"Desde la misma Casa Rosada aseguran que estando en Colombia, Barak
Obama, el sábado 14 se enteró de boca de la presidenta lo que iba hacer
dos días después. El presidente norteamericano no objetó la medida. El
punto es ¿por qué Obama hizo silencio? (contrariamente a lo que dijo el
diario La Nación). Desde el mismo costado oficial explican que Cristina
puntualizó que Repsol estaba en tratativas con la petrolera china
Sinopec para vender su porción mayoritaria de YPF. Algo que no podía
permitir que ocurriera porque esa operación iría en contra los planes
defensivos comerciales encarados por Brasil.
Desde hace un año el país más grande de Sudamérica viene empujando su
plan de explotación en el yacimiento más grande del hemisferio que se
encuentra en la plataforma submarina. Debe extraer el petróleo con una
tecnología de alto costo y las petroleras chinas acechan el mercado
latinoamericano por sus ventajas ya conocidas: mano de obra barata y
tecnología compleja y a gran escala.
El asunto es que el dragón chino sobrevuela la región. Al mismo
tiempo se produce retiro de las inversiones de Repsol en YPF y
supuestamente eso generó el faltante de combustibles en Argentina y el
consecuente descontento popular.
Los hechos aparecen concomitantes y vinculados entre sí, y pusieron
al gobierno en situación de decantación y determinación. La misma
presidenta comentó el lunes del anuncio que había una política
estratégica con la Petrobras brasileña. Es decir que Argentina se alineó
en un plan guiado por el líder regional que necesita que su socio
principal le cuide la espaldas de la amenaza china. De este modo podrá,
con cierta tranquilidad, buscar petróleo de alta densidad en el fondo de
su mar. Y Argentina entonces podría contar en el futuro con parte de
esa producción mientras busca socios estratégicos para paliar la crisis.
Tal como se puntualizó en este mismo espacio hace dos semanas el
modelo de la empresa brasileña era el elegido y tanto lo es, que la
intervención ya le ofertó a Petrobras aumentar su participación en YPF.
En este tablero nos encontramos como país y por eso se entiende, sin
que sea aceptable la justificación, por qué Cristina dijo esta semana
que "la historia se construye como se puede". O sea, que el gobierno
perdió la iniciativa en este caso trascendental y que se movió en base a
las circunstancias impuestas por la realidad. En esta oportunidad el
gobierno no tuvo la iniciativa transformadora como en otros casos como
el matrimonio igualitario o la reforma del Código Civil o la
conformación de una Corte no adicta. Por eso, lo que vale para la
presidenta positivamente desde la óptica K, es haber asumido ese
condicionamiento modificar la situación y luego mostrar esta acción como
una gesta".
Fuente
Vía Roberto Povolo
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