Boudou, casi de manual, sale con los tapones de punta sabiendo de la endeblez de la operación floja de pruebas en su contra, e inmediatamente La Nata, Venturita y Alfano (junto a los conductores del turno de la tarde, Maciel y Franco "me hago cargo de lo que digo" Salomone) deben salir a defender a Magnetto haciendo malabares y prometiendo la pronto remoción del vice que, como titular de las Anses, le sacó el formidable negocio de las AFJPs, que vivían estafando a los jubilados argentinos (teléfono para Oviedo en La Nación que, suelto de cuerpo, afirma que "el funcionario también acusó a las AFJP de haber cometido delitos contra los jubilados en sociedad con el Grupo Clarín, pero no ofreció ninguna explicación acerca de por qué no ha hecho denuncias judiciales sobre el particular". Aquí va apenas un link como para que se entere).
Venturita, siempre tragando saliva en cámara, lo vio muy solo a Boudou (¿qué esperaban? ¿Que el tipo se presentara rodeado por todo el gabinete?) y dijo que todas las acusaciones del vice contra el juez Rafecas era para poder recusarlo y sacarlo de la causa. Aunque luego tuvo tiempo para contradecirse al sostener que el plazo de una posible recusación ya había expirado.
Alfano llegó un poco más tarde, quizás se demoró en asesorarse muy bien sobre qué tenía que decir. Intentó también por el lado de la soledad de Boudou y cuando ya sacaron al aire al vocero del grupo, Jorge La Nata, se animó a aventurar que Boudou tiene los días contados en el gobierno. El fundidor de Crítica dijo: "Quizás éste haya sido el último discurso que hayamos visto de Boudou. Hoy quemó las naves".
Por supuesto que la queja por no poder llevar a cabo escenas histéricas de preguntas al vice de CFK estuvieron a la orden del día, a tal punto de ser el principal encuadre que realizaron mediante el título correspondiente: "Boudou atacó pero no contestó". "Nosotros habíamos mandado a Wiñazki", se lamentó el crispado La Nata, luego de haber insultado en Radio Mitre a un colega al aire.
Para el cierre, Franco Salomone calificó de pantomima la presentación de Boudou y de una falta de respeto total a la profesión el no permitir que sus movileros se pudieran lucir al intentar poner en aprietos en público a un funcionario tan alto de la administración kirchnerista.
Durante los casi 45 minutos que duró la defensa irrestricta del CEO del Grupo para el cual trabajan, los 5 dejaron traslucir un apuro porque la Justicia confirme como prueba lo que apenas puede ser considerado como pistas de un supuesto vínculo de Boudou con un tipo que sería su testaferro en una operación que involucraría a..., etc, etc, en un dudoso entramado de potenciales propio de un libro de Luisito Investigador. La tapa de hoy de Clarín es bien significativa al respecto: presenta como un juicio definitivo ("prueban") algo que es parte de una investigación solamente en curso, muy distante (si es que se da) de un cierre con una sentencia codenatoria.
Con respecto a Boudou, no lo favoreció el tono socarrón del principio; mejoró cuando se puso serio y complementó sus acusaciones con datos precisos (nombres y fechas), que en todo caso, también, deberán ser ratificadas por la Justicia, si así correspondiere.
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