Un domingo de absoluta complementariedad Clarín-La Nación, en un recorrido bicicleteril desde la debilidad supuesta del kirchnerismo (justo funcional a sus intereses como empresas periodísticas) hasta la vuelta del mito de la salud mental de la Presidenta.
El marido de la amiga de la esposa de Ciro James sostiene que los triunfos K son irreales y apuesta por la rebelión peronista antikirchnerista igual que uno de los candidatos del Grupo: "Las últimas elecciones locales han disipado el clima triunfalista que había creado el Gobierno y han introducido verdaderas dudas por el comportamiento del electorado real, fenómeno que no alcanza a ser reflejado por las encuestas.
El peronismo ha quedado realmente escaldado con las arbitrariedades e imposiciones en el armado de las listas de candidatos. Ha quedado claro en Santa Fe que los peronistas enojados eligieron a Del Sel para manifestar ese malestar. En otras provincias, como La Pampa, el entrevero ha sido público. Pero en todas, el dedo de Olivos funcionó a pleno. Quizá en esta primera vuelta de agosto esa opinión crítica se manifieste con elocuencia . Es lo que dicen que pasará algunos caudillos del PJ. En ese escalón de las primarias, quizá sea el tiempo de la venganza del PJ por la arbitrariedad sin que la sangre llegue al río. Pero ya se sabe lo que pasa cuando se abre la Caja de Pandora".
La Viau refuerza la idea central de la campaña del Cabezón de las Muertes y los Saqueos: de que el aparato justicialista se rebelará contra CFK y que él es el único que puede sacarla. "Un político inteligente y profundo conocedor del distrito que concentra el 40 por ciento del electorado, sostiene lo mismo, aunque en términos más descontracturados: “les está agarrando el fierrito – dice--. No saben cómo va a reaccionar el peronismo bonaerense después de tanto maltrato”.
En el reducido mundo de la Presidenta campea así la presunción de que el momento elegido por el aparato para la venganza será la celebración de las primarias abiertas y obligatoria s. Uno de los instrumentos sería el “voto delivery”. Por eso, para desactivarlo, las boletas municipales – que ya están impresas – se distribuirán sobre la hora. La operación “delivery” (timbreado y suministro de boletas garantizando al candidato a intendente y sus concejales, y el resto a la carta) necesita no menos de 15 días de preparación. Ese “piqueteo” casa por casa no se hace en un abrir y cerrar de ojos. El “cristinismo” y sus torpezas han hecho caer a la Presidenta en lo que se quería evitar: la dependencia de Daniel Scioli, ubicado diez puntos por encima de ella en todos los sondeos".
Van der Kooy lleva esa debilidad hacia atrás, para defender a su íntimo amigo: "¿No es grave, acaso, afirmar que en el 2008 intentó ser destituida? ¿No es grave afirmar que Clarín había intentado un supuesto veto a su candidatura presidencial? ¿No lo es, además, asegurar que su entonces jefe de Gabinete, Alberto Fernández, era el vocero dentro de su propio Gobierno de aquel intento de veto y del Grupo Clarín? No existe un solo elemento político objetivo, más allá del imaginario presidencial, sobre aquella supuesta jugada destituyente. Es una falta a la verdad histórica el veto a su candidatura y la complacencia con ese veto del ex jefe de Gabinete. Alberto Fernández fue un fogonero tenaz de la candidatura de Cristina, incluso más que el propio Néstor Kirchner. El juicio no se basa en ninguna investigación: este periodista, por su condición de tal y sin exclusividad, fue testigo en numerosas ocasiones de cómo el ex jefe de gabinete se ocupó de labrar y difundir, con peroratas cansadoras, la postulación de Cristina.
También sorprende, por su inverosimilitud, la visión que Cristina posee sobre el conflicto del campo y su desenlace. “No pensamos nunca en retroceder, ni en negociar ni en hacer un gobierno débil”, asegura en el libro. El 17 de julio del 2008 a la mañana, después del voto no positivo de Julio Cobos sobre la resolución 125 que cayó en el Senado, la Presidenta habló con Alberto Fernández para decirle que Kirchner la instaba a renunciar .
