En días en los que la industria editorial argentina está discutiendo dejar de importar libros e imprimirlos acá para crear más fuentes de trabajo genuino, buenas noticias nos traen Clarín y La Nación hoy: ¡Sergio y Carlos editaron sus respectivos libros! Muy esperados, obvio.
"En “Prendé el optimismo” (Editorial Planeta), Lapegüe transmite un claro mensaje: “Pretendo hacerle ver al lector que el llegar , no es el objetivo, sino que el seguir , es el camino. Yo no soy un escritor. Pero a la vez digo que lo soy, porque me animé a escribir un libro. Y si esto sirve para alentar a alguien que no se atreve a hacerlo, voy a estar muy contento de que haya miles de escritores en el país”. Después, bajo sombrillas azules, Lapegüe comenzó a firmar libros. Quizás está iniciando su carrera de escritor", dice la entusiasta crónica del diario del monopolio para el cual trabaja el flamante escritor.
El libro de Carlos M. Reymundo Roberts se llama "Aguanten los K" (Editorial Sudamericana). "Desde hace más de un año, Carlos M. Reymundo Roberts escribe los sábados, en La Nacion, la columna De no creer, una mirada mordaz sobre los Kirchner y sobre la increíble Argentina de estos tiempos. En las 62 columnas políticas que lleva publicadas, Reymundo Roberts, prosecretario general de Redacción del diario, busca poner de acuerdo al editor y al columnista, al antikirchnerista rabioso y al ultra K que conviven, ahora también, en este libro", lo presenta su empresa, mientras que Pagni se desvive en adjetivaciones para con el fiel del Opus Dei: "La señora del micrófono es la nota fundadora. Describe un acto público de CFK formulando una hipótesis imposible de verificar: registra las impresiones que circulan por la cabeza de los asistentes, desde Scioli y Pampuro hasta la muchedumbre presente. El paso siguiente, Sueños perturbadores en la era Kirchner, va de lo conjetural a lo onírico. Roberts da cuenta de cómo se es oficialista y cómo se es opositor a partir de dos sueños que, finge, le ocurrieron a él. Esta transición se completa cuando las columnas ingresan sin inhibiciones en la ficción. El primer relato de este nuevo tipo es Una picante noche en la alcoba de Olivos. En él, Cristina y Néstor Kirchner intercambian reproches sobre una crisis que el Gobierno arrastra desde el conflicto con el campo. Es un texto llamativo por lo teatral, tan realista que convenció a muchos lectores de que trataba sobre hechos verdaderos. Lo curioso es que lo eran. En rigor, comenzaron a serlo cuando Sandra Russo publicó La Presidenta, donde CFK revela una discusión con su esposo que parece una copia de la que había salido de la cabeza de Roberts más de un año antes".
¡Que el buen humor y la ironía no decaigan en estos 4 años!
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