domingo, 16 de diciembre de 2012

Kirschbaum, a la cancha: pre y post #14D

Nota a El País, Lunes 19 de diciembre
"Pregunta. ¿Qué ocurrió en 2008? ¿Por qué se llegó a ese enfrentamiento entre el Gobierno y Clarín?
Respuesta. En el 2001 el país estaba al borde de la desaparición. No tenia instituciones creíbles, la economía estaba en bancarrota, había un estado de insubordinación civil muy importante. Y nosotros apoyamos la reconstrucción de la autoridad presidencial. Nadie se sorprende si el editor de The New York Times va a la Casa Blanca y habla con Barack Obama; o si el consejero delegado de El PAÍS va y habla con el jefe de Gobierno español. Pero sí se sorprenden si el director ejecutivo del Grupo Clarín [Héctor Magnetto] iba a Olivos [casa presidencial]. Nosotros sabíamos, por los antecedentes de los Kirchner, que su objetivo era el control de la prensa en la Argentina. Porque su experiencia en Santa Cruz [provincia donde ejerció de gobernador] era elocuente. Y tuvimos ejemplos, durante ese periodo de relación más o menos positiva, de lo que pensaba el Gobierno cuando alguna noticia le molestaba. No solo había llamados para tratar de que corrigiésemos la información, sino también se decía públicamente.
Cuando ocurre lo de 2008 [el choque entre el Gobierno y el sector agrario], nosotros creíamos y seguimos creyendo que el enfrentamiento afectaba a toda la sociedad y a la democracia. Y debía resolverse mediante negociación democrática. Pero los Kirchner pensaron que era una cuestión de poder. Y como ellos tienen una especie de táctica política de ir a fondo se gane o se pierda, eres amigo o enemigo… No hay grises en su política… A partir de ahí fue creciendo la hostilidad. Hubo un célebre discurso de la presidenta en el 2008 en Plaza de Mayo contra Hermenegildo Sábat diciendo que un dibujo de él era un mensaje mafioso. Pero solo era una interpretación de la realidad por parte de un artista.
Luego de la derrota en el campo en el 2008, Kirchner pensó que debía encontrar una fórmula para fortalecer su Gobierno. En el 2009 fue derrotado en las elecciones de medio término. Y en ese periodo, desde junio del 2009 hasta fin de año, introdujo la Ley de Medios, que fue hecha exclusivamente contra Clarín. Es una ley vieja porque, por ejemplo, no regula Internet. Es arbitraria, porque permite que las señales del satélite lleguen a todo el país mientras las señales por cable, que no ocupan frecuencia radioeléctrica, están limitadas. Eran una serie de cuestiones que fueron pensadas para el grupo Clarín.
P. ¿No cree que la ley podría tener otros objetivos?
R. Era un traje a medida para el Grupo Clarín disfrazado con cuestiones vinculadas a la pluralidad de la democrática, a la creación de nuevas voces, a la democratización de la palabra… Son todas frases muy bonitas, pero en la práctica significaron que se cree en base a una política presuntamente de anti-monopolios un gran monopolio estatal de control de la prensa tanto oficial como privada. Y quiero aclarar lo siguiente: eso pasó porque Clarín tuvo independencia económica para resistir la presión. Al revés de otros grupos que no pudieron soportarlo, Clarín tuvo la espalda económica para aguantar. Y eso es la base de la autonomía de un medio, tener la posibilidad de sustentar la presión sin ceder.
P. ¿Qué tiene que decir sobre la versión que achaca la ruptura al hecho de que Kirchner se opuso a la entrada de Clarín en Telecom?
