Bobo y ausente, así te quiero

El diario de los Mitre y Saguier, tan defensor del funcionamiento correcto de las institcuioones de la República, pretende que la acusación en su contra de haberse apoderado del principal insumo para imprimir un diario mediante la ayuda picanera de la Dictadura militar y haber estafado al socio bobo estatal durante décadas ya está resuelto a pesar de que ni llegó a juicio. "La denuncia fue presentada ante la Justicia sin respaldo alguno; antes bien, una demoledora carga probatoria integrada por testimonios y documentos presentados por la defensa demostró la absoluta mendacidad de todo lo que se había sostenido con bombos y platillos. Ante tal evidencia, una mínima dosis de responsabilidad cívica exigía que esos acusadores hubiesen aceptado públicamente su error", reclama una de las editoriales de hoy, desnudando el concepto de Justicia que la empresa ha siempre utilizado en su favor: me inician una causa, doy 2 o 3 pruebas y se anula todo, en vez de seguir su curso formal hasta que un juez dictamine la sentencia, no La Nazión.
La otra editorial es de una defensa acérrima del Campo contra el intervencionismo estatal. "Venciendo obstáculos interpuestos por la inseguridad rural, la inflación, el intervencionismo estatal, los excesos tributarios y las desdorosas calificaciones oficiales, la agroindustria nacional se ha instalado como el sector más competitivo de la economía, de gran crecimiento y aportante del 55 por ciento de las exportaciones totales del país", enrostra la línea editorial del medio, sin dejar margen a sospechar que quizás esos logros hayan sido por la intervención del Estado. Pero todo lo que huela a regulación de mercados, para La Nazión, es pecado capital, a pesar de lo que sucedió en nuestro país desde 1976 a 2001 y lo que está pasando en Europa y Estados Unidos por dejar a los mercados hacer todo lo que quieran con la sociedad.
En ambas editoriales se trasluce a las claras cuál es el modelo de Estado que pretenden para sus negocios, propios y los de sus socios estratégicos: bobo y ausente.