Nota a El País, Lunes 19 de diciembre
"Pregunta. ¿Qué ocurrió en 2008? ¿Por qué se llegó a ese enfrentamiento entre el Gobierno y Clarín?
Respuesta. En el 2001 el país estaba al borde de la
desaparición. No tenia instituciones creíbles, la economía estaba en
bancarrota, había un estado de insubordinación civil muy importante. Y
nosotros apoyamos la reconstrucción de la autoridad presidencial. Nadie
se sorprende si el editor de The New York Times va a
la Casa Blanca y habla con Barack Obama; o si el consejero delegado de
El PAÍS va y habla con el jefe de Gobierno español. Pero sí se
sorprenden si el director ejecutivo del Grupo Clarín [Héctor Magnetto]
iba a Olivos [casa presidencial]. Nosotros sabíamos, por los
antecedentes de los Kirchner, que su objetivo era el control de la
prensa en la Argentina. Porque su experiencia en Santa Cruz [provincia
donde ejerció de gobernador] era elocuente. Y tuvimos ejemplos, durante
ese periodo de relación más o menos positiva, de lo que pensaba el
Gobierno cuando alguna noticia le molestaba. No solo había llamados para
tratar de que corrigiésemos la información, sino también se decía
públicamente.
Cuando ocurre lo de 2008 [el choque entre el Gobierno y el sector
agrario], nosotros creíamos y seguimos creyendo que el enfrentamiento
afectaba a toda la sociedad y a la democracia. Y debía resolverse
mediante negociación democrática. Pero los Kirchner pensaron que era una
cuestión de poder. Y como ellos tienen una especie de táctica política
de ir a fondo se gane o se pierda, eres amigo o enemigo… No hay grises
en su política… A partir de ahí fue creciendo la hostilidad. Hubo un
célebre discurso de la presidenta en el 2008 en Plaza de Mayo contra
Hermenegildo Sábat diciendo que un dibujo de él era un mensaje mafioso.
Pero solo era una interpretación de la realidad por parte de un artista.
Luego de la derrota en el campo en el 2008, Kirchner pensó que debía
encontrar una fórmula para fortalecer su Gobierno. En el 2009 fue
derrotado en las elecciones de medio término. Y en ese periodo, desde
junio del 2009 hasta fin de año, introdujo la Ley de Medios, que fue
hecha exclusivamente contra Clarín. Es una ley vieja porque, por
ejemplo, no regula Internet. Es arbitraria, porque permite que las
señales del satélite lleguen a todo el país mientras las señales por
cable, que no ocupan frecuencia radioeléctrica, están limitadas. Eran
una serie de cuestiones que fueron pensadas para el grupo Clarín.
P. ¿No cree que la ley podría tener otros objetivos?
R. Era un traje a medida para el Grupo Clarín
disfrazado con cuestiones vinculadas a la pluralidad de la democrática, a
la creación de nuevas voces, a la democratización de la palabra… Son
todas frases muy bonitas, pero en la práctica significaron que se cree
en base a una política presuntamente de anti-monopolios un gran
monopolio estatal de control de la prensa tanto oficial como privada. Y
quiero aclarar lo siguiente: eso pasó porque Clarín tuvo independencia
económica para resistir la presión. Al revés de otros grupos que no
pudieron soportarlo, Clarín tuvo la espalda económica para aguantar. Y
eso es la base de la autonomía de un medio, tener la posibilidad de
sustentar la presión sin ceder.
P. ¿Qué tiene que decir sobre la versión que achaca
la ruptura al hecho de que Kirchner se opuso a la entrada de Clarín en
Telecom?
R. Eso fue posterior. Hay una cosa que siempre digo
respecto a Clarín y Kirchner: ¿qué habría sido más beneficioso en
términos económicos para el grupo? ¿Acordar con Kirchner o pelearse con
él? Y, claramente, la respuesta es acordar. Claramente un acuerdo con
Kirchner era mucho más provechoso. A ver… Kirchner le ofreció a Magnetto
negocios de petróleo en el Orinoco con Hugo Chávez. También le dijo:
“Si vos me apoyás, yo voy a quedar hasta el 2020 y vos vas a ser el
empresario más rico de la Argentina”. Eso le dijo Kirchner a Magnetto.