R. Eso fue posterior. Hay una cosa que siempre digo respecto a Clarín y Kirchner: ¿qué habría sido más beneficioso en términos económicos para el grupo? ¿Acordar con Kirchner o pelearse con él? Y, claramente, la respuesta es acordar. Claramente un acuerdo con Kirchner era mucho más provechoso. A ver… Kirchner le ofreció a Magnetto negocios de petróleo en el Orinoco con Hugo Chávez. También le dijo: “Si vos me apoyás, yo voy a quedar hasta el 2020 y vos vas a ser el empresario más rico de la Argentina”. Eso le dijo Kirchner a Magnetto. Si uno lo ve desde el punto de vista económico, el acuerdo era más provechoso que la pelea. Pero el acuerdo, ¿qué significaba? La subordinación absoluta y total a la política de Néstor Kirchner. Absoluta y total porque ellos no tienen en su concepción la posibilidad de una crítica; es todo o nada. Y uno ve la prensa oficial y se da cuenta de cuál es el margen que tiene la prensa oficial u oficialista para criticar algún acto de Gobierno. Muy escaso, ni se animan.
P. ¿Cuándo fue la última vez que usted o Magnetto hablaron con la presidenta?
R. No recuerdo. Pero era cuando Néstor Kirchner vivía.
P. ¿No se ha vuelto demasiado previsible? Uno sabe que siempre en Clarín va a encontrar críticas al Gobierno.
R. Puede ser que haya previsibilidad. Nosotros criticamos al Gobierno en donde creemos que hay que criticarlo, porque el Gobierno inclusive manipula nuestras propias criticas, hace decir cosas que nosotros no dijimos. El mecanismo se llama “el asesinato de la reputación”. Y estos han tomado el asesinato de la reputación como un hecho cotidiano y tienen programas específicamente destinados a “asesinar” la reputación de periodistas que a ellos les molesta.
P. Para un sector de la población Clarín ha sido un medio que ha co-gobernado en la historia reciente del país. Y en la época de la dictadura digamos que fue demasiado complaciente con los militares.
R. No puedo hacerme cargo de lo que hacía el periódico cuando yo era un colaborador de 22 años. Pero sí quiero decir que ahora es muy fácil hacer grandes diagnósticos sobre determinado momento histórico. Y no voy a decir que estoy orgulloso de la prensa argentina en esos años, ni mucho menos. Quiero también ponerlo en perspectiva, porque hay muchos valientes a posteriori. Si hubiera habido los héroes que ahora hay los tiempos hubieran cambiado. Ahora encontramos que había muchos héroes que uno desconocía, entre ellos Néstor Kirchner y su esposa Cristina, que eran resistentes de la dictadura, noticia que recién se sabe ahora.
Respecto de la influencia de Clarín, en la situación política, quiero decir lo siguiente: Clarín es un diario que vos podés comprarlo o no comprarlo. Y si es un diario que tiene una audiencia masiva es porque la gente lo eligió y porque constituyó durante mucho tiempo, y aún constituye, un hecho cultural en la política Argentina comunicacional. Ahora, vos podés coincidir o no coincidir con Clarín. Pero la constitución de Clarín como grupo de comunicaciones nacional fue producto de una decisión política que está más allá de las pequeñeces con lo que se ha construido nuestra historia. Uno de los problemas que ha tenido Clarín, haciendo una autocrítica, es que como grupo de comunicación ha tenido una pésima comunicación institucional durante mucho tiempo. Clarín ha sido atacado, descalificado, extorsionado, y solo hubo silencio de parte nuestra. Y eso me parece que fue un grave error que todavía lo estamos pagando. Dejamos que otro, inclusive nuestro enemigo, escriba nuestra propia historia, y eso me parece que fue una equivocación.
Clarín tiene 67 años y la Argentina tenía demasiados vaivenes Institucionales como para que no tenga facetas críticas. Sin embargo, junto con La Nación, Clarín y quizás Perfil, somos el sector que más resiste".