El jefe de Gabinete estaba en su domicilio con el asesor presidencial Juan Carlos Mazzón, con Florencio Randazzo, ahora ministro del Interior, y con Aníbal Fernández, ahora jefe de Gabinete. Los tres quedaron allí y Alberto Fernández corrió hasta la residencia de Olivos.
Cuando llegó encontró al matrimonio sollozando . Había muerto esa misma mañana Oscar Vasquez, un diputado santacruceño, amigo de ambos. El ex presidente rompía papeles en una máquina trituradora.
Cristina estaba convencida también, como su marido, que debía alejarse del Gobierno . Kirchner le había adelantado la novedad, incluso, al dirigente piquetero Emilio Pérsico. Como un rumor, la información había llegado a oídos de Felipe Solá. Nunca se supo en qué términos hablaron los Kirchner con Alberto Fernández, pero la idea de la renuncia se evaporó . Sólo se constataron tres llamadas del entonces presidente brasileño Lula Da Silva, que la Presidenta atendió un día después. Mazzón, Randazzo y Aníbal Fernández aguardaron el regreso del jefe de Gabinete y respiraron aliviados con la novedad. Este periodista no fue testigo de ese episodio: lo reconstruyó con los años, en diálogos habituales con algunos de los protagonistas citados".
Como si fueran un solo diario, Joaco, desde La Nación, complementa la versión: "Una semana después, Néstor Kirchner lo acusó a Fernández de haber influido de mala manera ante su esposa. Tendríamos que habernos ido y vos la hiciste cambiar de opinión , le dijo a quemarropa. Alberto Fernández consultó la opinión de la propia Cristina. Néstor tiene razón. Este país no merece que nosotros seamos presidentes , le contestó la jefa del Gobierno. Fue su última conversación con Cristina. Al día siguiente, Fernández se convirtió en ex jefe de Gabinete. Ya había escuchado lo suficiente y era demasiado , fue su única deducción".
Marianito introduce el lado psiquiátrico de la debilidad cristinita: "Siguiendo a Clausewitz, lo que importa señalar aquí no es tanto que Cristina ha perdido dos batallas sino la alteración que estas derrotas parecen estar provocándole. Cuando una derrota afecta la psiquis de los jefes vencidos, esta alteración se manifiesta según el analista alemán en dos síntomas significativos. Uno de ellos es la pelea que suscita entre los vencidos determinar quién es el culpable por lo que ocurrió. El "fuego amigo" reemplaza en tales circunstancias al "fuego enemigo". Cuando los dos Fernández la emprendieron esta semana uno contra el otro a través de epístolas que marcaban una extrema irritación, ¿no dieron acaso un acabado ejemplo de que, como lo dijo el presidente Kennedy después del desastre de la Bahía de Cochinos, "la victoria tiene muchos padres pero la derrota es huérfana"?".
Y Caligaris directamente la llama loca: "Dejamos atrás una semana alocada en materia de política y fútbol. Muchísimos jugadores de metegol se declararon en estado de movilización y alerta y se desalinearon en la mente de más de uno y más de una. Los números nueve quedaron de arqueros y los arqueros se fueron a la tribuna a vocear gaseosas. Una orden alocada corrió sin control entre la Casa de Gobierno y la sede de la AFA, gritando a cada paso: "Exijo que no se me obedezca, desmentiré a los que citen estas palabras y les cortaré las cabezas a todos si River no sale campeón de la Libertadores". Parecía la Reina de Corazones maltratando a sus súbditos ante la mirada atónita de Alicia.
Los síntomas ya no son sólo incipientes, dijeron los especialistas. Añadieron que lo que hasta ayer era una ligera crispación hoy ha hecho metástasis, que la paranoia está en el aire, que, como sugiere Freud, se manifiesta en las sospechas entre familiares y amigos, y que también se ven tendencias masoquistas en la necesidad de repetir derrotas electorales ("una más y no jodemos más", como en el rock), combinadas con impulsos negadores ("acá no perdió nadie"). Los licenciados, en cambio, no fueron unánimes respecto a la terapia: algunos recomendaron fármacos; otros, sesiones intensivas de psicoanálisis".
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