Será obscena la alegría de los que tengan todo eso que debemos desear tener.
Será ofensiva la felicidad de a los que todavía las pérdidas no los hayan herido.
Será insultante la despreocupada sonrisa que no recuerda al que solo llora.
Será humillante la ventaja de los que crecieron en materialidades inútiles e inútilmente.
Será ese agravio gratuito la prueba de tanta indiferencia ante lo demasiado que falta.
Es ésta una débil disculpa, disimulada en la propuesta de encontrar un bálsamo en la mala.
La que pasa más tarde, pero que se siente para siempre.
Será la buena ese instante de gracia, merecido ante la lucha que no acaba nunca.
Salud a ustedes.
Y perdón, de nuevo, por la irrespetuosa desfachatez.
¡Suponer que podrán y/o desearán leer este torpe post!
El sentir la necesidad de no olvidarlos quizás no justifique la buena intención...
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