Buen comienzo el de Diament, cada vez más cerca de ver que no hay ninguna guerra, sino una explicitación de lo que se sabía hace rato: "Una de las operaciones más exitosas del gobierno Kirchner ha sido (y aún lo es) la demonización del periodismo crítico. A
diferencia de otros regímenes autoritarios o populistas que han buscado
neutralizar a la prensa por medio de la censura, la intimidación, la
confiscación o el cierre, los Kirchner (en sus dos versiones), sus
funcionarios y sus adeptos concibieron el más sutil, pero a la larga,
más redituable plan de desactivar el impacto crítico de la prensa
atacando su credibilidad.
Sin credibilidad, el periodismo no existe y
sus denuncias y afirmaciones caen en el vacío. A lo sumo, se convierten
en un aporte más al mercado del chimento, un cacareo similar al que
producen los foristas de las publicaciones online.
Esta demonización
no se logra de la noche a la mañana; requiere una paciente y persistente
campaña cuyo objetivo principal es sembrar la duda. La duda es el ácido
que va erosionando la certeza. Al poco tiempo, todo cuanto queda es
desconfianza, incertidumbre y confusión.
El gobierno logró todo esto
de manera ejemplar, ayudado, es preciso decirlo, por las características
de las empresas periodísticas, muchas de las cuales están lejos de ser
modelos de ética o de transparencia".
Fuente
Lástima que luego se confunde y cree que lo que se busca es
silenciar. No. El pedido es que cada medio le hable transparentemente a
sus audiencias al clarificarles los intereses que defiende, es decir,
su lugar de enunciación (conformado por dimensiones no sólo económicas o
financieras, sino pricipalemnte políticas, ideológicas,
político-partidarias, culturales, sociales).
Pero de a poco la
inevitabilidad del poderío del cambio de época va drenando en los que se
negaban a dar el paso de ser más honestos con ellos mismos y con el
Otro. Abandonar el bi-simualcro clásico en el que estuvo presa la
prensa: la objetividad y la independencia. Quizás esa sea la razón de
que sus mejores exponentes vean imposturas en todo lo que analizan (hoy Guyot, nuevamente en La Nación, con su "cartón pintado"): La
Nata y troupe prefieren creer que nada de lo actual es real, que siemrpe
hay una mentira detrás y que ellos son los que tienen la misión de
develarla. Habrá algunas (para las cuales, el sistema republicano (y/o democrático) tiene
preparados sus dispositvos burocráticos -la Justicia, por ejemplo-) pero conviven con grandes y
genuinas construcciones, más estructurales, esas que los revelan como
conservadores de un periodismo que perdió el flujo de la Historia.
sábado, 28 de abril de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
El camino elegido por el kirchnerismo para lidiar con la prensa "destituyente", o con el Partido de los Medios (podría haberse dicho antes), no sólo es el adecuado, sino el único que hoy puede poner en negro sobre blanco el papel de estos medios como actores políticos y parte indivisible del poder del mercado, ya que todos forman parte de megaempresas diversificadas.
Saludos.
Buen punto, Ricardo.
Gracias por tu aporte.
Publicar un comentario