En consonancia con lo que escribíamos hoy más temprano en referencia a Clarín y sus dependientes, aquí tenemos el caso de uno de ellos, de los más encumbrados y caracterizados.
Un ejemplo de un partido que es llevado a la desaparición o, en el mejor de los escenarios, a mantener su estadio testimonial, facilitador de campañas de corrupción como único vehículo de construcción política. Aunque con resultados variables.
Aquí marcamos tres de los últimos, que van de la denuncia sin pruebas (como aquella noche lúgubre junto a su colega cromático-religiosa y la virgen radical) hasta el desvarío de querer renunciar de un lugar de donde antes fue expulsada.
Apenas si a la agrupación conservadora que arría autoritariamente le queda disfrutar de las mieles de John Lender e insistir en la apertura de una conciencia honestista que sólo ellos (y sus medios comandantes) tendrán que sostener esforzadamente hasta octubre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario