"Hay dos clases de visiones sobre el pasado: la Historia, que es una búsqueda honesta. Y el relato, que está destinada a la manipulación ideológica de los jóvenes". Con estas palabras termina recién su bloque Mariano Grondona, en el cual se entusiasmó con el nuevo libro de Juan Bautista "Tata" Yofre (ex jefe de la SIDE de Menem) sobre Malvinas, "1982".
En medio de un clima revindicador de los militares guerreros, no burócratas (como los llamará en un momento Grondona) y disfrutando de un clima épico y admirador de la "pureza" (¿higiene?) militar, el eterno colaboracionista se sinceró: "Yo fui formado muy pro-británico. Entonces, no podía creer que los británicos eran los malos y los negritos morochos eran mis hermanos. Que los ingleses mataran a nuestros cabecitas negras fue un gran impacto para mí. Todavía lo es".
Mientras el Tata desarrollaba jugosas anécdotas sobre Galtieri y secuaces (hoy reproduce una Clarín), Grondona seguía con su sincericidio: "El brigadier Basilio Lami Dozo (miembro de la Junta militar que detentaba el poder) me había encargado a mí el traspaso del poder político a la sociedad, en varias etapas. Luego, (el general Roberto) Viola se negó a instrumentarlo y fracasó ese plan".
Llegó a justificar la movida desesperada que la Dictadura intentó con Malvinas: "Querían tocar e irse. Hacerse de las Malvinas, dejar 4 gendarmes y salir. Pero en el acto del 10 de abril, Galtieri pensó que podía ser un nuevo Perón. Son las tragedias que nos han pasado".
Más temprano, en La Nación, había defendido al genocida Julio Argentino Roca al considerar que la matanza que llevó a cabo en la "Conquista del Desierto" no fue de pueblo originarios sino de mapuches invasores. Nada escribió sobre qué hizo Roca con las tierras luego. Y cómo se relaciona esto con su pertenencia de clase y con los actores históricos de los cuales hablaría una vez más en su programa nocturno.
lunes, 3 de octubre de 2011
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1 comentarios:
Parece que don Mariano, a pesar de su supuesta erudicción, no ha caído en la cuenta que la historia, por honesta que sea, es un relato y como tal está cargado ideológicamente. La Historia ascéptica y objetiva no existe
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