"Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, podría quedar solo en la red de relaciones empresariales de la Argentina. El principal grupo multimedia perdió su posición dominante en la mesa chica de decisiones de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) que compartía con el titular de Grupo Techint, Paolo Rocca, cuando este último tenía empantanada su relación con el Gobierno. Esta semana, luego de que Cristina Kirchner prometiera en la cumbre de la Unión Industrial Argentina sintonía fina, Rocca reconoció: “Hay que mirar para adelante”, cuando se le preguntó qué cambió en el Gobierno para dejar de criticarlo siendo que hace unos meses utilizó las palabras “discrecionalidad” e “intervencionismo” para definirlo.
La nueva etapa no es privativa de Techint. En AEA varios de los integrantes de la mesa chica de decisiones aseguran que ahora la entidad que se identificaba como opositora al Gobierno tenderá a construir puentes con él.
“Los empresarios dieron un paso adelante y Magnetto se quedó en su lugar, pero no se opone”, definió una fuente.
El paso adelante de AEA que dejó en el camino a Magnetto es un reflejo común en estos tiempos entre los nucleamientos empresariales. La Sociedad Rural Argentina, el enemigo público número uno en el discurso gubernamental de 2008, ahora tiende puentes con el oficialismo. “El problema que tiene la SRA es su vocero, que aunque quiere, no le sale”, dijo un industrial sobre Hugo Biolcati que ayer festejó la apertura de exportaciones de trigo".
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"Según los datos de Cifra, el Centro de Estudios de la CTA que dirige Eduardo Basualdo, las 200 empresas de mayor facturación (sin agro ni finanzas) mantuvieron una tasa de utilidad sobre ventas muy elevada, incluso en la crisis mundial de 2009. En los años de la convertibilidad, 1991-2001, esa tasa de rentabilidad para la cúpula empresarial promedió el 3,1 por ciento y saltó al 8,5 por ciento entre 2003 y 2010. La presidente dijo que no le molestaba que tuvieran ganancias “en tanto y en cuanto esa utilidad por encima de estándares internacionales” no se fugue a Europa o Estados Unidos, “porque el dinero que no está acá se va para allá”. En la Conferencia de la UIA, Cristina fue más específica, al mencionar el caso de “algunas empresas grandes” que “habían comprado igual cantidad de dólares o más de la que nosotros les habíamos prestado en pesos a tasa negativa”. Entre quienes escuchaban con el rabo entre las patas estaba el vicepresidente de la UIA y director de Ledesma, Federico Nicholson, a quien Mendiguren impulsa como ministro de Industria. El presidente de Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, varios de sus hijos amantes de los yates de lujo y el propio Nicholson compraron once millones de dólares durante la corrida cambiaria que el gobierno sofocó la semana pasada. Habían recibido un crédito del Bicentenario por nueve millones de dólares, como parte de la inversión en un criadero de chanchos del viejo Blaquier, por un total de 140 millones de pesos. El gobierno no se quedó en palabras: Nicholson y Blaquier fueron confrontados con la documentación probatoria del uso dado al crédito, cosa que al principio negaron, y debieron comprometerse a reingresar ese dinero e invertirlo en el país. El año pasado, Nicholson presidió la misma conferencia y fue uno de los críticos más severos de “la excesiva intervención estatal”. Este año guardó prudente silencio. Cristina también mencionó el caso de otra “gran empresa” que en 2010 obtuvo utilidades superiores en un 31 por ciento a las de 2008 (cuando contó con apoyo estatal para mantener la ocupación), pero invirtió “un 35 por ciento menos que en el 2008”. Se refería a Siderar, de la transnacional italiana Techint, cuyo principal accionista, Paolo Rocca, también estaba en la sala. Rocca también asumió compromisos de inversión, que aún no son públicos y cuyo cumplimiento el gobierno verificará. En la historia de las relaciones con el Estado siempre los reclamos y las exigencias provenían de las grandes empresas. Ahora también se recorre el camino inverso. Por primera vez, los interlocutores gubernamentales del holding milanés con sede corporativa en Luxemburgo no están en la lista de las “prestaciones de sede” de Techint, como llama su financiera cautiva, Santa María, a los pagos inconfesables a funcionarios. O dicho con las palabras con que CFK comparó en la UIA la situación argentina con la de Europa: “Hay que respetar a los mercados, pero los que gobiernan son los elegidos por el voto popular. Esto lo tengo muy claro”".
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Y por otro lado del establishment...
"El flamante presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, es un testarudo defensor del ex arzobispo de Santa Fe Edgardo Gabriel Storni, acusado y condenado en diciembre de 2009 a ocho años de prisión por el delito de abuso sexual agravado.
Sin importarle lo fallado por la justicia, que encontró a Storni culpable por manosear a Rubén Descalzo cuando este era seminarista, el sucesor de Jorge Bergoglio sostuvo después de aquel veredicto que lo del pedófilo se trató sólo de “un beso que le dio en el cuello” a Descalzo, y que Storni “entiende que no es un acto de abuso, que no lo hizo con esa intención”.
Gran amigo de Storni, a quien sucedió en el Arzobispado de la provincia, fue Arancedo el que intervino para que el sacerdote cumpliera su prisión domiciliaria –gracias a tener 73 años al momento del veredicto– en una lujosa quinta ubicada en la localidad cordobesa de La Falda, propiedad de la Iglesia santafesina.
“No es un caso de pedofilia, no confundamos. A Storni la Iglesia le ha pedido la renuncia y él se encuentra en una casa, que es del Arzobispado, por obispo que ha sido aquí. Ha dejado de ejercer su ministerio. Ha habido, de parte de la Iglesia, firmeza frente al hecho. Y él se siente no culpable”, dijo Arancedo en abril del año pasado a LT10 de Santa Fe, posteriormente a haberse probado el acto de pedofilia de su colega.
“él está jubilado como obispo emérito” –reconoció el titular de la CEA–, en referencia a los haberes cobrados mensualmente por el reo, que en la actualidad superarían los 6500 pesos.
Descalzo, quien denunció a Storni por un hecho ocurrido en 1992 cuando estudiaba en el seminario, sostuvo que “la justicia alguna vez llega a buen puerto”, y que el proceso le sirvió para “cerrar una etapa de mi vida que estaba pendiente”, en la cual “te sentís vulnerado y avasallado en tus derechos”.
“Nunca llegaremos a la capacidad de diálogo sin una sincera reconciliación”, sostuvo Arancedo en una de sus intervenciones como arzobispo.
Al punto que en 2006 avaló la celebración de una misa en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, de la capital santafesina, organizada por Alicia Velázquez en honor a su esposo Eduardo “Curro” Ramos.
El homenajeado, un ex agente que purga una condena de 23 años de prisión por haber reprimido y torturado durante la dictadura militar en el D2 de la policía de Santa Fe, escribe libros con la “verdad completa” pregonada a los gritos por Cecilia Pando, también presente en aquella misa junto a su marido Rafael Mercado, otro conocido ultramontano.
“¿Los organismos de Derechos Humanos? No, no los conozco”, dijo en esa oportunidad el cura Ricardo Mazza, maestro de ceremonias, que en su homilía rogó por “una Argentina que se desangra en luchas intestinas”.
El encuentro que autorizó Arancedo –o que al menos nada hizo por impedir– contó con adhesiones estelares. Por ejemplo la del genocida Christian von Wernich".
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