"La Argentina tiene un sistema político multipersonalista con
liderazgo preponderante, por lo que muchos actores son dependientes del
éxito o fracaso del oficialismo, representado en la figura de la
Presidenta, convertida en la principal variable independiente que define
la competitividad de ciertos actores de la oposición.
La
política electoral es la fase más personalista de la política, lo que
implica que el genérico “oposición” es un contrasentido para ser
competitivo. Si la oposición se entiende a sí misma como constructo
abstracto, se produce una agenda injusta para su desempeño porque si le
va bien, es decir, si obtiene logros de agenda, nadie gana; pero si no
logran imponer temas de agenda ante el oficialismo, todos pierden.
¿Hay algún tema que no haya explorado la oposición desde que el
kirchnerismo está en el poder? No. Todo ha sido usado y con igual
resultado. Temas concretos y temas abstractos. Más punzantes han sido
los periodistas que cualquier actor de la oposición partidaria. Ello es
bueno para la agenda pública, pero no implica que la oposición gane
terreno surfeando olas de agendas que no les son propias.
La oposición como conjunto ha leído más los diarios que
escuchado a especialistas de modo temprano, y por eso muchos actuaron
igual y, lo que es peor, tarde".
Fuente
Para un próximo post, dejamos la manía porteña de proyectar sus conflictos al resto del país (incidentes en la marcha de Boca, en la de Vicky Donda, piedrazos a Canal 13. En ese marco, obviamente, descolló "la sociedad está crispada"). La charla amena entre Gargarella y Caparrós con Alfano y Bonelli de anoche en TN sirve de ejemplo paradigmático y anticipo.
jueves, 13 de diciembre de 2012
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