lunes, 21 de enero de 2013

Se extiende por el país el "Cansados de Cristina"

Aunque la transmisión se ve facilitada por la pertenencia del dirio Los Andes, de Mendoza, al Grupo Clarín, uno de los propulsores de esta resignación agustiante.
Escribe Carlos Salvador La Rosa: "O porque cada día está más aislada y al hablar sólo para ella y sus creyentes inclaudicables tiene que disimular su soledad hablando de todo, en todo momento y en todo lugar, o porque la Argentina entera se ha rendido enteramente a sus pies en lo que a cuestiones de gobierno concierne, lo cierto es que cada día se hace más evidente que la política en nuestro país tiene hoy nombre y apellido propios: Cristina Fernández de Kirchner.
Tanto que incluso los críticos más agudos a las concepciones o el estilo cristinistas sólo ofrecen como solución para forjar una alternativa hablar poco o nada de Cristina, porque -suponen- sólo no hablando de ella se podría intentar hablar de otras cosas. Pero la verdad es que nadie sabe de qué otras cosas políticas hablar. O ya se han hablado tanto que terminaron por convertirse en clichés incapaces de contrarrestar la vulgata ideológica oficialista. Con lo cual sólo quedaría hablar de cosas no políticas, otra manera de dejarle el monopolio de la política a la señora presidenta.
Cristina no se interesa tanto por ser la propietaria de la Argentina, sino que la Argentina sea como ella, a su imagen y semejanza. Que la Nación sea una prolongación de su persona, pero no transformando a su persona para identificarse con el país, sino transformando al país para que se identifique enteramente con su persona.
No se trata tanto de hablar mucho o poco de Cristina o de sus por ahora inexistentes alternativas, sino de la Argentina y los argentinos todos, porque ya sea para defender como para criticar a las políticas K es indispensable analizar previamente las condiciones sociales que permitieron que lo que ocurre esté ocurriendo".
Mientras tanto, Lopérfido habla de los fanáticos K, el miedo a la Diktadura, la amenaza del Poder, etc en Clarín (¡¡¡Lopérfido!!!) y Oppenheimer trata de loca a CFK en Miami. Ah, y el hijo de Raúl también habla, dice algo (bah, nada), de vez en cuando, para no desaparecer.
¿Se dan cuenta?

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