No lo dicen, se están mordiendo la lengua desde el viernes... La vena les está por explotar, pero utilizan términos más decorosos, ambiguos, reprimidos. Saben que no pueden acusarlo de parcial porque sino se descubrirían demasiado. Aunque...
Clarín: "El Grupo Clarín publica hoy una solicitada con relación a la Ley de Medios y Derechos Constitucionales.
Señala que “el fallo fue dictado en pocas horas, sin considerar las
numerosas y contundentes pruebas reunidas en más de 3.300 fojas del
expediente”, que “está basado en consideraciones dogmáticas y
autocontradictorias, alejadas de las constancias de la causa”.
Y
juzga que es “arbitrario” porque desconoce “flagrantes violaciones
constitucionales acreditadas e ignora principios del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos”.
Para la organización, el
fallo de Alfonso “también confunde la regulación del espectro
radioeléctrico con la restricción arbitraria de licencias que no
utilizan ese espectro, vulnerando la libertad de prensa”.
“Y con
una enorme peligrosidad –dice– relativiza la estabilidad de las
licencias audiovisuales, y faculta al Gobierno a disponer de ellas,
habilitando una espada de Damocles sobre la libertad de expresión de
los medios no adictos al poder”".
Castro: "Hubo euforia en Olivos el viernes cuando el juez Horacio Alfonso,
confirmando lo que habíamos adelantado hace semanas, falló a favor del
Gobierno en la controversia sobre los artículos 161 y 45 de la citada
ley. Alfonso es un juez cercano al kirchnerismo, dato que es vox pópuli
en todos los ambientes tribunalicios".
Eliaschev: "La propia Cristina Fernández, convencida de que los medios de
comunicación que no controla, así como los jueces que no se le someten,
son golpistas, ha denunciado a los “fierros” judiciales y mediáticos. En
castellano, los tanques de los golpistas de 1966 y, sobre todo, de 1976
hoy serían para ella equivalentes a jueces y periodistas. Asombrosa y
perversa simplificación que embiste contra la propia realidad, porque
¿este juez Alfonso no expresa acaso a la “corporación” judicial y sus
fallos no equivalen a esos “fierros” con los que los militares volteaban
gobiernos legítimos? ¿Es un golpista destituyente el siempre
complaciente Norberto Oyarbide".
Kirschbaum: "El Gobierno pedirá de nuevo el per saltum por gravedad institucional. ¿Cuál es la gravedad? Muy simple: temen que la Cámara falle al
contrario que el veloz fallo del juez Alfonso. Es cierto, también, que
la Corte tiene la última palabra y que la “sentencia definitiva” se refiere al pronunciamiento de los supremos, tal como se estableció en la extensión de la cautelar. Alfonso
desconoció esas decisiones de sus superiores y, además, no consideró
pruebas y peritajes presentados, tal era el apuro que tenía por fallar".
Morales Solá: "El juez Horacio Alfonso le dio ese primer triunfo después de varios
meses de consecutivas derrotas. ¿Un triunfo breve? Sí, seguramente. No
bien el Grupo Clarín apele su decisión en las primeras horas de mañana
la cautelar que protege sus propiedades quedará reinstalada. Pero la
Presidenta prefiere la prueba de su razón antes que la permanencia de
las victorias. Y Alfonso suscribió en su fallo sobre la cuestión de
fondo, con argumentos más políticos que jurídicos, todas las posiciones
del cristinismo.
El juez sorprendió con su prisa a los propios jueces de
la Corte Suprema de Justicia. Éstos esperaban para principios de año
los dos expedientes que hay sobre el caso Clarín, la cautelar y la
cuestión de fondo. También sorprendió a los camaristas del fuero Civil y
Comercial.
A Cristina le gustan más las hipótesis convertidas en
palabras escritas que las cosas prácticas. Alfonso la llenó de
satisfacción.
La Justicia no puede ni debe entrometerse en leyes que
están avaladas por el Poder Ejecutivo y el Legislativo, que son poderes
elegidos por la sociedad. La Justicia no lo es. Esa es la línea
fundamental del discurso cristinista. Alfonso la hizo suya. Ni los
funcionarios ni el juez tuvieron en cuenta que la Justicia existe
también para evitar que las mayorías políticas, circunstanciales por
definición, no terminen destrozando la Constitución.
¿Y si hubiera algún daño comprobable al patrimonio de
Clarín? Queda el camino de las indemnizaciones y los resarcimientos por
parte del Estado, aclaró Alfonso. Ya antes lo había dicho Martín
Sabbattella. Cristina no entregará ahora plata contante y sonante, de la
que carece cada vez más. Entregará, probablemente, bonos que podrían
cobrarse dentro de 30 años.
El caso, más allá de la guerra declarada por la
Presidenta contra Clarín, sienta un peligroso precedente. El juez, cuya
decisión debe respetarse, relativizó el derecho constitucional a la
propiedad, desconoció los derechos adquiridos y redujo la libertad de
expresión sólo a los medios escritos; es decir, a diarios y revistas.
Todos los otros derechos y garantías quedarían bajo la órbita del
Estado, que en este caso es un gobierno. Alfonso desconoció hasta el
espíritu, el articulado y los principios de Pacto de San José de Costa
Rica, que forma parte de la Constitución argentina. Esos principios
señalan claramente que las leyes contra la concentración económica, en
defensa de la competencia o antimonopólicas deberán ser generales. Nunca
deberán hacerse exclusivamente contra medios de comunicación. Sus
redactores previeron que hay formas directas e indirectas de atacar la
libertad de expresión".
domingo, 16 de diciembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario