Acaban de desmentir que Eliaschev haya sido asistido por el SAME debido a una descompensación de origen (des)conocido. Lo que sí se pudo confirmar es el grado de cólera que evidenció en este funesto fin de semana, a pesar de que podría haber disfrutado del descanso largo. Pero no. Se puso a escribir, contumaz como siempre, y le salió todo el odio setentista (¡ay!) que tanto censura en los otros, esos montoneros capusottianos, aunque no exista más que Justicia.
Haciendo valer que escribe para diferentes medios, Pepito encaró y vomitó desde una historia fantástica de Abal Medina bebé hasta restaurar el lengujae del fusil (sí, sí) como forma de (este) gobierno.
Perfil: "El 3 de septiembre de 2006, Juan Manuel Abal Medina le dijo a Laura Di Marco, de La Nación, que “de bebé, mi tío me llevaba a las reuniones sin que se enterara mi viejo”.
El hoy jefe de Gabinete de la presidenta Cristina Kirchner nació el 5 de mayo de 1968. Su tío, Fernando Luis Abal Medina, murió el 7 de septiembre de 1970 en la localidad bonaerense de William Morris, en un enfrentamiento con fuerzas policiales en pleno régimen militar, siendo presidente el general Roberto M. Levingston.
¿Cómo y para qué un guerrillero de 22 años llevaba a reuniones de revolucionarios a un bebé de 2 años? ¿Le daba la mamadera? ¿Le cambiaba los pañales, que entonces eran de tela?".
El Día: "Para muchos estudiosos o testigos de los violentos años setenta, el modo de proceder del Gobierno replica el tabicamiento y la compartimentación que entonces eran símbolo de decisión y ejecutividad revolucionarias. El actual no es, ni nunca ha dicho que lo sería, un gobierno revolucionario de izquierda, pero preserva y perfecciona métodos, criterios y mecanismos que exhalan un fortísimo aroma reminiscente de aquellas épocas, cuando el poder nacía de la punta del fusil. No se precisan fusiles hoy, pero sin embargo una operatoria de esta naturaleza exhibe similares rasgos autoritarios y -sobre todo- proyecta de cara al futuro la perspectiva de un sensible recorte de las libertades democráticas".
Quizás más sensibilizado con otro bebé, Pepe, en Diario Popular, le hace esta "crítica" a Mauricio (casi un parte de prensa de cualquier Guasón), focalizándose más en lo operativo del día a día (como le gusta al discurso del PRO) antes que en pesadas cuestiones ideológicas cargadas del odio que dice combatir:
"La ciudad exhibe el lamentable espectáculo de centenares de cabinas de telefonía pública y pantallas publicitarias completamente destruidas, inutilizadas y mugrientas, convertidas en chozas. Las sendas peatonales están en deficiente y a menudo completo estado de abandono, despintadas o inexistentes. Lo mismo sucede con la demarcación en amarillo de los cordones junto a los cuales no se puede estacionar. Las grúas de STO y SEC son implacables y veloces cobradoras de multas por sanciones de mal estacionamiento, pero la gran mayoría de los lugares prohibidos directamente carecen de señalización fehaciente.
Es aun mucho peor el caso del mobiliario urbano, tal vez el mayor y peor fracaso urbanístico de Macri. Buenos Aires, literalmente desprovista de señalética callejera, es una ciudad condenada al anonimato o a la confusión. Macri no pudo o no supo concretar la modernización y racionalización de nomenclatura callejera, refugios, paradas y pantallas, todas en estado ruinoso. Pese a los anuncios de protección de plazas y parques, estos espacios verdes siguen mayormente sin vigilancia, enrejados, pero con las puertas abiertas las 24 horas, sin cuidadores que efectivamente las protejan del vandalismo y la marginalidad. Similar fracaso se advierte en un tema central, la recolección de residuos, cuyo saldo es negativo: la ciudad está hoy tanto o más sucia que en 2007. Millares de cartoneros la patrullan de día y de noche, y el servicio de recolección pagado por la ciudad es funcionalmente deficiente, estructuralmente antiguo, técnicamente primitivo y en definitiva muy pobre respecto de lo que cuesta. Tierra de nadie, la ciudad de Buenos Aires padece una ocupación de hecho por grandes recolectores privados que explotan a indigentes, mientras que los porteños siguen exhibiendo, por su parte, conductas egoístas, contaminantes y abiertamente antisociales con sus propios residuos.
Una foto de la desidia: aunque Buenos Aires dejó de ser Municipalidad en 1996, la mayor parte de los símbolos identificatorios de espacios públicos, hospitales y escuelas siguen exhibiendo el viejo escudo de la Muni, ¡quince años después! Otra expresión de fracaso: siete años después de la tragedia de Cromagnon, la calle donde funcionaba ese tugurio donde perdieron su vida 192 personas, sigue absurda e incomprensiblemente cerrada. Macri no se animó a desatar ese nudo psicótico de una urbe habituada a la sinrazón".
Duda final: ¿Pepe va a seguir otros 4 años más igual que hasta ahora? ¿O se viene su radicalización?
domingo, 11 de diciembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario