Neilson: "De no haber sido por el viento de cola fortísimo provisto por la suba espectacular de los precios de la soja y otros productos del campo, la Argentina no hubiera disfrutado de los años de crecimiento macroeconómico a tasas chinas que tanto contribuyeron a consolidar el kirchnerismo. Si amaina, aunque solo fuera un poco, el modelo, que de todos modos ya está haciendo agua, correrá peligro de hundirse. Será por este motivo por lo que a comienzos de la semana pasada la pequeña bolsa porteña bajó todavía más que sus hermanas mayores de Nueva York, Londres y Francfort. Quienes operan en ella saben que la Argentina dista de ser invulnerable".
Bonelli: "Según un “paper” que circula entre miembros de la Asociación de Bancos Argentinos, el faltante diario en el mercado de cambios es del orden de los 100 millones de dólares. La demanda de billetes está relacionada a las incertidumbres internas sobre cómo será el ajuste económico después de las elecciones en la Argentina. Pero aumentó a causa de la virulenta crisis externa, la cual agudiza el agotamiento que tiene desde hace cuatro años el inicialmente exitoso modelo kirchneristas. En la Unión Industrial hubo una reunión secreta, en la que se contradijo al ministro Boudou: los empresarios temen que la crisis internacional afecte a Brasil y traslade el contagio a la Argentina.
A diferencia del período 2002/2007, no hay dólar alto y está atrasado el tipo de cambio. La inflación carcome el salario, no hay superávit fiscal, el saldo comercial sólo financia la fuga de capitales y no aumentan las reservas. En otras palabras: es una realidad muy distinta, que preanuncia un ajuste, gane quien gane las elecciones".
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