Mientras el Grupete quiere rearmar el frente opositor bobo del 2008/2009 con las quejas de Mirtha y los tractores viejos de Buzzi en Rufino, otros integrantes de aquel fallido Grupo A-mediático se juntaron en la Feria del Libro para consolarse y ofuscarse mutuamente cuales señoras quejosas en la verdulería, caratulizadas por la pluma de El Sirviente. Antes, "Hola, Nico" había sido enviado para informar a "la gente" (¿?) sobre la fallida causa Ciccone.
"Viene una Argentina en la cual la concentración de poder será absoluta", arrancó Nelson Castro, para complementarse con Morales Solá para pegarle al radicalismo que facilitará otra semana de festejos K, ya a estas alturas irritativos: "El radicalismo, como cree que es inevitable que el peronismo esté en el
poder, razona que antes que enfrentarlos es mejor consensuar y así se
está comportando al facilitar el tratamiento legislativo de la
estatización de YPF".
El doctor, siempre tan acertado en sus diagnósticos, espetó: ""Viene una Argentina más débil desde el punto de vista de la ley, con
una justicia menos eficaz, un país donde la corrupción reina y el
ejercicio de poder caudillesco se potencia. En este marco, lo que viene
es el país del miedo"".
Otra vez el miedo... Y bue. Luego hubo de tiempo de decir que se viene un país fantasmal, autoritrario y demás. Ah, y corrupto.
Vayamos a Ulanovsky para hablar de periodismo de verdad, no operadores baratos financiados por el sponsor del día. Carlos habla de la vuelta de los dueños de la verdad de los 90's (comandados por el multidesmentido La Nata), precisamente, subidos en esa ola de corrupción generalizada con la cual satisfacen a los desahuciados de agosto y octubre.
-¿Cómo ve el rol del periodismo hoy en esta coyuntura política?
-Creo
que en este momento se está viviendo un momento del periodismo
interesante, porque inevitablemente se están cayendo las caretas. Este
momento le exige a casi todos los periodistas tomar una posición.
-¿Se puede hablar de periodismo militante?
-Cuando
yo empecé a hacer periodismo, los periodistas militantes eran los que
hacían los periódicos de los partidos políticos, esos eran periodistas
militantes. El periodista que hacía La Vanguardia, que hacía Nuestra Palabra,
y en muchas circunstancias, esos periodistas eran clandestinos. De modo
que yo no creo mucho en ese concepto que es el periodismo militante. Yo
no creo ni que unos sean periodistas militantes ni que otros sean
periodistas profesionales.
-¿Cuál sería un consejo para un periodista que está empezando?
-Ufff,
muchos. Fundamentalmente, que no se la crean. Hubo un momento en el
periodismo, a mitad de los ’90, en que la influencia del periodismo
creció tanto que empezó a ser equiparado con otros poderes. Y eso me
parece que fue fatal para el periodismo. Los periodistas no somos
jueces, sino simplemente gente especializada en buscar información,
conseguirla, trabajarla y transmitirla de la manera más clara posible,
eso somos los periodistas. Por eso no nos la tenemos que creer".
Para finalizar, interesante esta mirada del periodista y politólogo mexicano Jesús Silva-Herzog Márquez sobre la falta de un periodismo realmente de investigación en su país, pero que podemos tomar para el nuestro.
"Lo que veo todos los días son noticias sobre
lo que los candidatos dicen: periodismo de declaraciones. En julio del
2000, el entonces corresponsal del Economist, Gideon Lichfield publicó en Letras libres un artículo
donde sostenía que la profesión del periodismo en México consistía en
la búsqueda de sinónimos de la palabra dijo. “Abundó. Aceptó. Aclaró.
Acusó. Adujo. Advirtió. Afirmó. Agregó. Añadió. Anotó. Apuntó.
Argumentó. Aseguró. Aseveró. Comentó. Concluyó. Consideró. Declaró.
Destacó. Detalló. Enfatizó. Explicó. Expresó. Expuso. Externó. Informó.
Indicó. Insistió. Lamentó. Manifestó. Mencionó. Observó. Planteó.
Precisó. Profundizó. Pronosticó. Pronunció. Prosiguió. Puntualizó.
Recalcó. Reconoció. Recordó. Redondeó. Reiteró. Señaló. Sostuvo.
Subrayó.” El periodista proponía entonces una palabra para describir los
vocablos que enmarcan el oficio periodístico en México: dijónimos.
El periodismo como dijonomía: registro de lo que los políticos dicen,
olvido de lo que los políticos hacen. Cobertura de lo insustancial,
periodismo de trivialidades dedicado a ignorar lo relevante. Hoy la
prensa, por supuesto, suele condimentar la colección de declaraciones
con la burla. Un largo discurso merecerá mención si el candidato
confunde un nombre con otro, si pronuncia mal una palabra, si tropieza
con las sílabas. Una entrevista alcanzará los titulares en el momento en
que se deslice una agresión. Dijonomía del traspié".
miércoles, 2 de mayo de 2012
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