Santa Cruz puede llevarse las palmas en el descontrol de las cuentas pero los problemas de caja están en todos lados . Empezando por el propio gobierno nacional, que de apuro decidió un brutal aumento para los servicios públicos bajo el eufemismo de un redireccionamiento de los subsidios.
Pero no hay marketing capaz de encubrir los ajustes que se vienen por todas partes".
Bermúdez: "De golpe, dos provincias oficialistas como Santa Cruz y Río Negro lanzaron medidas muy similares a las que hace diez años aplicó Domingo Cavallo. Y provocaron una reacción popular que recordó la de 2001.
Los argumentos de esas gobernaciones para justificar el ajuste también son similares a los de la época de De la Rúa: atribuyó la responsabilidad de los déficits provinciales a los “privilegios” de empleados y jubilados con altos sueldos y haberes, a la movilidad jubilatoria y a las paritarias. La receta fue la misma: cesantear empleados y bajar sueldos y jubilaciones".
Oviedo: "La parábola de la provincia de Néstor Kirchner no puede ser más dramática. Hace diez años su gobernador era candidato al poder nacional con la bandera de una administración prolija, con superávit y millones de dólares ahorrados en el exterior. Hoy es escenario de una catástrofe fiscal y política, y un claro ejemplo de las sorpresas que pueden esconder los números provinciales. El Estado nacional tampoco ha sido más disciplinado, pero ha tenido otras formas de financiamiento. Ha podido gastarse las reservas del Banco Central, apropiarse de los recursos previsionales y gastarlos a voluntad y, finalmente, imprimir dinero sin demasiadas ataduras.
La provincia que vio nacer a Néstor Kirchner parece haber vivido estos últimos años en un festival de gasto. Se trata de una jurisdicción relativamente pequeña, que tiene regalías petroleras y un trato privilegiado del poder central. Es difícil de entender que ahora requiera un ajuste brutal de la clase que Cristina y Néstor Kirchner siempre dijeron rechazar".
Conclusión: como los Kirchner son de Santa Cruz, y ahora gobiernan la Argentina, a ésta le va a pasar lo mismo que a aquélla.
Un análisis más amplio y menos sesgado por las pasiones antiK es el que realiza Florencia Arbeleche en Ámbito: "El estallido santacruceño es la expresión violenta del malestar que comienza a instalarse lentamente en otras provincias, donde los gobernadores impulsan también diversos proyectos de ley para reducir el gasto público en 2012, atentos a las dificultades fiscales que se esperan.
Los tibios festejos de los mandatarios, tras la firma el miércoles de la ampliación de la tregua para el pago de los vencimientos de deuda, tienen explicación. La postergación hasta 2013 de los compromisos por $ 13.621 millones no resulta suficiente para equilibrar un problema fiscal de fondo que, por caso, ya encuentra a las provincias con un déficit del orden de los $ 11.500 millones y con importantes restricciones en el acceso al crédito internacional producto de la crisis global.
En el plano local también sobran los condicionamientos: el ritmo inflacionario, la demanda de aumentos salariales y las dificultades para hacer frente a la obra pública debido al aumento de los costos se convierten en un cóctel difícil de digerir.
Frente a este escenario, la mayoría de los gobernadores estableció una pauta de gasto 2012 atada a la expectativa de reforzar los ingresos propios (vía leyes de suba impositiva), y con austeras proyecciones".
ACTUALIZACIÓN (1 día después)
Vía Señales
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