sábado, 26 de noviembre de 2011

Las provocaciones de La Nata y Bonasso

""Es un delirio que la Presidenta llame a Kirchner como él. Él es Dios. Es raro y no es normal", deslizó Lanata, en diálogo con Tiene la Palabra, ciclo de la señal de cable TN. En ese sentido, el periodista cuestionó la utilización de la imagen del ex presidente en los spots de campaña de Cristina Kirchner. "Néstor no está vivo y no competía. No tiene que estar en el spot electoral de la jefa del Estado", añadió.
"Nunca había visto esto en la Argentina. Esa cosa de amigos que se dejan de invitar a los cumpleaños, familiares que se dejan de ver o que haya temáticas de las cuales mejor no hablar. Hay una división muy grande de la gente desde hace muchos años. Me da tristeza", analizó el periodista, quien responsabilizó al oficialismo de fomentar esa fragmentación de la sociedad.
"Ese tipo de odio y división no me gusta, porque si no aparece un boludo como el de Fopea y te tira un piedra. El Gobierno no te tira una piedra, te tira un tiro si quiere, pero genera un ámbito en el cual es posible que un papista para hacer mérito te pegue con un palo en la cabeza", explicó".
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"La devastadora y prematura muerte de Néstor la cambió y al final el dolor encontró un equilibrio y –sostienen algunos cercanos– también una liberación. Finalmente Ella era sin El. Este proceso pudo desarrollarse, en paralelo, con el experimento de entronización de Néstor y la creación del mito. Este Néstor, El, el Nestornauta, el Néstor del majestuoso y exagerado mausoleo de Río Gallegos, es un invento de Cristina. El capítulo 1 del Relato necesita esa épica, que comenzó con una cuidada y premeditada transmisión del velorio y tuvo su preestreno con el despliegue de Fuerza Bruta en el Bicentenario y con Tecnópolis luego.
El CEO de una compañía de servicios aún recuerda ese día con escozor:
—Nos juntamos varios tipos de la industria en la esquina del Banco Nación para ir a la Rosada a darle el pésame a Cristina. Al grupo se sumó también un popular animador de la televisión y entramos todos juntos. Al rato, yo estoy al lado de este tipo de la tele cuando abraza a la Presidenta para consolarla. Estábamos todos como entre bambalinas, en la parte más reservada. Cuando a la noche llego a mi casa, veo en el noticiero al tipo este de la tele abrazando a la Presidenta, pero en otro lado, justo frente al cajón. No entendía nada, si cuando la abrazó yo estaba ahí y había sido en otro lado… Entonces me di cuenta: al tipo lo habían hecho abrazarla otra vez, pero para la cámara. Me impresionó que en ese momento alguien tuviera la frialdad de estar marcando esas cosas".
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"“Es probable que la presidenta tenga intereses en común, no conozco el momento en que le dieron el cheque ni por cuánto es el cheque pero evidentemente hay corrupción estructural detrás de todo esto pero lo más grave, siendo gravísimo y debiendo ser penado, no es la corrupción sino lo que se está entregando: soberanía impositiva (el acuerdo tributario, delegando la capacidad de cobrar impuestos) y soberanía territorial”, acusa.
Aunque su investigación llegó a las librerías hace poco más de un mes, asegura que “hay una orden de arriba de no contestarme, generalizada, que abarca a todos: cómo le explican a los intelectuales de Carta Abierta y a los chicos de La Cámpora que este proyecto es mucho más entreguista que el de (Carlos) Menem. O sea, que es el de continuación de Menem por otros medios, pero es peor. ¿Cómo le explican a los militantes?”".
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Mientras, consiguen distraer -a varios- de la discusión de fondo: la independencia (falsa) del periodismo.
Como ésta crónica que se refugia en el periodismo militante para seguir sosteniendo la falacia de la objetividad. Máscaras que ya se cayeron hace rato.

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