Enorme la pasión que desde el diario de Fonte le ponen a eso de destruir los avances del país en nombre de la investigación periodística y la independencia objetiva, sin comparar qué pasa con booms en países similares, citar voces empresariales del sector, tomar como referencia otros mercados, y menos que menos equilibrar la crónica con el enorme desarrollo que ha experimentado el cine argentino en estos últimos años.
Ver a la inversión pública en artes como una apuesta por la cultura popular que no necesariamnete debe medirse con parámetros de ganancias/pérdidas es mucho pedirle a un medio empeñado en desmitificar a un gobierno hostil y su tan famoso relato, aunque eso suponga atacar políticas de Estado independientes de la administración de turno. Entonces, en su afán por derribar a CFK (o por lo menos, criticar por criticar para así pasar como único medio que no se casa con nadie) no tienen problemas en llevarse puesta a la producción nacional (en este caso, cinematográfica).
Para el final, una joyita doliente para precisamente esos que tanto empeño ponen en desarmar la Historia contada por los K (sin advertir que esa relectura y reapropiación no es de este gobierno, ya es social, popular. Lo comprobarán cuando el kirchnerismo ya no esté en el poder. Aunque lo intuyen y eso les da escalofríos): "Más llamativo es el caso de Secuestro y muerte, el filme de Rafael Filipelli con guión de su mujer, Beatriz Sarlo, sobre la ejecución del general Aramburu a manos de Montoneros –es decir, figuras de prestigio con un tema controvertido–: convocó a 136 personas y recaudó $ 1.700 pesos –siempre, claro, según Rentrak".
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