti­nos es no­ta­ble. To­do el mun­do ha sa­li­do a apo­yar la me­di­da, cuan­do en rea­li­dad tie­ne gra­ves pro­ble­mas.
- ¿Cuá­les son los pun­tos que se le cri­ti­can a la me­di­da?
- No hay re­for­ma del mar­co re­gu­la­to­rio, no hay na­cio­na­li­za­ción de los hi­dro­car­bu­ros, se adop­ta una fi­gu­ra de So­cie­dad Anó­ni­ma y no de So­cie­dad del Es­ta­do, no hay una pro­pues­ta de di­ver­si­fi­ca­ción de la ma­triz ener­gé­ti­ca, hay que pen­sar en ener­gías al­ter­na­ti­vas. Aquí se apues­ta a la ex­plo­ta­ción del gas no con­ven­cio­nal, que es el equi­va­len­te a la me­ga­mi­ne­ría a cie­lo abier­to. La me­to­do­lo­gía de la frac­tu­ra­ción hi­dráu­li­ca im­pli­ca la uti­li­za­ción de gran­des can­ti­da­des de agua y sus­tan­cias quí­mi­cas con­ta­mi­nan­tes. Eso ha si­do pro­hi­bi­do en Fran­cia, es la úni­ca lu­cha so­cioam­bien­tal que ga­na­ron los fran­ce­ses, pe­ro acá lo es­ta­mos ven­dien­do co­mo si fue­ra el nue­vo El Do­ra­do. Es­to es te­rri­ble, se es­tán ha­cien­do los ton­tos, cuan­do en rea­li­dad se de­be de­ba­tir si se pue­de ex­plo­tar ese gas, por el cos­to am­bien­tal y so­cial que va a te­ner.
- ¿Cree que se tra­ta de un uso me­ra­men­te po­lí­ti­co?
- Sí, a to­dos nos to­ca, pe­ro te­ne­mos que ver có­mo el go­bier­no ma­ni­pu­la el pa­sa­do, por­que los Kirch­ner fue­ron cóm­pli­ces de la pri­va­ti­za­ción y del va­cia­mien­to ac­tual que ca­rac­te­ri­za a YPF. Es­tán evo­can­do la his­to­ria de la devas­ta­ción que ge­ne­ró la em­pre­sa, pe­ro pa­re­ce ha­cer un ci­nis­mo. En el do­cu­men­to que es­ta­mos ela­bo­ran­do apun­ta­mos a la des­me­mo­ria de los ar­gen­ti­nos; ¿con qué con­fian­za po­de­mos ver a un Go­bier­no cóm­pli­ce de la pri­va­ti­za­ción? No creo que ése sea un te­ma me­nor, por eso hay que re­pen­sar YPF, con más con­tro­les, es ne­ce­sa­rio vol­ver a los de­ba­tes".
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Etchemendy puede darnos un contexto más amplio del accionar de estos grupos que se conforman con correr por izquierda al gobierno, cuando en verdad, dentro de poco, se vean en una nueva disyuntiva de ver materializados sus deseos y pedidos o refugiarse en las formas para no ser "chupados" por el kirchnerismo.
Pero no nos adelantemos a lo que nos adelantó Estela, y leamos al profesor de Ciencia Políticas de la Di Tella: "el progresismo liberal argentino junta inocentemente tradiciones políticas en suma tensión en pos de la crítica a un gobierno puntual. Así, aun aquellos con las mejores intenciones contaminan innecesariamente la tradición inclusiva y popular con elementos que no le son prioritarios  y en algunos casos ajenos. Dicho de otro modo, una vez asegurado el piso imprescindible de democracia política y Estado de Derecho, la política de los movimientos populares y la izquierda debe apuntar a consolidar un poder político central y transformador. La teoría y la experiencia histórica en los procesos democráticos demuestran que la ampliación de derechos sociales generalmente va desde Ejecutivos fuertes hacia el Congreso y el Poder Judicial, y desde el poder estatal central a las periferias federales, y no al revés. Postular acciones decisivas contra el poder económico y la desigualdad material, y a la vez invocar principios liberales clásicos en cuanto el poder concentrado de la presidencia, el rol del Congreso y la autonomía federal es hacer de la izquierda y la crítica un simple enunciado de buenas intenciones".
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