Si uno lo ve desde el punto de vista económico, el acuerdo era más
provechoso que la pelea. Pero el acuerdo, ¿qué significaba? La
subordinación absoluta y total a la política de Néstor Kirchner.
Absoluta y total porque ellos no tienen en su concepción la posibilidad
de una crítica; es todo o nada. Y uno ve la prensa oficial y se da
cuenta de cuál es el margen que tiene la prensa oficial u oficialista
para criticar algún acto de Gobierno. Muy escaso, ni se animan.
P. ¿Cuándo fue la última vez que usted o Magnetto hablaron con la presidenta?
R. No recuerdo. Pero era cuando Néstor Kirchner vivía.
P. ¿No se ha vuelto demasiado previsible? Uno sabe que siempre en Clarín va a encontrar críticas al Gobierno.
R. Puede ser que haya previsibilidad. Nosotros
criticamos al Gobierno en donde creemos que hay que criticarlo, porque
el Gobierno inclusive manipula nuestras propias criticas, hace decir
cosas que nosotros no dijimos. El mecanismo se llama “el asesinato de la
reputación”. Y estos han tomado el asesinato de la reputación como un
hecho cotidiano y tienen programas específicamente destinados a
“asesinar” la reputación de periodistas que a ellos les molesta.
P. Para un sector de la población Clarín ha
sido un medio que ha co-gobernado en la historia reciente del país. Y
en la época de la dictadura digamos que fue demasiado complaciente con
los militares.
R. No puedo hacerme cargo de lo que hacía el
periódico cuando yo era un colaborador de 22 años. Pero sí quiero decir
que ahora es muy fácil hacer grandes diagnósticos sobre determinado
momento histórico. Y no voy a decir que estoy orgulloso de la prensa
argentina en esos años, ni mucho menos. Quiero también ponerlo en
perspectiva, porque hay muchos valientes a posteriori. Si
hubiera habido los héroes que ahora hay los tiempos hubieran cambiado.
Ahora encontramos que había muchos héroes que uno desconocía, entre
ellos Néstor Kirchner y su esposa Cristina, que eran resistentes de la
dictadura, noticia que recién se sabe ahora.
Respecto de la influencia de Clarín, en la situación política, quiero decir lo siguiente: Clarín
es un diario que vos podés comprarlo o no comprarlo. Y si es un diario
que tiene una audiencia masiva es porque la gente lo eligió y porque
constituyó durante mucho tiempo, y aún constituye, un hecho cultural en
la política Argentina comunicacional. Ahora, vos podés coincidir o no
coincidir con Clarín. Pero la constitución de Clarín como grupo
de comunicaciones nacional fue producto de una decisión política que
está más allá de las pequeñeces con lo que se ha construido nuestra
historia. Uno de los problemas que ha tenido Clarín, haciendo una
autocrítica, es que como grupo de comunicación ha tenido una pésima
comunicación institucional durante mucho tiempo. Clarín ha sido atacado,
descalificado, extorsionado, y solo hubo silencio de parte nuestra. Y
eso me parece que fue un grave error que todavía lo estamos pagando.
Dejamos que otro, inclusive nuestro enemigo, escriba nuestra propia
historia, y eso me parece que fue una equivocación.
Clarín tiene 67 años y la Argentina tenía demasiados
vaivenes Institucionales como para que no tenga facetas críticas. Sin
embargo, junto con La Nación, Clarín y quizás Perfil, somos el sector que más resiste".
Columna en Clarín, domingo 16 de diciembre
"El oficialismo tiene un apuro que nada tiene que ver con la “pluralidad” de voces sino con sus necesidades políticas urgentes . El desguace de Clarín, suponen en la Casa Rosada, dejará “sin voz” y sin imagen a la
oposición. La cadena del “desánimo” –una fraseología que recuerda al
stalinismo– sería reemplazada por las buenas noticias. Y Cristina podría
ser re-reelecta".
