Joaco, Van der Fernández (¡otra vez hoy!) y Marianito se desviven ya no sólo por proteger a Mauri de cualquier evento no planeado que pueda erosionar su imagen ante el electorado porteño (le iba a poner un adjetivo pero seguro que se iba a enojar más de uno que espera que el partido termine para hablar, amantes del diario del lunes, que le dicen), lo que supone una endeblez del candidato alarmante, pero bue... La mitad de la porteñidad ilustrada lo ha fortalecido, al punto de darse el lujo de imponer mediáticamente que Filmus es el que lo acusa de campaña sucia, mientras que en verdad es la Justicia argentina (y no un juez tan voluble como Oyarbide -de vacaciones-).
"El kirchnerismo hizo dos denuncias al macrismo. Una se refiere a una encuesta telefónica que habría indagado sobre la opinión de los porteños acerca de la incidencia de los escándalos de Schoklender y del Inadi en la imagen de Filmus. La otra habría contado una historia del padre del candidato kirchnerista, al que se vinculó con las obras de Hebe de Bonafini en su condición de arquitecto, que no es cierta. La primera es una averiguación del estado de la opinión pública habitual en cualquier partido en campaña electoral.
La segunda es más grave, porque contenía una información que es falsa sobre un familiar directo de Filmus. Ninguna constituye un delito penal; se trataría, en el segundo caso, de un delito electoral o de un problema ético. Es, en verdad, un problema ético, lo haya hecho quien lo haya hecho. Sin embargo, el kirchnerismo carece de autoridad moral para denunciar un conflicto ético de esa naturaleza.
Filmus nunca cayó personalmente en tales trampas electorales, pero su gobierno practica la difamación de los adversarios como una alegre rutina. Desde la inexistente cuenta en el exterior de Enrique Olivera hasta las falsas conexiones de Francisco de Narváez con un caso de tráfico de drogas, pasando por la reinvención calumniosa y constante de las historias de sus opositores o críticos, el kirchnerismo ha sido la franja política que más cultivó esa despreciable forma de construir poder.
Macri debería investigar él mismo quién hizo eso, si es que eso sucedió como lo cuenta el kirchnerismo. La oposición existe también para diferenciarse del Gobierno en los modos y en los métodos. Es cierto que el kirchnerismo ha hecho cosas mucho peores que darle un título universitario inexistente al padre de Filmus, pero también es cierto que el precedente no habilita a nadie para plagiar prácticas que deberían ser expulsadas de la política", justifica el censor de Caloi en la Dictadura.
Por su parte, la pluma clarinista apunta a la reputación moral del kirchnerismo (como si la de Macri fuera superior): "El Gobierno parece sumarle a su desconcierto una dosis de desesperación. Filmus denunció a Macri y a su asesor principal, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, por una supuesta campaña sucia camino al balotaje. Se habría tratado de una encuesta telefónica que pretendió ligar al padre del candidato K con el escándalo Schoklender.
Más allá de la desmentida macrista, sería imprescindible determinar la consistencia o no de la denuncia . Pero la palabra kirchnerista, en ese campo, tendría el valor de una peseta en España. Nadie como los K recurrieron desde el 2003 a revolver el submundo de la política, con denuncias comprobadamente falsas (a Enrique Olivera, ex jefe porteño), espionajes (a Jorge Taiana, Julio Cobos y Alberto Fernández, entre cientos) y amedrentamientos (contra consultores económicos y el periodismo).
Al kirchnerismo le resulta imposible además, cuando menea esos conflictos, no dispararse sobre sus pies. Está muy bien advertir sobre cualquier campaña sucia. Estaría mejor, sin dudas, que el Gobierno no encubra el caso Schoklender cuya onda expansiva llega hasta las Madres que lidera Hebe de Bonafini".
Y el Doctorcito apenas si le dispensa un párrafo: "Hace dos días, Filmus acometió su última atropellada al acusar a Macri y a su asesor Jaime Durán Barba de haber lanzado una campaña sucia contra él a través de su padre. La plana mayor del macrismo, incluido Durán Barba, sostuvo a su vez que la arremetida final del candidato cristinista constituyó, precisamente, esa "campaña sucia" que él mismo denunciaba; un "manotón de ahogado", producto del pánico".
Ante este cerramiento sobre la figura de su golden boy, ¡¡¡ustedes pretenden que hablen de esto que hoy trae de vuelta Tiempo Argentino!!! Ilusos...
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