Los dos escribas de la asociación paraperiodística salen con el mismo argumento, como si fueran un solo diario y una sola cabeza, formateada por los intereses comerciales de sus dueños antes que por una libre interpretación por parte de los periodistas. Eliminada la chance de la creatividad coincidente, Joaco y el Colo marido de la amiga de la esposa de Ciro James (¿se acuerdan?) ahora sostienen que Estela de Carlotto fue la que le dio final a la causa Noble Herrera.
Kirschbaum: "El fin de la persecución a los hermanos Noble Herrera no lo determinó la Justicia en base a los reiterados resultados negativos de los exámenes de ADN.
Lo decidió Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo. Fue el primer y definitivo, según sus palabras, reconocimiento de que el caso de los Noble Herrera se dejaba de usar como ariete político contra la directora del diario Clarín".
Joaco: "El caso de Marcela y Felipe Noble Herrera ha sido políticamente cerrado por la única persona interesada de verdad en sus identidades: Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo. Durante 15 años, esos jóvenes, que ya tienen 35 años, se vieron sometidos a una tenaz persecución y a una inhumana exposición pública de sus intimidades. Fueron una excepción, una pésima excepción, porque no hay otro caso que haya atravesado, como el de ellos, semejante acoso judicial y político. Aun ahora, la Justicia se niega a cerrar el voluminoso expediente abierto y resulta, otra vez, funcional a los intereses de los que gobiernan".
La mala relación de sus patrones con la ley les hace ver como un hecho extraordinario que una dirigente social de renombre internacional acepte hidalgamente el más que probable resultado de la Justicia argentina. Menos les hace ver que en verdad siempre se dijo que la búsqueda no estaba regida por un resultado positivo, actitud que ahora Estela ratifica. Y menos aún era esperable que los dos escribas de Ernestina y Bartolomé recuerden que esa misma Justicia argentina ya determinó que fueron adoptados ilegalmente. Y todavía menos probable era que recordaran que Marcela y Felipe deben dejar sus datos genéticps en el Banco Nacional de Datos Genéticos para futuras compraciones con muestras que se incorporen al mismo (esperemos que no se nieguen a hacerlo).
miércoles, 28 de diciembre de 2011
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