Nota a Perfil, domingo 16 de diciembre
"—¿Cómo fue vivir el 7D en esta casa?
—Obviamente había aquí tensión mucho antes del 7D y sigue habiéndola. El
7D es una fecha arbitraria que utilizó el Gobierno por razones
políticas que no tenían nada de jurídico, aunque se invocaba una
resolución de la Corte leída de manera bastante deformada como para
coincidir con su objetivo político. El Gobierno convirtió esa fecha en
una forma de agrupamiento después de varios traspiés que cometió a lo
largo del año y, sobre todo, después de la gran manifestación del 8 de
noviembre y de la huelga del 20 de noviembre. El 7D tuvo la
característica de ser, adentro, un motivo como te decía de tensión. Hubo
preocupación por la fuente de trabajo, pero también templanza por
considerar que somos víctimas de una maniobra política destinada a
controlar a medios y contenidos de medios cosa que, evidentemente, se
produce cuando justamente algún medio pasa a la órbita del oficialismo.
—Hace unos días ustedes publicaron la imponente lista de medios alimentados por dineros del Estado.
—Sí. Algunos sostienen que constituyen más del 80% de los medios en
circulación. Cosa que resulta de la suma de los medios estatales del
Gobierno o de amigos del Gobierno. Los medios amigos son privados y sus
empresarios han construido sus grupos periodísticos básicamente con
fondos oficiales. Me parece que ése es otro de los objetivos de la Ley
de Medios: por ejemplo, el 13 de septiembre reveló uno de sus objetivos
que es no “mostrar” lo que está ocurriendo. Solamente Canal 13 y el
canal TN transmitían lo que estaba aconteciendo en las calles. Y diría
que el otro objetivo es, como consecuencia de esto, concentrar los
medios y controlarlos en base a la publicidad o en base a directivas
políticas. Algunos dicen (no me consta pero lo dicen), que siguen la
pantalla (canal por canal) desde la jefatura de Gabinete. También si
observamos el organigrama de la Secretaría de Medios parece más bien el
organigrama de un libro de Kafka sobre control de la información y no,
como corresponde, la iniciativa de un gobierno de raíz democrática.
—Hay también expresiones que, aún después de tantos años, causan
un preocupante escozor. No recuerdo en democracia términos como
“fierros mediáticos” y “alzamiento judicial”. De algún modo las palabras
“fierros” y “alzamiento” son sinónimos de atentados contra la
Constitución Nacional bajo la cual vivimos.
—Bueno, el Gobierno cada vez que tiene una dificultad denuncia una
conspiración. Una conspiración destinada a destituirlo. Y éste es una
especie de recurso típico de quienes se victimizan. Ya lo hizo el
Gobierno cuando el problema con el campo y lo ha repetido en cada una de
las ocasiones en las cuales se ha encontrado en dificultades y se ha
sentido desafiado. Este me parece un recurso que intenta parangonar
ciertos hechos (estoy recordando el discurso de la Presidenta del 9 de
diciembre en la Fiesta de la Democracia en la que estaban solamente
algunos y faltaban otros y donde se habló del golpe de Yrigoyen y del
papel de la Corte). Esto es una manipulación histórica: no estamos
viviendo el mes de septiembre de 1930. Ni tampoco el final de la segunda
presidencia de Yrigoyen o septiembre de 1955. La relación de la
sociedad con la democracia argentina es una relación que, espero, ha
llegado para quedarse y es importante recordar que hemos superado
momentos muy complicados sin que a nadie se le ocurriera pensar en algún
otro sistema que pudiera sustituir esa misma democracia. Entonces: la
alusión presidencial a “los fierros mediáticos” es en primer término una
alusión a los fierros militares y los “fierros” que se usaron en
Argentina no sólo a través de los militares. Ese “fierros mediáticos”
es una expresión que seguramente proviene de algún intelectual que se la
pasó a Néstor Kirchner para aludir a los medios que cumplen un papel
similar al que desempeñaron los militares. Y, esto, simplemente porque
critican. Y en cuanto al término “alzamiento” que menciono en un
editorial de esta semana es un término que utilizó, en primer término,
el ministro de Justicia y, luego, repitieron algunos funcionarios
menores. También un ministro de la Suprema Corte como es el doctor
Zaffaroni que mencionó la palabra “alzamiento” en su voto emitido acerca
del per saltum. Allí habla de un presunto “alzamiento” de la Cámara
frente a la decisión de la Corte. No sé si, en ese caso, Zaffaroni actúa
más bien como miembro de la Corte o como asesor jurídico del Gobierno. O
viceversa.
