Y todo por culpa de la yegua patotera (confiscadora, no expropiadora), que enojada que gente como uno no la vota ni la votará jamás, ahora quiere contaminar de cabecitas negras con plata los puros countries, rebosantes de la buena moral, esa que cultiva moseñor Aguer desde la pantalla de América un sábado como hoy. A lo sumo se puede morir un chiquito ahogado o un pituto tomar la forma de una lujosa grifería, no más que eso. Por acá, podemos agregar el juego de la olla y un perejil inocente. Pero la vida en los countries recupera ese contacto con la naturaleza que las masas desprecian y cambian por un consumismo estatiz-, no perdón, narcotizante, vacaciones y plasmas. Ya la selección natural no podrá ser posible, debido al cambio en el Código Civil que propone la viudita, que se siente Napoleón por semejante medida, que además, como denuncia nuestro curita, vendrá a modificar las relaciones filiales al permitir que las personas que no puedan concebir tengan la posibilidad de disfrutar de la magia trascendental de ser padres.
Para colmo, esos negros, todos delincuentes, que han perdido los códigos de sólo afanar y que han asesinado en democracia tantos como la Dictadura, como denuncia valientemente El Sirviente, que no los quiere estigmatizar. Pero vayamos a este nuevo ataque de esta Dictadura (porque dictadura es la de hoy, señorers. ¿O cómo calificarían ustedes que nos cobre el agua y el gas y la luz carísimas? ¿Eh?) enceguecida con las personas libres que no se dejan comprar por el chori y la coca. La Nación nos ilustra (¿quién si no?).
"Es una práctica muy difundida en los countries más
tradicionales. Cuando una persona quiere comprar una propiedad, debe
someterse a una entrevista ante un comité de propietarios. Luego debe
completar un extenso formulario con información sobre sus estudios,
pertenencia a otros clubes, deportes que practica y, en algunos casos,
hasta su religión.
Esa información se pega en una cartelera pública en el club house
para que los demás propietarios hagan sus observaciones y adviertan si
creen que existe algún impedimento para que esa persona compre la
propiedad.
Además, el interesado debe reunir las firmas de tres propietarios que avalen su ingreso en el country.
Este procedimiento, conocido como "bolilla negra" y que
generó denuncias ante el Inadi por discriminación, quedará prohibido si
se aprueba el proyecto de reforma de los códigos Civil y Comercial
impulsado por el Gobierno.
La medida propuesta no fue bien recibida por los
miembros de las comisiones directivas de algunos de los countries más
tradicionales.
"No hay que discriminar. Ese es el límite. Pero ésta [la bolilla
negra] es una práctica razonable. No son lugares públicos. Si a alguien
no lo quieren en un lugar, mejor que no vaya. En cualquier lugar existe
el derecho de admisión, sin discriminar, claro. En todo caso, un juez
podrá determinar si existe discriminación al aplicarse la bolilla
negra", defendió el propietario de una vivienda en este tipo de
emprendimientos que pidió no ser identificado.
"En más de 30 años sólo hemos aplicado dos bolillas
negras a personas que estaban vinculadas con estafas. No creo que eso
sea discriminación. Es libertad para elegir a tus vecinos para que el
espíritu de la comunidad no cambie. En las entrevistas de admisión,
nosotros les explicamos a los nuevos propietarios cuáles son los códigos
de nuestra comunidad. Qué cosas gustan y cuáles no van a ser bien
recibidas. No tiene que ver con temas de religión", explicó un miembro
de la comisión de admisión de un tradicional country de la zona de
Pilar.
"Esta es una práctica muy difundida, pero
discriminatoria. En muchos casos, no se admite a una persona en los
countries más tradicionales por el hecho de ser judío", denunció el
abogado Roberto Terrile, que impulsa una denuncia ante el Inadi para
reclamar la eliminación del sistema de bolilla negra".
Tedible, diría Madzello.
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