Cuando el pelear no es sólo por una educación pública, gratuita y de libre acceso sino también es enfrentar el amenazador "vayan a estudiar, vagos", el formalizante "vamos a perder el año", el desmoralizante "otra vez cortan la calle estos", el hiriente "la gente se va a enojar con nosotros", el desaire de los otroras compañeros obreros, el también presente "no te metás", el demandante "hay que respetar el espacio público"...
"Detengamos el movimiento estudiantil porque por más de veinte años se han respetado a las autoridades. Se ha creído en los políticos y en las instituciones. Quiénes nos creemos como para romper esta tradición. No importa que la clase media sea explotada, que los pobres sigan pobres ni que los ricos lo sean aún más. El respeto es lo primero. Qué nos creemos para no creer en esta democracia que tanto se luchó por conseguir. Qué se cree Camila. Qué se cree Giorgio. ¿Estudiantes hablando de nacionalización del cobre? ¿De reforma tributaria? Asumamos que se nos subieron los humos. Eso había que dejárselo a los expertos. Había que dejárselo a los grandes. Nosotros somos jóvenes, creativos, “cabros choros”, pero hasta ahí no más. Nos desubicamos. Nos pusimos densos. Pensamos demasiado", dice este estudiante chileno.
"El canal de todos los chilenos prefiere enfocar su área de reportajes al fichaje de Alexis Sánchez al Barcelona o a la realidad de otros países tras sus propias catástrofes naturales. El canal estatal censura a cincuenta universitarios que pedían leer un comunicado de un minuto durante el noticiero y cada vez que anuncia una noticia sobre el movimiento estudiantil lo hace con una linda foto ilustrativa de destrozos y desmanes de fondo. A usted, después de dos meses de movilización ¿le han explicado en la televisión qué piden los estudiantes y por qué lo hacen? Lo lamentable es que mucha gente cansada del movimiento son los mismos que no saben de qué se trata. Pero ¿sabe qué? Lo entiendo. A mí también me gusta el fútbol y disfruté esta Copa América. También veo tele para entretenerme. Y desde que los estudiantes se pusieron monótonos, con las caras más largas y tristes yo también hago zapping", interpela (qué lindo verbo en estos días, ¿no?) Simón.
Y a uno le sale -luego de leer lo mismo de Piñera que de Mauricio- reescribirle a Simón partes de sus últimos párrafos ante la desesperanza del final:
"Sigan con el paro, ya nada está como era. La clase es la que están dando ustedes. Son un inmenso dolor de cabeza para el Poder. Ya nada será igual en Chile, Simón".
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