—A propósito de alianzas, ¿cómo viste la foto del conjunto de los partidos de oposición en defensa de la Justicia?
—Me parece que los errores del Gobierno le están devolviendo algo de
vida a la oposición. Le están devolviendo cierto protagonismo. La
oposición sigue todavía buscando su propio ritmo y trabaja, como te
decía, en base a los errores del Gobierno. Aun cuando me parece que
falta mucho para ese protagonismo, encontrar un hecho como oponerse a la
reforma constitucional es ya un primer paso. El segundo paso es
defender a la Justicia. De todas maneras, esa defensa que me parece
interesante no quiere decir que se traduzca en acciones comunes. Todavía
para eso falta un paso grande y las acciones comunes de la oposición
(que existen) se van a concentrar en los grandes temas como oponerse a
la reforma constitucional y defender la independencia de la Justicia.
—Y también, hablando de la oposición, habrás visto que el nombre de Lavagna aparece como posible integrante de fórmula.
—Yo creo que a Lavagna nadie puede negarle el papel que desempeñó con Duhalde.
—Fue un buen piloto de tormenta.
—…en un proceso de recuperación que comienza con Duhalde y luego sigue
con Kirchner. Lavagna es un hombre que tiene un perfil lo
suficientemente propio y singular que, en un gobierno tan personalista
como el de los Kirchner, claramente molesta. Pero, por otro lado, aunque
él dice que está concentrado en trabajar contra la reforma
constitucional, creo que a la vez quisiera ser senador por la Capital.
—Hay cosas que también llaman la atención, como la alianza con
el Momo Venegas. Parecería que ellos quisieran evitar la reelección,
pero con una alternativa justicialista, ¿no?
—Bueno, Moyano claramente está manifestando sus aspiraciones políticas.
Quisiera formar un partido político. Y la base de ese partido es
obviamente el peronismo que, a su vez, ofrece muchas alternativas. Creo
que Lavagna (que fue candidato del radicalismo y encarnó una especie de
alianza como candidato presidencial) estaría buscando también una base
que atraiga a través de su figura (de Lavagna) a un sector más
independiente o más de centro que Moyano no lograría atraer.
—A propósito, ¿y la marcha de Moyano para el día 20?
—Creo que va a ser una marcha importante. Va a cerrar el año político.
Te diría también que está pasando algo interesante: si Moyano, la CTA de
Micheli y otros sectores sindicales que están fuera del sistema
institucional que quiere armar el Gobierno con alianzas de empresarios y
gremios lo logran, esto va a afectar claramente el plan de aspecto
social que desea el Gobierno y que lo ha mostrado a Moreno en una faceta
increíble. Resulta que, ahora, Moreno es como si fuera ministro de
Trabajo. Fijate: cita a empresarios y sindicalistas para buscar un
acuerdo de precios y salarios. Una cosa insólita. Los roles están
trastocados. Pero mientras Moyano y compañía estén afuera me parece que
esa acción política del Gobierno está destinada al fracaso".
domingo, 16 de diciembre de 2012
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2 comentarios:
Un blableta desesperado, pero lo más surrealista es cuando dice que la oposición "trabaja". Aaauuuuu!
Y que el gobierno necesita dejar sin voz a la comprometedora Oposición, como para debilitarla. Ya sabemos que esa robusta e inteligente Oposición le vive complicando la vida al gobierno...
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