Uno ya no sabe si lo hace en serio o simplemente se excita con el rebote que provoca escribir con mala leche o desde la más absoluta inexistencia de datos que respalden sus sobrecargados comentarios, siempre armados para atacar al gobierno que desprecia y odia, y defender a su inútil Mauricio.
La tormenta de Semana Santa es un nuevo ejemplo (como aquellas inundaciones que sufrió CABA años anteriores, como la más reciente tragedia de Once) de este procedimiento de Eliaschev, cimentado en graciosos "peeeeeros" para imponer su argumento aunque se dé cuenta que "lo real" no le sigue la corriente.
"Indómitos y enfurecidos, muchos habitantes de los municipios más
afectados tuvieron que vérselas con saqueos de mercadería, robos y una
atroz especulación en los precios de productos faltantes y a la vez
indispensables. Desde su residencia de El Calafate, en Santa Cruz, y
tras diez días de ausencia de la Capital, Cristina Fernández ordenó
sacar a la calle a rodados y efectivos de las fuerzas armadas para
colaborar con las tareas, aunque ella permaneció sin moverse de su
terruño patagónico. Reaparecieron los piquetes, en los que se advierte
no sólo la evidente especulación de grupos políticos radicalizados, sino
el propio vacío institucional y la desesperación anómica de mucha gente
que se zambulle con facilidad en un griterío que los desahoga, pero
poco les permite avanzar.
Es positivo que el Ministerio de Defensa haya desplegado efectivos del
Ejército en las zonas más golpeadas, junto con la entrega de
equipamiento, dinero y materiales de construcción, pero es también
razonable preguntarse por el estado de preparación de esas fuerzas y los
recursos con que cuentan de verdad para volcarse a tareas eminentemente
civiles.
La más evidente de las calculadas especulaciones políticas se advirtió
en la propia Capital Federal, donde el kirchnerista Defensor General del
Pueblo, Mario Kestelboin, acusó al Gobierno de la Ciudad de
intervención “tardía, descoordinada e insuficiente” tras el temporal, lo
que le abrió el camino a la jueza Fabiana Schafrik para acoger la
denuncia y “ordenarle” de inmediato al gobierno porteño a brindar
asistencia directa en el plazo de 24 horas a los habitantes de la Villa
21/24, Villa Fátima, Villa Los Pinos, Villa 15, Villa 1-11-14 y los
precarios asentamientos Magaldi y Zavaleta. Ya que estaba, la jueza
aprovechó para “exigir” un relevamiento urgente del riesgo edilicio y la
provisión de materiales necesarios para reconstruir viviendas; la
entrega de colchones, frazadas, alimentos y agua potable en caso de que
sea necesario; y el control del riesgo eléctrico".
Luego sigue el vuelco de tanta impotencia personal con el ya clásico defenestreo antiargentino, para volver sobre la "gélida" presidenta: "Mucha buena voluntad, mucha solidaridad, unas enternecedoras ganas de
ayudar en incontables argentinos, pero todo cruzado por esa negligencia e
ineptitud organizativa que suelen ser rasgos permanentes en muchas
tragedias nacionales.
Las consecuencias del temporal, además, incluyeron la ausencia de una
participación más directa y tangible de la Presidente, que una vez más
optó por permanecer lejos del mundanal ruido. La explicación oficial es
que a Cristina Fernández le repugna la “demagogia” sensiblera y no
querría aparecer chapoteando barro en medio de la precariedad del Gran
Buenos Aires. Es un argumento atendible, pero cabe preguntarse si la
alternativa a ese peligro es esa distancia confortable pero gélida que
le impide acompañar a los afectados y carecientes en momentos de enorme
angustia. Porque los efectos devastadores del temporal que zamarreó con
furia a tantas vidas sencillas y esforzadas, podrían haber sido -es
cierto- argumento para baratas especulaciones oportunistas, pero eran
también un desafío para mostrar en el terreno, y no desde la lejanía
majestuosa, a una conducción compasiva, humana, sencilla y cálida,
tomando temperatura personal a una realidad que no deja de ser
profundamente injusta" (Fuente).
Sabemos que si CFK se hubiera trasladado a la zona del desastre, habría escrito lo contrario, ¿no? Y los "peeeeros" desaparecerían...
Ah, cierto. No, de Mauricio, nada. ¿Se imaginan si CFK estaba de vacaciones en Europa, o en Miami, o en Punta?
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Paaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
lunes, 9 de abril de 2012
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