Romero (Clarín): "Hebe de Bonafini no se llevó bien con la democracia. Mantuvo con ella la misma militante intransigencia que había tenido con la dictadura. Miró con desconfianza el Juicio a las Juntas. Muchos la acompañaron en su repudio a la ley de Obediencia Debida y los indultos. Su público empezó a cambiar cuando defendió a los jóvenes idealistas de los setenta, y sobre todo cuando reivindicó la lucha armada, los asesinatos y el terrorismo, todo muy lejos del quinto mandamiento. Cada vez más desmesurada, defendió a cuanta organización terrorista apareció en el mundo: la ETA, Al Qaeda o los iraníes. Pero no importa lo que dijera, Hebe seguía siendo el símbolo de los derechos humanos.
Siempre estuvo fuera de la política y en la vereda de enfrente de los gobiernos.
Hasta 2003, cuando los Kirchner -que habían llegado a los derechos humanos por otra vía, más rápida- la convocaron, la homenajearon, la beneficiaron. Entonces Hebe descendió a la política y aportó al Gobierno un capital moral que, aunque desgastado, seguía siendo considerable. Su identificación ha llegado a ser tan plena que hoy es una más entre los voceros de la Presidenta.
Ésta, a su vez, ha adoptado el extremismo verbal y el tono destemplado de Hebe. Hoy sólo las diferencia un matiz: el vocabulario soez, que Bonafini usa libremente y la Presidenta sólo orilla ocasionalmente.
Hebe abandonó su propia agenda y asumió cada uno de los combates presidenciales: contra la oligarquía, los periodistas, Clarín. Hoy la emprende contra los jueces, el Estado de derecho y las instituciones de la República. Cree que puede hacerlo, pues el “pueblo” se expresa a través de su voz. Se trata de motivos ideológicos parecidos a los de los jacobinos, el fascismo o el peronismo clásico, que los tuits presidenciales retoman, cuando proclaman que el Poder Judicial amenaza la democracia.
Su glorificación de la violencia enlaza la gesta guerrillera con la intimidación, los escraches y la amenaza de pasar a los hechos. Las venerables ancianas de pañuelos blancos no son una amenaza, pero detrás de ellas pueden estar los “vatayones” militantes, las barras bravas y otros contingentes que quizá sean a la postre la última carta del grupo gobernante".
Bonasso (La Nación): "Fue tajante. "Hebe ha dejado de ser un símbolo de los derechos humanos", dijo a LA NACION, el ex diputado nacional Miguel Bonasso. Se refirió de esta manera a los dichos de la titular de Madres de
Plaza de Mayo, quien aseguró que en la escuela de Mecánica de la Armada
(ESMA), "se puede hacer cualquier cosa" y que ella, inclusive, grababa
ahí el programa "Cocinando Política".
"Señora, usted ha dejado de ser un símbolo. Yo se lo
puede decir porque yo combatí contra la dictadura", agregó. En ese
sentido aclaró que Bonafini,
a partir del escándalo Schoklender, ha dejado de ser una referente y
que ello se refleja en "que haya dicho la barbaridad de que iba a ser
Doña Petrona en la ESMA".
A su entender, las organizaciones de derechos humanos no deben ser
partidarias. "En el momento en que Hebe le entrega el pañuelo a la
señora Cristina Fernández de Kirchner está rompiendo algo básico: los
derechos humanos no pueden ser facciosos", apuntó.
El periodista también criticó que Bonafini haya amenazado con entrar a Tribunales
si la Corte Suprema no sancionaba la constitucionalidad de dos
artículos de la ley de medios. "¿En nombre de quién se permite ir a la
Corte y tratar de ingresar?", se preguntó".
Reato (Perfil): "Bonafini, una fascista de izquierda. El “fascismo” como actitud hacia los otros no es de izquierda ni de
derecha; hay fascistas de izquierda y fascistas de derecha, aunque tal
vez mas apropiado seria decir que hay autoritarios de izquierda y
autoritarios de derecha. Un buen ejemplo es Hebe de Bonafini, quien ha vuelto a ocupar las primeras planas de los diarios con sus criticas y amenazas a la Corte Suprema de Justicia y a los jueces que no fallan de acuerdo con los intereses y deseos del kirchnerismo.
Bonafini siempre ha sido así, no se le puede reprochar falta de coherencia: nunca ha tenido estima
sobre la democracia basada en partidos que compiten lealmente por el
poder y en la alternancia en el gobierno, ni en la división de poderes.
Incluso, su visión de los derechos humanos es limitada:
hay que respetar los derechos humanos pero sólo de quienes piensan como
ella; por ejemplo, Rucci, en tanto “burócrata traidor a su clase”, no
tenia derechos humanos como tampoco los tienen su viuda y sus hijos".
Cappiello (La Nación): "El fiscal general Diego Nicholson denunció a la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini,
por amenazar a los jueces de la Corte Suprema, luego de que la semana
pasada hiciera manifestaciones en las que les exigió fallar en favor del
Gobierno por la ley de medios. En la presentación,
ratificada ayer, pidió además que se disponga una custodia especial en
el Palacio de Justicia para los jueces del máximo tribunal.
La denuncia realizada por Nicholson, un funcionario
judicial de bajo perfil, recayó en el juzgado federal de Sebastián
Ramos. En su presentación el fiscal resaltó que "no se puede pasar por
alto el silencio que altos funcionarios han guardado" sobre los dichos
de Bonafini y que la propia presidenta Cristina Kirchner "no ha hecho
referencia alguna, ni siquiera un llamado de atención".
El fiscal entendió que Bonafini cometió el delito de amenazas coactivas
agravadas, pues "sin dudas fueron hechas persiguiendo la obtención o
concesión de una medida por parte de los integrantes del más alto
tribunal de justicia del país, que es propia del ejercicio de sus
funciones". La norma castiga a los autores, cómplices o instigadores de
esta conducta a la pena de cinco a diez años de prisión".
miércoles, 9 de enero de 2013
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