La crónica de El Mundo hace de vocera empresarial (con advertencia incluida): "La empresa de energía ha insistido en el precio justo que Argentina deberá pagar por la expropiación de YPF es 8.000 millones de euros. Esto significa que cada acción debería fijar su valor en 46,55 dólares.
El cálculo de este precio está garantizado por la legislación
argentina, detalló la compañía ante sus accionistas. De acuerdo con la
Ley de Privatización y Estatutos de YPF, los 8.000 millones de euros se
obtienen tras multiplicar el ratio por acción (PER) más alto de los
últimos dos años por el beneficio por acción más alto de ese mismo
periodo.
La subdirectora de relaciones con inversores institucionales y analistas de Repsol, Victoria Velázquez descartó que Repsol pueda responder al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner "cerrando" un gaseoducto que controla en Bolivia y que abastece a Argentina.
"Nosotros le damos el gas al gobierno boliviano y él determina las
condiciones en que nos paga. Directamente con Argentina, no hay ningún
contrato", comentó".
Pero como señala el usuario Pilinazo (comentario número 34): "La verdad es que las pretensiones de Repsol son alucinantes. Dejando de
lado para no polemizar más sobre la forma en que se hizo la
expropiación, lo cierto es que la empresa debe ser compensada
adecuadamente. Para ello es necesario valuar su participación
accionaria. La mejor cotización en Nueva York no sobrepasó nunca los 24
dólares por acción (Repsol pretende más de 46 !). Por otro lado, las
normas técnicas contables en Argentina (recordemos que YPF es una
empresa argentina) determinan que el valor de cada acción está
determinado por su valor patrimonial proporcional que surge de la
información emanada de los estados contables. Esto es, en base al
Patrimonio Neto (Activo menos Pasivo). Esto sin tener en cuenta que al
parecer se han provocado daños irreparables al medio ambiente que
también deben ser adecuadamente justipreciados. De manera que las
pretensiones de Repsol parecen, cuando menos, desproporcionadas".
Antes, la nota describía la nueva estrategia de Repsol: ""Queremos balancear el portafolio en cuanto al riesgo político.
Hoy más que nunca, este riesgo se ha hecho evidente y estamos tratando
de ir a países de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo
Económico)", explicó la subdirectora de relaciones con inversores
institucionales y analistas de Repsol, Victoria Velázquez, durante una
conferencia en la feria Bolsalia.
Según Velázquez, la exploración de nuevos territorios buscará una
combinación entre "nuestro objetivo de irnos a áreas menos riesgosas" y
la explotación de "áreas geológicas de experiencia de la compañía".
Entre esos países de la OCDE, la expansión de Repsol se centrará en Alaska, Noruega, Estados Unidos y Canadá.
"Y después tenemos países más riesgosos, pero con un interés geológico
alto, como Liberia (...) y un vector de crecimiento en Rusia", comentó.
Velázquez explicó que las inversiones en Latinoamérica -excepto Brasil- estarán centradas en "proyectos para mantener la producción",
no en generar "un vector de crecimiento". Velázquez, además, descartó
cualquier conflicto en Venezuela, donde "ya tuvimos una renegociación de
contrato hace cinco años, y después de eso hemos trabajado bastante
bien con el gobierno de Hugo Chávez".
Pese al conflicto de YPF, la empresa espera un crecimiento anual de la producción hasta 2014 que irá entre el 3 y el 4%,
mientras que entre los años 2015 y 2019, ese crecimiento alcanzaría el
5%. Gran parte de esa estimación proviene de la puesta en marcha de los
proyectos de Margarita (Bolivia), Kinteroni (Perú) y Guara (Brasil)".
jueves, 3 de mayo de 2012
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