domingo, 3 de julio de 2011

Joaco, enojado

Todo el prejuicio de clase de Joaco, al servicio del "seguro" triunfo de Mauricio el domingo próximo.
Más allá de una tapa más matizada que la del Instrumento ("Se polariza la Capital: Filmus recorta la ventaja de Macri"), la pluma de La Nazión escribe dos crónicas donde, como de costumbre, fustiga sin parar al kichnerismo y salva al macrismo de sus múltiples falencias, tan criticables como las del gobierno nacional (en todo caso y si habláramos de un periodismo que hace el esfuerzo de ser equitativo y que además se presenta como opuesto al militante).
"Dicen que Cristina Kirchner mandó sacar su foto de los afiches que promocionaban las candidaturas de Filmus y de Carlos Tomada. Tiene, entonces, la información o la intuición de que en la Capital los aguarda a sus candidatos una derrota, que no quiere compartir. Sería un milagro que ganara una elección en la Capital un gobierno nacional que descuidó hasta niveles increíbles la inseguridad, que jamás pudo disciplinar el espacio público, que promovió un crecimiento imparable de las villas de emergencia y que hizo hasta lo indecible para obstaculizar a la opositora administración capitalina. Macri cosecha más de esos errores de sus adversarios que de sus propios aciertos", reconoce sólo al final de la crónica principal de hoy.
Pero antes hizo uso de sus más profundos prejuicios para escribir párrafos como estos:
"* El comportamiento de la Capital con De la Rúa es también una prueba de su autonomía electoral. Los porteños lo llenaron al ex presidente de halagos electorales, pero también fueron los que ejecutaron su derrocamiento presidencial. Sin los cacerolazos porteños de diciembre de 2001, De la Rúa hubiera tenido, quizás, margen para conservar su cargo. Los saqueos del conurbano bonaerense pertenecían a un distrito ajeno y hostil, que nunca controló. Fue el ruido infernal e interminable de las cacerolas porteñas, donde estaba el corazón de su electorado, lo que le indicó la puerta de salida de la presidencia. Los porteños lo encumbraron y también lo derribaron.
Lo más cercano que el peronismo tuvo a un jefe de gobierno elegido fue Jorge Telerman, pero llegó a esa función como vicejefe de Aníbal Ibarra luego de que éste fuera expulsado del cargo por la Legislatura. Con todo, Telerman es un peronista que frecuenta los libros, culto y curioso de las nuevas corrientes políticas e intelectuales. Es un peronista que cultiva los gustos y las formas de una mayoría de capitalinos.

* Muchos de los que votan a Macri podrían votar también a Cristina Kirchner. Tal vez se trate sólo de una muestra más de la desideologización de la sociedad, a contrapelo del exceso de ideología de sus políticos, pero lo más probable es que sea el producto de una mezcla. El discurso con matices progresistas de la Presidenta cae bien en un porcentaje no menor del electorado capitalino, que también se enterneció ante las insistentes imágenes de una viuda abatida. Cristina Kirchner tiene, además, hasta la estética personal de una señora de la Capital, al revés de su marido muerto, desaliñado e informal, que nunca conquistó el cariño de los porteños. Cristina es de apariencia cuidadosa y progresista. ¿Cuántas señoras de los barrios elegantes de la Capital son así? Muchas".

Para terminar ensalzando a Mauricio, con mucho esfuerzo: "La Capital prefirió, en cambio, lanzar al ruedo a una figura nueva, que poco a poco se va convirtiendo en un protagonista de la política nacional. Macri es una expresión auténtica de la centroderecha argentina, aunque también es un político popular. De hecho, tiene más aceptación en los barrios del sur que en el aristocrático norte de la Capital. Tiene más adeptos entre quienes sólo cuentan con estudios primarios o secundarios que entre quienes han colgado un diploma universitario. Según especialistas en opinión pública, el mejor pergamino electoral de Macri ha sido la creación de la Policía Metropolitana. Se trata de una policía secundaria, es cierto, pero mostró la voluntad de Macri para encarar el principal problema social, la inseguridad, y para desafiar al gobierno nacional en un tema en el que éste no acierta desde hace ocho años. Algo de verdad debe de haber en esas aseveraciones, porque la primera decisión electoral capitalina de Cristina Kirchner fue, precisamente, el anuncio de un nuevo plan de seguridad para el distrito".

Loable, en algún punto.
Es que a Joaco, como a Mauri y la derecha, les queda encerrarse en la Capital y presentarla, entonces, como el único distrito del país que tiene dignidad y no se baja los pantalones ante la dictadura K.
Y poco más les queda que apostar por una polarización que le de el triunfo a Mauricio, como en 2007, y produzca el milagro de que todo el antikirchnerismo del país se junte (tarea en la que el mismo Joaco se embarcó y de la cual ya desistió ante los magros resultados) y pueda derrotar a CFK en octubre.
"Hace poco más de un mes comenzó la polarización en la Capital entre kirchnerismo y antikirchnerismo. En un período aún más corto, hace dos años, se polarizó la provincia de Buenos Aires en los mismos términos.
Es probable que esa extrema concentración de los votos capitalinos en una seca opción, según la medición de Poliarquía, sea un anticipo del futuro próximo, cuando dentro de cuatro meses deba elegirse al próximo jefe del Estado. En tal caso, habrá que esperar también los lentos tiempos sociales para que, ya sobre la fecha crucial, el ciudadano de a pie separe los argumentos de su corazón de los de su propia razón", reza, para luego enrostrarle a Filmus los Moyano, Bonafini, John Lender, Auditoría y demás. Obvio, nada contra los símiles de Mauricio, que anda en bicicleta por estas horas. Tranquilo y protegido.

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