Amigos de los fondos buitre: "Hace una semana, ingresaron sus amicus brief, presentaciones ante la Corte en apoyo de los holdouts y a favor de la confirmación del fallo de Griesa. Quiénes salieron a defender a Elliott y cómo atacaron los argumentos esgrimidos por la Argentina en una pelea que se acerca a su capítulo final.
*Washington Legal Foundation, corporación sin fines de lucro: "Si Argentina no paga sus obligaciones, será porque decide no hacerlo y no porque la orden judicial ponga al país en una posición en la que no estaría en condiciones financieras de pagar.
Además, la Argentina incluyó una oferta explícita de modificar la Ley Cerrojo en caso de que los demandantes acuerden participar de un canje en los términos de 2005 y 2010. Esa oferta expone la mentira repetida de que el país tenía las manos atadas y no podía, bajo ley argentina, pagar aún cuando quisiera. Si las autoridades argentinas pueden obtener una rápida revisión legislativa para habilitar ciertos pagos, entonces también están en condiciones de obtener una derogación total de la ley".
*Ronald Mann, profesor de la Columbia Law School: "La Argentina sugiere que habría efectos amplios en el sistema de pagos. Eso es bastante exagerado. Dado el dinero en juego y la atención que recibió el caso, difícilmente supone una carga excesiva para el Banco de New York vigilar en forma periódica las transferencias y retener los fondos. En todo caso, no se trata tanto de la interferencia con el sistema de pagos como de las dificultades que enfrenta una institución que debe manejarse con un país comprometido con la violación rutinaria de la ley".
*Kenneth W. Dam, profesor emérito University of Chicago Law School: "La Corte rechazó el argumento del riesgo para futuras reestructuraciones al reducir el incentivo a participar. Insistir con ese punto está más allá del alcance de esta apelación. Argentina, sin embargo, pretende volver a ponerlo en discusión".
*Estudio Duane Morris, en representación de holdouts individuales: "Los holdouts ejercieron su derecho de no aceptar la bola baja del canje. Y la Argentina se encargó de castigarlos. Así, repudió una y otra vez sus obligaciones con desprecio por las órdenes judiciales con las que no estuviera de acuerdo.
Si bien la Argentina no puede elegir qué obligaciones honrar y cuáles no, llamamos la atención de la corte de que hay un grupo de holdouts que compraron la deuda al momento de la emisión no como apuestas o coberturas sino como inversiones seguras para su retiro. De hecho, muchos murieron esperando esos pagos. Y en ese sentido, son tan inocentes como aseguran ser los bonistas del canje. La negativa de la Argentina de pagar a los inversores individuales deja claro que su negativa no está en realidad basada en ningún principio relacionado con la identidad de los bonistas sino que es un repudio abierto y grosero de sus obligaciones y una desobediencia a las cortes"".
Fontevecchia (Perfil): "El “pelearemos en pelotas” de Cristina –aunque paradójico en un sentido–
es perfectamente coherente con aquella declaración suya: “Se podrán
quedar con la Fragata pero no con nuestra dignidad”.
Esa rebeldía sin medir consecuencias es una característica juvenil.
Argentina debe ser uno de los países donde en mayor proporción esa
rebeldía está extendida más allá de los jóvenes. Y Cristina Kirchner
encarna bien esa pulsión nacional.
“País niño” fue una de las críticas de Darín que enardecieron a la
Presidenta. Ella es niña como el país que critica Darín. Ella se rebela
ante “los padres”, que pueden ser los acreedores, “los generales
mediáticos”, los grandes empresarios o los caciques de corporaciones".
Oña (Clarín): "Como en el juego de la batalla naval, los fondos buitre están tocados
. Pero pueden retomar impulso si, finalmente, el fallo de la Cámara de
Apelaciones de Nueva York ratifica por completo la sentencia del juez
Thomas Griesa y rechaza los alegatos de la Argentina. O se inclina por recomendar a las partes negociar una solución.
Los
dos supuestos están en danza y chocan contra los cantos de victoria que
resonaron estos días, con la recuperación de la Fragata Libertad tras
el embargo en Ghana. Dice un especialista que ha seguido el proceso al
detalle: “Las posibilidades andan 50 y 50. Un 50 a favor nuestro y otro
50 a favor de los fondos buitre”.
Marcelo Kohen, miembro del equipo que litigó por la Fragata Libertad ante el Tribunal del Mar: "En la opinión pública argentina había opiniones muy encontradas sobre
el procedimiento a seguir para tratar de liberar a la fragata. Algunos
diputados de la oposición dijeron que harían una suscripción popular
para juntar los veinte millones de dólares que pedían los fondos buitre y
que el juez ghanés reclamaba. Eso habría significado una rendición
incondicional ante los fondos buitre. Estaban los que decían que
debíamos dirigirnos directamente a los tribunales de Ghana. Si
hubiéramos hecho eso, el buque estaría todavía allí y el tribunal de
segunda instancia tenía la opción de darle la razón al juez de primera y
ejecutar la fragata. Quiere decir que íbamos a llegar tarde al Tribunal
del Derecho del Mar. Otros señalaban que esto había que solucionarlo
políticamente.
Hay que decir que la Argentina intentó resolver la cuestión
directamente con Ghana. Pero se chocó con la actitud del gobierno de
Ghana de pretender que, como existe independencia de poderes, no podían
hacer nada, lo cual no es correcto, como se vio después. Por lo tanto,
la solución política a pesar de los esfuerzos argentinos estaba
bloqueada. Algunos criticaban la idea de ir al Tribunal de Derecho del
Mar. Un artículo en Clarín, por ejemplo, decía que era muy difícil que
el tribunal le diera la razón al Estado argentino y que eso llevaría un
año o más. Esas eran las diferentes opciones que estaban en la opinión
pública y la presidenta, con razón, decidió ir al Tribunal de Derecho
del Mar. Y gracias a esa decisión, que comparto plenamente, hoy la
fragata está en Mar del Plata.
Uno de los argumentos más fuertes de la Argentina fue que la Fragata Libertad es un
buque de guerra. A pesar de lo señalado por la diputada Elsa Alvarez,
que insistía en que el buque no era tal. Es lamentable que muchas veces
no solo litigás contra el adversario sino contra fuerzas del propio país
que le hacen el juego. En todos los casos en los que yo trabajo
(trabajo para diferentes Estados), cuando nos dirigimos a la Corte
Internacional de La Haya, el país está unido detrás de su equipo, es el
Estado el que litiga, no un gobierno. La manera seria y responsable de
la oposición debe ser la de no poner trabas a la defensa del interés del
Estado. Lamentablemente, como pasó también con el tema papeleras,
algunos medios jugaban la carta del adversario. Es decir, le hacían el
favor al adversario diciendo por ejemplo que las plantas de celulosa no
eran contaminantes. Entonces, Uruguay utilizaba los dichos de esos
diarios ante la Corte de La Haya".
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