sábado, 31 de diciembre de 2011

La Gerschenson, van der Kooy y Obarrio le apuntan a Boudou


Gerschenson: "Lo más cerca del apoyo de las bases que estuvo (Boudou) hasta ahora fue con su alianza con la CGT.
No por nada, el supersecretario Guillermo Moreno, hoy bajo su mandato, le advirtió en un pasillo de Economía hace pocos meses: "Gordo, con vos está todo bien, pero con tu jefe no". Su jefe, para Moreno, se llama Hugo.
Después de la Presidencia, Boudou va a soñar más alto de lo que lo hacía hasta ahora. Se imaginaba jefe de Gobierno en 2011, pero con Scioli sin posibilidad de reelección, su más reciente objetivo era la provincia de Buenos Aires en 2015. 
Hoy puede creer que tiene posibilidades de convertirse en el sucesor de Cristina.
La diferencia es que la Presidente milita desde los 17 años, fue legisladora provincial, diputada nacional, senadora y vivió 32 años al lado de un dirigente político de primera línea.
Boudou fue disc jockey, empresario, economista, ministro y ahora vicepresidente.
En ningún caso, hasta ahora, se sometió al bautismo de los votos. Y quedó demostrado que los compañeros de fórmula no son dueños de los sufragios en las elecciones presidenciales. Basta con analizar el caso y ocaso del ex vicepresidente Julio Cobos".
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Van der Kooy: "Ahora está Amado Boudou. Pero el vicepresidente, antes que representar una fortaleza del sistema, sería un producto de su propia distorsión. Llegó a ese sillón sólo como un delegado de Cristina . La Presidenta se lo hizo notar delante de los gobernadores peronistas y de la legión de leales que convocó para hablar sobre su nueva situación personal y política. Boudou no es un engranaje de la maquinaria kirchnerista; es un capricho presidencial espoleado por su contracción a la obediencia".
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Obarrio: "Amado Boudou casi no pisará la Casa Rosada. Y menos aún el despacho presidencial. Fue una decisión simbólica. Gobernará desde una oficina en el Banco Nación. No hará anuncios de fondo y cualquier decisión la consultará con la presidenta Cristina Kirchner , cuando se recupere en su reposo en Olivos, o le será transmitida por los allegados a su jefa política. Se propuso equivocarse lo menos posible. Quiere terminar de ganarse la confianza de la primera mandataria y de su hijo, Máximo Kirchner, para quedar bien posicionado, como delfín y heredero del proyecto, en 2015.
"Boudou se jugará todo a demostrar confiabilidad. Quiere ser ungido por ella para las próximas elecciones presidenciales", admitió a LA NACION un ministro.
El ex ministro busca terminar de cultivar la confianza de Máximo Kirchner porque el hijo de la Presidenta se convirtió en un comisario político de su madre. Vigila a todos los funcionarios.
Se le atribuye al joven haber sembrado la furia de la Presidenta hacia Boudou, hace 40 días, cuando detectó que el entonces ministro de Economía cuestionó en su intimidad las medidas de control cambiario, información recogida por los servicios de inteligencia.
"Aquella tensión se descomprimió en las últimas semanas. Pero Amado quiere terminar de despejar cualquier duda", comentaron en el palacio gubernamental".
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