En un feriado hermoso, ¿qué mejor que darse con una dósis de Kovadloff-Eliaschev tratando de reinstaurar (por enésima vez) la dilecta Teoría de los Dos Demonios para "explicar" los sucesos de los años 70's en nuestro país?
"Los jueces prueban que fue el terrorismo el primero en recurrir a la violencia armada. Ello permite echar luz sobre la criminalidad -impune todavía- de tantos delitos cometidos en nombre de la revolución", se excita el filósofo independiente, que hace poco llamó a la población a votar en contra de CFK porque sino se estaba en contra de la Constitución ("Lo que primeramente hace falta es derrotar al kirchnerismo. Se trata de identificar o dejar de identificar la línea divisoria entre quienes comprenden que es indispensable defender la democracia y volver a consolidarla y quienes la esquilman sin pudor por entender que es otro el camino que debe seguir la organización nacional. De modo que o se está con la Constitución o se está contra ella. Con el propósito de respaldarla o con el proyecto de abolirla en favor de otra legalidad", quería confundir Santiago en aquellos todavía esperanzados días de fines de junio). No le hicieorn caso. Ni le harán el 23O. Pero bueno. Sigue siendo independiente, eh. Ah, sí, sí.
"Lúcidamente procede, pues, Eliaschev al recordar que sigue impaga la deuda contraída con la verdad y la justicia mediante el encubrimiento de las acciones terroristas. La mistificación y la idealización de esos delitos de lesa humanidad están entre los obstáculos que impiden comprender y superar un pasado tormentoso. Y aun cuando en su momento la Cámara Federal no vaciló en denunciarlos, siguen pendientes de condena los responsables de tantos secuestros y asesinatos (la Cámara Federal contabilizó más de 700 muertes) cometidos en nombre de "la patria socialista" y en desmedro de la democracia y la Constitución", miente Kovadloff ya que dichos delitos NO son de lesa humanidad para la Justicia global (al respecto, leer en la misma La Nación este artículo del ex juez de la Corte Suprema, Gustavo Bossert, que en su pasaje más significativo admite: "La comunidad se ha abstenido, hasta ahora, de extender claramente esa calificación a los crímenes cometidos por organizaciones terroristas. Ello determinó, por ejemplo, que, en junio, la Corte Suprema le negara a España la extradición del terrorista etarra Lariz Iriondo. El motivo de esa omisión habría sido, hasta ahora, el temor de poner en manos de gobiernos autoritarios un arma de persecución a sus opositores políticos, y no hay disposiciones expresas en los pactos ni resoluciones terminantes de los organismos internacionales que califiquen de lesa humanidad los crímenes cometidos por organizaciones terroristas, más allá de, por ejemplo, las expresiones del art. 7 del Estatuto de Roma que creó la Corte Penal Internacional, que, al definir los crímenes de lesa humanidad, dice que pueden ser cometidos por un Estado "o una organización", lo que abre el debate sobre los alcances de esta expresión"). Hasta que no sean declarados así (como sí lo son los cometidos por el Estado) ya prescribieron. Raro, en un hombre tan respetuoso de la ley.
"La media verdad ganada sobre aquel oscuro país que fue el nuestro, debe y puede llegar a convertirse en una verdad entera, si lo que ya se sabe se completa con la explicitación de lo que, pese al esfuerzo cumplido por los hombres del juicio, se ha vuelto a silenciar y negar", apuesta Kovadloff, nunca pronunciándose a favro de los juicios contra los represores que se están llevando a cabo en el país, a pesar de las resistencias que ofrecen varios estamentos de la Justicia, la mayoría nombrados durante la Dictadura. Y menos que menos que el país sangrante no lo era desde comienzos de los 70's, sino más bien desde el '30, el '55, o el '66. ¿Dónde se habría puesto Kovadloff en esos golpes de Estado contra gobiernos democráticos?
Pero más allá de eso, enternece ver a Eliaschev tratando de recuperar a su amado Alfonsín en esa verdadera gesta que fue el Juicio a las Juntas Militares. El ejercicio que proponen las plumas de La Nación es que aquélla fue limpia, desinteresada, no partidaria, republicana, etc, como todo lo que hacen todos aquellos que no son kirchneristas. En vez, estos hacen todo por intereses espúreos. Y en esa falsa dicotmoía quieren instalar lo que relamente desean: que se paren los juicios contra los patriotas que no permitieron que hoy Argentina fuese Cuba o Venezuela (se puede agregar Corea del Norte, si se desea. Hasta Libia, puede ser).
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