Columna en Clarín, domingo 16 de diciembre
"El oficialismo tiene un apuro que nada tiene que ver con la “pluralidad” de voces sino con sus necesidades políticas urgentes . El desguace de Clarín, suponen en la Casa Rosada, dejará “sin voz” y sin imagen a la oposición. La cadena del “desánimo” –una fraseología que recuerda al stalinismo– sería reemplazada por las buenas noticias. Y Cristina podría ser re-reelecta".

Nota a Perfil, domingo 16 de diciembre
"—¿Cómo fue vivir el 7D en esta casa?
—Obviamente había aquí tensión mucho antes del 7D y sigue habiéndola. El 7D es una fecha arbitraria que utilizó el Gobierno por razones políticas que no tenían nada de jurídico, aunque se invocaba una resolución de la Corte leída de manera bastante deformada como para coincidir con su objetivo político. El Gobierno convirtió esa fecha en una forma de agrupamiento después de varios traspiés que cometió a lo largo del año y, sobre todo, después de la gran manifestación del 8 de noviembre y de la huelga del 20 de noviembre. El 7D tuvo la característica de ser, adentro, un motivo como te decía de tensión. Hubo preocupación por la fuente de trabajo, pero también templanza por considerar que somos víctimas de una maniobra política destinada a controlar a medios y contenidos de medios cosa que, evidentemente, se produce cuando justamente algún medio pasa a la órbita del oficialismo.
—Hace unos días ustedes publicaron la imponente lista de medios alimentados por dineros del Estado.
—Sí. Algunos sostienen que constituyen más del 80% de los medios en circulación. Cosa que resulta de la suma de los medios estatales del Gobierno o de amigos del Gobierno. Los medios amigos son privados y sus empresarios han construido sus grupos periodísticos básicamente con fondos oficiales. Me parece que ése es otro de los objetivos de la Ley de Medios: por ejemplo,  el 13 de septiembre reveló uno de sus objetivos que es no “mostrar” lo que está ocurriendo. Solamente Canal 13 y el canal TN transmitían lo que estaba aconteciendo en las calles. Y diría que el otro objetivo es, como consecuencia de esto, concentrar los medios y controlarlos en base a la publicidad o en base a directivas políticas. Algunos dicen (no me consta pero lo dicen), que siguen la pantalla (canal por canal) desde la jefatura de Gabinete. También si observamos el organigrama de la Secretaría de Medios parece más bien el organigrama de un libro de Kafka sobre control de la información y no, como corresponde, la iniciativa de un gobierno de raíz democrática.
—Hay también expresiones que, aún después de tantos años, causan un preocupante escozor. No recuerdo en democracia términos como “fierros mediáticos” y “alzamiento judicial”. De algún modo las palabras “fierros” y “alzamiento” son sinónimos de atentados contra la Constitución Nacional bajo la cual vivimos.
—Bueno, el Gobierno cada vez que tiene una dificultad denuncia una conspiración. Una conspiración destinada a destituirlo. Y éste es una especie de recurso típico de quienes se victimizan. Ya lo hizo el Gobierno cuando el problema con el campo y lo ha repetido en cada una de las ocasiones en las cuales se ha encontrado en dificultades y se ha sentido desafiado. Este me parece un recurso que intenta parangonar ciertos hechos (estoy recordando el discurso de la Presidenta del 9 de diciembre en la Fiesta de la Democracia en la que estaban solamente algunos y faltaban otros y donde se habló del golpe de Yrigoyen y del papel de la Corte). Esto es una manipulación histórica: no estamos viviendo el mes de septiembre de 1930. Ni tampoco el final de la segunda presidencia de Yrigoyen o septiembre de 1955. La relación de la sociedad con la democracia argentina es una relación que, espero, ha llegado para quedarse y es importante recordar que hemos superado momentos muy complicados sin que a nadie se le ocurriera pensar en algún otro sistema que pudiera sustituir esa misma democracia. Entonces: la alusión presidencial a “los fierros mediáticos” es en primer término una alusión a los fierros militares y los “fierros” que se usaron en Argentina no sólo a través de los militares.  