En su embestida contra Aerolíneas Argentinas y sus trabajadores, el ex presidente Mauricio Macri volvió a ratificar que, si vuelve al gobierno, va a desfinanciar a la aerolínea de bandera del país, y puso como ejemplo a una low cost que operó en Salta durante su gobierno (aunque había comenzado a operar en 2005). La historia no terminó bien para esa línea aérea.
"Un avión es un colectivo que vuela. Los colectivos, en este país, no son del Estado. ¿Por qué los aviones tienen que ser del Estado? No pienso poner un dólar más por día en sostener una compañía estatal cuando hay otros, los low cost, que dicen 'no me digan a cuánto tengo que vender el pasaje', y Aerolíneas dice 'como mínimo tiene que ser así de alto el pasaje sino me complica'. La complica porque está llena de privilegios", comenzó diciendo Macri, en una entrevista con el canal La Nación+.
"Nunca estuvo tan conectada la Argentina como en nuestro gobierno. Si hay un destino que no es comercial, ¿qué hace un gobierno inteligente? Llamo a licitación, y va para el que pida menos por cada pasajero que viaja. Lo hizo muy bien Juan Carlos Romero en Salta (ex gobernador, resaltado en foto con círculo rojo). Como no tenían avión, vino una empresa que pidió un 60% de pasajeros garantizados y Salta casi nunca puso plata", aseguró el ex mandatario, en plena campaña de reposicionarse dentro de Juntos por el Cambio con vistas a las próximas elecciones presidenciales.
Cada día que pasa Macri deja más en claro sus verdaderos motivos para eliminar a Aerolíneas Argentinas: subsidiar a aerolíneas privadas amigas. No es casual esa comparación de la aviación comercial con empresas de colectivos privadas que reciben miles de millones del Estado. https://t.co/XSVN6CW0XP pic.twitter.com/iLSW7JWmI7
— G-Dogg (@GDoggBA) May 30, 2022
La low cost a la cual se refirió Macri se llama Andes Líneas Aéreas, una aerolínea privada que fue el paradigma de la “revolución de los aviones” que prometió Cambiemos, a través de la gestión del entonces ministro de Transporte, Guillermo Dietrich. Andes terminó fundiendo debido a los desajustes económicos del gobierno macrista y recién en estos meses está evaluando volver a prestar servicio.
Bernardo Racedo Aragón, gerente comercial y de Marketing de Andes, aseguraba en esos días que "en 2016 nos planteamos un crecimiento que se cumplió al pie de la letra: construimos nuestro propio hangar, aumentamos la planta de empleados casi al doble, sumamos rutas, comenzamos a volar al exterior y nos consolidamos como la empresa chartera líder en Latinoamérica".
Sin embargo, dos años después, en 2018, el mismo Racedo Aragón anunciaba que la low cost comenzaba una "reestructuración de su plan de negocios". "Teníamos una flota y una estructura pensada para nueve aviones y pasamos a una para cinco aviones: 40% menos de gente, 40% menos de estructura, 40% de achique de empresa", describía una fuente de la empresa citada por el diario Clarín, que además confirmaba el abandono de la ruta Buenos Aires-Tucumán-Salta.
Un año después, en agosto de 2019, Andes le debía tres meses de sueldo a sus empleados y el aguinaldo, a pesar de haber cancelado vuelos, devuelto aviones y achicado su planta de trabajadores. Las devaluaciones macristas, la recesión, el costo del alquiler de los aviones y del combustible en dólares habían minado sus posibilidades comerciales: acumuló una deuda de 25 millones de dólares, múltiples deudas con sus proveedores y dejó a centenares de viajeros varados.
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