"En agosto de 2006, mientras su hijo Uri peleaba en la Segunda Guerra
del Líbano, David Grossman, junto con otros dos escritores israelíes
importantes –Amos Oz y A.B. Yehoshua– sacó una solicitada pidiendo “un
inmediato acuerdo para el cese del fuego”, y dejando clarísimo que “la
acción militar, como tal, aparece ante nuestros ojos justificada desde
un punto de vista ético y está de acuerdo con la ley internacional sobre
la autodefensa”. A la solicitada siguió una conferencia de prensa en la
que Grossman (Jerusalén, 1954) criticó al gobierno israelí. Dijo que
sus líderes parecían creer que “lo que no funciona con la fuerza, va a
funcionar con más fuerza”. Unos días más tarde, su hijo Uri cayó en uno
de los tanques que invadía el Líbano.
-¿Qué es locura?
-Locura es cuando la relación de las
personas con la realidad se deforma. Cuando una nación crea una
situación deformada y crea las situaciones para justificarla. Entre los
israelíes hay muchos que piensan que nunca llegaremos a la paz. Que esa
es la situación existencial que nos toca. Pienso que esa creencia es
destructiva y es la que nos impide conseguir la paz.
-¿Pero la paz
no precisa la aceptación de la derrota por parte de los palestinos? Como
que su personaje, el árabe Sami, renuncie a las tierras de su familia,
donde ahora hay un kibutz?
-Sí, a veces es necesario que alguien acepte
su derrota. Hablamos de soluciones parciales, no de la justicia
absoluta. Hay que acostumbrarse a las limitaciones de la realidad: los
israelíes tienen que renunciar a pretensiones territoriales; al Israel
bíblico. Aceptar el retiro de los territorios ocupados, levantar
asentamientos. Y los palestinos tendrán que renunciar a algunos de sus
deseos, que comprendo perfectamente. Pertenezco al grupo que hizo el
Acuerdo de Ginebra (2003): división de tierras, no hay ley del retorno
palestina, Jerusalén dividida.
-¿Como antes del 67, con el Muro de
los Lamentos del lado palestino?
-No, todo lo que perteneció a la
identidad judía antes de 1967 será israelí y el resto, palestino. No es
ideal, pero ¿qué es ideal? Justicia completa, en los hechos, es que
Israel no esté o no estén los palestinos. Por eso hablo de justicia
humana, de compromiso".
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"Quienes tuvimos la oportunidad de ir a la escuela en los años 80
escuchamos en aquel entonces en la calle y hasta en boca de nuestros
profesores de geografía versiones parecidas de algunos clichés tales
como: "Argentina tiene todos los climas ", "En este país tirás una
semilla y crece" y "En nuestro país no tenemos huracanes, terremotos o
fenómenos naturales violentos".
Mientras que los dos primeros nos invitan a
interrogarnos como nación por no haber aprovechado esas ventajas
naturales, abriendo el juego para el debate y las respuestas posibles
desde distintas teorías del desarrollo -más allá de su cuestionada
mirada fisiocrática y determinista- el último de ellos genera el efecto
opuesto: complacencia desde la gestión y parálisis. Y esto aunque existe
cierto correlato real que fundamenta esta postura: en la Argentina la
mayoría de las zonas densamente pobladas se encuentran alejadas de las
áreas tectónicamente activas y castigadas por fuertes vientos.
Sin embargo, los eventos de los últimos años son más que elocuentes: aludes en Tartagal,
inundaciones frecuentes y devastadoras en toda la región
chaco-pampeana, tormentas violentas con vientos huracanados en toda la
provincia de Buenos Aires y en el AMBA, sequías y desertificación. Estas
situaciones instalan al país en el mapa del riesgo ambiental".
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jueves, 3 de mayo de 2012
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