Por supuesto que estuvo "embestida", y también "controlar", claro, y que fue exprés el tratamiento (¿1 año?), el intervencionismo distorsionador, la ofrenda a la Reina, todo en las crónicas lloronas por perder un monopolio que les permitió cimentar su poderío y disfrutar de ventajas inigualables ante su competencia: el resto de diarios de todo el país. Durante 35 años. En estos días, esa hegemonía mal habida se va a terminar. Y entonces, las plumas que escriben para los Noble, Magnetto, Saguier y Mitre despotrican militantes.
Kirschbaum: "Respecto del control del papel de diario, que es el objetivo central del proyecto oficial que trata Diputados , significa otro avance sobre la independencia de los periódicos que no se han sometido al “relato oficial”.El Gobierno siempre disfraza sus verdaderas intenciones en objetivos supuestamente progresistas y democráticos .
En verdad, ese maquillaje ya no puede ocultar los rasgos de autoritarismo que brotan a borbotones.
Si esta ley es aprobada, se habrá dado otro paso hacia el control de la prensa".
Gelli: "Si lo que se quiere con sinceridad es evitar que el papel para diarios y revistas se convierta en un bien inaccesible por falta o encarecimiento del insumo, tiene el Estado a la mano otros medios razonables para el logro de ese fin. Lo ha sostenido ADEPA ayer: entre otras medidas, puede garantizarse por ley la libre importación de papel para periódicos sin cupos, ni aranceles aduaneros. O si se prefiere incentivar una producción robusta y nacional del insumo, puede el Estado disponer incentivos fiscales para que haya más de esa producción. Nunca menos, afectado las empresas ya existentes. Y, agrego, sobre todo, sin que quede al arbitrio de algún organismo estatal o Consejo Asesor determinar, en los hechos, quién tiene acceso al insumo para diarios y quién no.
Se trata de que exista disponibilidad de papel -situación que existe hoy- sin que el acceso a ese insumo dependa en el futuro de criterios arbitrarios. Hemos aprendido a respetar el sistema democrático y la legitimidad que emana de las elecciones del pueblo. Las mayorías deben también respetar, aceptar, o a lo menos considerar, las opiniones críticas. Sin bloqueos directos o indirectos".
Van der Kooy: "El paso arrasador del kirchnerismo tuvo otras manifestaciones ayer. La ley de Tierras –que la Presidenta encomendó en el discurso de reasunción– y la que declararía de interés público la producción y comercialización de papel de diario de Papel Prensa, propiedad de La Nación , Clarín y el Estado.
Al kirchnerismo no se lo podría juzgar ni criticar por esa enorme superioridad que le concedió el 54% de votos que consiguió Cristina. Tampoco se le podría pedir recato ni sutileza ahora cuando ni siquiera las tuvo en la mala hora que comenzó en el 2009. El peronismo con poder, en cualquiera de sus innumerables expresiones, suele asemejarse a un tapir.
El problema lo tiene y lo tendrá la oposición si no termina de comprender la realidad a la que se enfrenta . Pareciera prematuro demandarle esa comprensión: los opositores están todavía bajo el shock de la derrota electoral que barrió con algunas viejas figuras (Eduardo Duhalde, Elisa Carrió) y dejó dañadas a otras que proponían desafíos (Ricardo Alfonsín). Las que quedaron de pie (Mauricio Macri y Hermes Binner) poseen por ahora influencia distrital y representaciones módicas en el Congreso".
Ventura: "El proyecto oficial que declara de "interés público" la fabricación y venta de papel transforma un mercado desregulado -donde los diarios importan libremente ese insumo o lo compran a Papel Prensa- en un mercado ultrarregulado y bajo control del Gobierno".
Morales Solá: "No había necesidad ni gravedad ni urgencia. Ni siquiera había una privación pendiente o un clamor popular desatendido. La operación relámpago desatada por el oficialismo contra Papel Prensa en el Congreso carece de una explicación, salvo que la revancha sea la explicación. El amplio ejército de legisladores kirchneristas se propone dictar una grave decisión sobre la prensa independiente en apenas una semana.
En el fondo, el interés político que prevalece es el de que exista una sola narración de la historia y que esa gesta (épica, cómo no) debe estar a cargo de un Estado supuestamente bondadoso e imparcial. Tal relato choca de manera concluyente con la constatación: sólo el periodismo independiente (aun con sus errores y sus aciertos) ha hecho mejores y más dinámicas a las democracias más avanzadas del mundo. En ningún otro caso como el relacionado con la prensa, el gobierno de Cristina Kirchner se parece más al de Hugo Chávez o al de Rafael Correa. Para todos ellos, la prensa sólo es buena y "democrática" cuando es tutelada por la fracción gobernante.
Un proyecto del bloque del radicalismo en Diputados promueve incentivos para construir nuevas empresas para la producción de papel nacional y preserva por ley la absoluta libertad de importación. Esta sería una decisión encaminada a mejorar la oferta de papel para diarios sin el ostensible trazo de la venganza. No es lo que el kirchnerismo quiere en su cruzada contra el periodismo".
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