Mientras Van der Kooy se queja porque la reforma política fue la que no le permitió a su Grupo A(hhh) ganar el 14A y la que facilitó que el oficialismo ya la tuviera fácil antes de esa fecha ("Una cuestión que debería repasarse a futuro, quizás, sería el modo en que resultó concebida la reforma electoral que dio origen a las internas abiertas, obligatorias y simultáneas. En el terreno, por el verticalismo peronista y las debilidades opositoras, aquellas primarias se convirtieron en pre-presidenciales. Terminaron por definir el escenario, de modo categórico, sesenta días antes. Ese período tan breve, aún cuando los resultados hubiesen dejado alguna incertidumbre, habrían favorecido antes al postulante del Gobierno que de la oposición. Ese sector del mosaico político estaba obligado a resolver dos dilemas perentorios: el del fortalecimiento de los candidatos y la construcción de la confianza popular. Cristina y el kirchnerismo disponían, en ese sentido, de una enorme ventaja"), mientras la Lila ya no sabe qué hacer para no caer en el 0% (“Todos los gobiernos dictatoriales comenzaron con democracias y la población cambió el éxito económico por la libertad”) y el Gato habla de su cola ("Hay algún indicio cierto en el gobierno o en sectores de la oposición que vislumbren hacia el futuro la posibilidad de instalar con algún grado de posibilidad una Reforma a la Constitución Nacional que habilite un tercer mandato de Cristina Kirchner? La respuesta, es no. Ni en la cabeza de la Presidenta, ni de algún miembro de la oposición. ¿Por qué se armó, y sobre todo entre los opositores, una discusión innecesaria que no está en la agenda de nadie y lejos de las necesidades de la gente? Y ¿por qué la oposición, que debe encontrar un mensaje de polarización con el gobierno se enroscó en semejante polémica, que sólo sirvió para ensalzar algunos egos discursivos? Se puede decir que, una vez más, Elisa Carrió ha sabido usar sus apariciones mediáticas, siempre bien estudiadas y cuidadas, para “meter la cola”. Y que logró, sembrando sospechas sobre un hipotético acuerdo entre Hermes Binner y el oficialismo, hacer daño sobre la figura del santafesino, en momentos en que éste viene asomando como segundo"), mientras el vice del hijo de Raúl pide por favor volver al FMI que si no sus clientes se van a enojar ("“Ser parte del FMI es como ser socio de un club muy caro, del cual no aceptamos usar sus instalaciones. No queremos ir a la pileta para no tener que pasar por la revisión médica. El FMI está para auditar nuestras cuentas externas”), Burgueño publica:
"El Gobierno ya está pensando en el día después. Para luego del 23 de octubre, ya se planifica la forma en que se encararán los últimos meses del año, con la intención de definir la mayor cantidad de cuestiones económicas posibles que despejen incógnitas para 2012.
Ya hay una decisión tomada. No habrá aumentos en las tarifas de transporte ya que se considera que este gasto está dentro de la ayuda social que el Gobierno debe seguir manteniendo en grandes núcleos de la población. A partir de esta determinación, no habrá cambios en los boletos de colectivos, transporte de media distancia, trenes y subtes. En todos estos casos, además, los aumentos salariales de los trabajadores de estos sectores serán nuevamente negociados entre los gremios y las empresas contratistas, con la intervención del sector público, que en definitiva será el que aporte el efectivo para concretar los aumentos.
La clave para la racionalización del gasto en 2012 se concentra en dos rubros: la electricidad y el gas. Ya está tomada la decisión de ir eliminando los subsidios en cuatro ciudades: Capital Federal, Córdoba, Mendoza y Rosario. Hay una característica en estas localidades: en todas perdió el oficialismo y están en manos de la oposición".
miércoles, 12 de octubre de 2011
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