lunes, 9 de abril de 2012

Para Pepito, el temporal también fue culpa de CFK

Uno ya no sabe si lo hace en serio o simplemente se excita con el rebote que provoca escribir con mala leche o desde la más absoluta inexistencia de datos que respalden sus sobrecargados comentarios, siempre armados para atacar al gobierno que desprecia y odia, y defender a su inútil Mauricio.
La tormenta de Semana Santa es un nuevo ejemplo (como aquellas inundaciones que sufrió CABA años anteriores, como la más reciente tragedia de Once) de este procedimiento de Eliaschev, cimentado en graciosos "peeeeeros" para imponer su argumento aunque se dé cuenta que "lo real" no le sigue la corriente.
"Indómitos y enfurecidos, muchos habitantes de los municipios más afectados tuvieron que vérselas con saqueos de mercadería, robos y una atroz especulación en los precios de productos faltantes y a la vez indispensables. Desde su residencia de El Calafate, en Santa Cruz, y tras diez días de ausencia de la Capital, Cristina Fernández ordenó sacar a la calle a rodados y efectivos de las fuerzas armadas para colaborar con las tareas, aunque ella permaneció sin moverse de su terruño patagónico. Reaparecieron los piquetes, en los que se advierte no sólo la evidente especulación de grupos políticos radicalizados, sino el propio vacío institucional y la desesperación anómica de mucha gente que se zambulle con facilidad en un griterío que los desahoga, pero poco les permite avanzar.
Es positivo que el Ministerio de Defensa haya desplegado efectivos del Ejército en las zonas más golpeadas, junto con la entrega de equipamiento, dinero y materiales de construcción, pero es también razonable preguntarse por el estado de preparación de esas fuerzas y los recursos con que cuentan de verdad para volcarse a tareas eminentemente civiles.
La más evidente de las calculadas especulaciones políticas se advirtió en la propia Capital Federal, donde el kirchnerista Defensor General del Pueblo, Mario Kestelboin, acusó al Gobierno de la Ciudad de intervención “tardía, descoordinada e insuficiente” tras el temporal, lo que le abrió el camino a la jueza Fabiana Schafrik para acoger la denuncia y “ordenarle” de inmediato al gobierno porteño a brindar asistencia directa en el plazo de 24 horas a los habitantes de la Villa 21/24, Villa Fátima, Villa Los Pinos, Villa 15, Villa 1-11-14 y los precarios asentamientos Magaldi y Zavaleta. Ya que estaba, la jueza aprovechó para “exigir” un relevamiento urgente del riesgo edilicio y la provisión de materiales necesarios para reconstruir viviendas; la entrega de colchones, frazadas, alimentos y agua potable en caso de que sea necesario; y el control del riesgo eléctrico".
Luego sigue el vuelco de tanta impotencia personal con el ya clásico defenestreo antiargentino, para volver sobre la "gélida" presidenta: "Mucha buena voluntad, mucha solidaridad, unas enternecedoras ganas de ayudar en incontables argentinos, pero todo cruzado por esa negligencia e ineptitud organizativa que suelen ser rasgos permanentes en muchas tragedias nacionales.
Las consecuencias del temporal, además, incluyeron la ausencia de una participación más directa y tangible de la Presidente, que una vez más optó por permanecer lejos del mundanal ruido. La explicación oficial es que a Cristina Fernández le repugna la “demagogia” sensiblera y no querría aparecer chapoteando barro en medio de la precariedad del Gran Buenos Aires. Es un argumento atendible, pero cabe preguntarse si la alternativa a ese peligro es esa distancia confortable pero gélida que le impide acompañar a los afectados y carecientes en momentos de enorme angustia. Porque los efectos devastadores del temporal que zamarreó con furia a tantas vidas sencillas y esforzadas, podrían haber sido -es cierto- argumento para baratas especulaciones oportunistas, pero eran también un desafío para mostrar en el terreno, y no desde la lejanía majestuosa, a una conducción compasiva, humana, sencilla y cálida, tomando temperatura personal a una realidad que no deja de ser profundamente injusta" (Fuente).
Sabemos que si CFK se hubiera trasladado a la zona del desastre, habría escrito lo contrario, ¿no? Y los "peeeeros" desaparecerían...
Ah, cierto. No, de Mauricio, nada. ¿Se imaginan si CFK estaba de vacaciones en Europa, o en Miami, o en Punta?
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Paaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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