Las gratuitas declaraciones de Amado cuestan tanto como no hablar adultamente de un tema que actualiza una vez más el discurso de Todo: el tan criticado intervencionismo estatal es reclamado a gritos por amplios sectores sociales del país, incluisve por muchos productores agropecuarios que sufren la escasez de combustible (los mismos que lo rechazan cuando se trata de redistribuir las ganancias). Dicha regulación se daría en un mercado totalmente desregularizado y que otra vez recurre a sus peores práticas para extorsionar con subas de precio y juega con la falta de este vital insumo diario.
De ahí la impertinencia de los dichos del ministro de Economía, cuando la realidad más vívida de la gente en muchos puntos del país marca otra cosa.
No se debería escapar al debate porque empresarios cercanos al gobierno son actores importantes de un sector que urge no sólo regular (potestad del Estado de corregir los desajustes de una parte de la economía, sin esperar que el Merado solo los solucione, cosa ampliamente demostrada que no sucede así) sino que replanificar en pos de una mirada estratégica sobre un área sensible al desarrollo del país.
Lejos se debe estar de los discursos apocalípticos e interesados de ex secretarios de Energía que poco hicieron en pos de esto y más bien formaron parte de administraciones lacerantes para la Argentina, pero sí cerca de una nueva oportunidad de llevar a cabo esos cambios estructurales que se supieron lograr, inclusive por gestión del aludido funcionario público en otros campos.
“Un país no es serio si no tiene un presupuesto”
Hace 34 minutos
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