lunes, 7 de enero de 2013

Darín, entre las trincheras

"De acuerdo a la estrategia de Gramsci, había que seguir una agresión molecular. La sociedad era para él un complejo sistema de relaciones culturales, un ámbito de lucha cultural donde se enfrentan ideologías diversas, no lucha de clases. Eran luchas de cosmovisiones, de manera de ver las cosas. Una lucha que se libra en el campo de las ideas religiosas, filosóficas, científicas, artísticas. “Todas estas son fortalezas -dice- que hay que ir ocupando poco a poco”. (...) Porque no se trata de una guerra de movimientos, es una guerra de trincheras, una guerra de posiciones. Entre el Estado y las masas, hay un montón de trincheras. La trinchera de la revista tal, la trinchera de la radio cual, la trinchera de la universidad.
(...) Gramsci no apuntó a los medios de producción, como Marx, que quería cambiar la estructura, ni a los medios de poder político como Lenin, sino a los medios de comunicación, de opinión pública. Porque son ellos los que enseñan a pensar, los que hacen que la gente piense así y no asá. Los consideraba el objetivo básico para la conquista del poder. Y para ello hay que tomar el control de los centros de difusión de ideas, colegios, prensa, radio. Lo que hay que destacar es que la conquista de la hegemonía es más importante que la toma del poder político. Ocupar el lugar de los pensadores, convertirse en los pensadores de la sociedad. Un poder político que no tenga una sociedad civil que le responda ideológicamente está girando en el vacío".
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