Ese “fierros mediáticos” es una expresión que seguramente proviene de algún intelectual que se la pasó a Néstor Kirchner para aludir a los medios que cumplen un papel similar al que desempeñaron los militares. Y, esto, simplemente porque critican. Y en cuanto al término “alzamiento” que menciono en un editorial de esta semana es un término que utilizó, en primer término, el ministro de Justicia y, luego, repitieron algunos funcionarios menores. También un ministro de la Suprema Corte como es el doctor Zaffaroni que mencionó la palabra “alzamiento” en su voto emitido acerca del per saltum. Allí habla de un presunto “alzamiento” de la Cámara frente a la decisión de la Corte. No sé si, en ese caso, Zaffaroni actúa más bien como miembro de la Corte o como asesor jurídico del Gobierno. O viceversa.
—A propósito de alianzas, ¿cómo viste la foto del conjunto de los partidos de oposición en defensa de la Justicia?
—Me parece que los errores del Gobierno le están devolviendo algo de vida a la oposición. Le están devolviendo cierto protagonismo. La oposición sigue todavía buscando su propio ritmo y trabaja, como te decía, en base a los errores del Gobierno. Aun cuando me parece que falta mucho para ese protagonismo, encontrar un hecho como oponerse a la reforma constitucional es ya un primer paso. El segundo paso es defender a la Justicia. De todas maneras, esa defensa que me parece interesante no quiere decir que se traduzca en acciones comunes. Todavía para eso falta un paso grande y las acciones comunes de la oposición (que existen) se van a concentrar en los grandes temas como oponerse a la reforma constitucional y defender la independencia de la Justicia.
—Y también, hablando de la oposición, habrás visto que el nombre de Lavagna aparece como posible integrante de fórmula.
—Yo creo que a Lavagna nadie puede negarle el papel que desempeñó con Duhalde.
—Fue un buen piloto de tormenta.
—…en un proceso de recuperación que comienza con Duhalde y luego sigue con Kirchner. Lavagna es un hombre que tiene un perfil lo suficientemente propio y singular que, en un gobierno tan personalista como el de los Kirchner, claramente molesta. Pero, por otro lado, aunque él dice que está concentrado en trabajar contra la reforma constitucional, creo que a la vez quisiera ser senador por la Capital.
—Hay cosas que también llaman la atención, como la alianza con el Momo Venegas. Parecería que ellos quisieran evitar la reelección, pero con una alternativa justicialista, ¿no?
—Bueno, Moyano claramente está manifestando sus aspiraciones políticas. Quisiera formar un partido político. Y la base de ese partido es obviamente el peronismo que, a su vez, ofrece muchas alternativas. Creo que Lavagna (que fue candidato del radicalismo y encarnó una especie de alianza como candidato presidencial) estaría buscando también una base que atraiga a través de su figura (de Lavagna) a un sector más independiente o más de centro que Moyano no lograría atraer.
—A propósito, ¿y la marcha de Moyano para el día 20?
—Creo que va a ser una marcha importante. Va a cerrar el año político. Te diría también que está pasando algo interesante: si Moyano, la CTA de Micheli y otros sectores sindicales que están fuera del sistema institucional que quiere armar el Gobierno con alianzas de empresarios y gremios lo logran, esto va a afectar claramente el plan de aspecto social que desea el Gobierno y que lo ha mostrado a Moreno en una faceta increíble. Resulta que, ahora, Moreno es como si fuera ministro de Trabajo. Fijate: cita a empresarios y sindicalistas para buscar un acuerdo de precios y salarios. Una cosa insólita. Los roles están trastocados. Pero mientras Moyano y compañía estén afuera me parece que esa acción política del Gobierno está destinada al fracaso".

2 comentarios:

Daniel dijo...

Un blableta desesperado, pero lo más surrealista es cuando dice que la oposición "trabaja". Aaauuuuu!

Sergio Villone dijo...

Y que el gobierno necesita dejar sin voz a la comprometedora Oposición, como para debilitarla. Ya sabemos que esa robusta e inteligente Oposición le vive complicando la vida al gobierno...

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