lunes, 26 de diciembre de 2011

Nelson Castro tiene miedo de que por la ley antiterrorista le metan preso a José Bianco

Antes de que la discusión se colocara débilmente en la agenda pública, uno ya advertía sobre los peligros de la ley antiterrorista. Inclusive se han levantado voces cercanas al gobierno muy críticas de esta normativa que retrotae la lucha por la defensa de los derechos civiles varios casilleros, por ahora. En este punto es bueno notar que ni en este tema tan potable (hasta políticamente correcto) los opositores pueden hacer pie. Han sufrido un proceso tan rotundo de descrédito y se han ido tan a la derecha que ni para hacerse los progresistas les da. Todo bien con todo esto, hasta CFK puede hacer uso del veto (poco probable ya que ha sido propiciada por el Ejecutivo, y menos si es verdad que esta normativa sería parte de un chantaje de los poderosos del mundo a cambio de seguir integrando los organismos políticos internacionales principales). Pero siempre están los exagerados. Anoche veía a Carlos Brown, el denunciador de fraude de Duhalde cuando se le vino la noche el 14A. "El Estado que viene" se llama su programa en Metro y es un espacio financiado por el Cabezón y su Movimiento Productivo Argentino para contrarrestar el discurso kirchnerista, básicamente. Si hasta a la golpeadora Camaño se vio hablar de la defensa de las instituciones y todas esas impostadas naderías propias del extinto Grupo A(hhh). Brown anoche andaba diciendo que gracias a esta ley antiterrorista un juez iba a poder encarcelar a alguien si al gobierno no le gustaba lo que éste decía, como para seguir un poco la paranoia opositora que la llevó justamente a esa ignominia social.
Pero lo de El Censurado Exportador de Dólares otra vez se emparenta con aquel Arturo Heredia y su querible Pato Donald durante la discusión de la Ley de Medios: "Esta es una ley a la cual “Él” siempre se opuso. El titular de la Unidad de Información Financiera, José Sbatella, dijo que la norma podría aplicarse a medios de comunicación –y por ende, a periodistas– que difundieran información que “aterrorizara a la población”. La amplitud de este término y su subjetividad son tan vastas que podrían abarcar desde los números reales de la inflación que dejan al descubierto las mentiras del Indek hasta un alerta errado del Servicio Meteorológico". (Fuente)
A veces uno se pregunta hasta dónde puede ir un tipo a vender su capital simbólico sólo para defender lo que a las claras se cae ante su mirada insegura. ¿Hasta cuándo creerá que su fórmula de "Yo también he criticado cosas de Clarín, pero..." le alcanza para cubrirlo como manta, siempre corta? Quizás José le puede hablar mejor del frío y el calor...

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