"¿En verdad, la “realidad” necesita ser defendida? ¿De qué y de quién? Según dicen, de Nietzsche, aquel peligroso revolucionario, para el cual “no existen hechos sólo interpretaciones”. ¿Pero quién le teme a la interpretación? Y una vez más: intente sustituir la palabra verdad por la palabra realidad en muchas expresiones de las que no podemos prescindir. “A decir realidad...”. O: “En realidad os digo”. O también: “Estoy dispuesto a morir por la realidad...”. Si reflexionamos, toda la diferencia reside en el hecho de que la verdad siempre es dicha, mientras que la realidad está ahí delante y basta. Y aquí vuelven a escena Kant y la interpretación; para ser dicha, la verdad necesita de un sujeto que la diga. ¿Quién dice la verdad, empero, y quién describe “las cosas como son”, por ende la realidad como tal, cierto? Se sabe que un mapa totalmente idéntico al territorio no sirve para nada, coincidiría con el territorio mismo. Para ser útil, debe elegir una escala, un punto de vista, un tipo de cosas que muestra (por ejemplo, la altimetría o las diferencias climáticas). ¿No se podrá, en ese caso, hablar de interpretación? Está bien, es la respuesta, pero las cosas que muestra con preferencia a otras “están”, no se las inventa. De acuerdo, pero ¿que “estén” puede considerarse un “hecho” fuera de toda interpretación? Cierto, ¿pero quién podría decirlo, si no en nombre de otra interpretación? Que haya un mapa “no interpretativo” al cual hacer referencia ¿no será un “hecho” aceptado convencionalmente para no ir hasta el infinito?.
Parecería que sin el fundamento de una verdad última “objetiva” (independientemente de lo que eso signifique), que todos deben o deberían admitir, no puede haber verdadera moral ni verdadera lucha contra la mentira de la propaganda o de la superstición".
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lunes, 24 de diciembre de 2012
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