Festejando que su importante competidora en profetizar apocalipsis se ha bajado de la carrera, Chantanosky sale en defensa del gobierno de Chupete: "A De la Rúa le tocó una soja de U$S 160 la tonelada y el kirchnerismo largó con una soja de U$S 230, con un promedio desde mayo del 2003 hasta julio de este año de U$S 328 la tonelada, por supuesto que con picos como los de ahora de U$S 500 la tonelada. Es decir, el precio promedio de la soja durante la gestión kirchnerista duplicó el precio que le tocó a De la Rúa.
Sabemos que el famoso modelo tiene sus inconsistencias y que solo es cuestión de analizar cómo las financia el Gobierno. Al ex presidente radical le tocó un Brasil con un dólar en el orden de los 2,50 reales y a Kirchner le tocó un Brasil que partió de un dólar de 3 reales que fue bajando hasta los 1,60. Brasil y la soja han jugado y siguen jugando un papel fundamental en el incremento de la actividad económica argentina, lo que implica que esos dos datos no son fruto o virtud del modelo".
No sin antes sumarse a Ritondo-Biolcati con eso de que el pueblo vota sin saber ("Por supuesto que la amplia mayoría de la población no tiene por qué saber cómo se financia esta fiesta de consumo ni la relación que hay entre calidad institucional, crecimiento económico y mejora en el nivel de ingreso de la población. Estas son cosas que conocemos unos pocos por razones profesionales y, por lo tanto, no compramos el argumento de que la Argentina crece como nunca lo hizo en su historia"), para después repetir por enésima vez que el gobierno K se apropió de las AFJPs y las reservas del Banco Central ("Los constantes manotazos a las cajas de la Anses, el Central y previamente a los ahorros de las AJFP muestran que el precio de la soja a U$S 500 ya no alcanza para financiar el modelo. Lo que tiene que pensar el economista es por quién irá el Gobierno para seguir financiando el aumento artificial del consumo") y finalmente tirar su nuevo pronóstico (múltiple, en este caso, a ver si le pega alguna vez) de que todo se acaba mañana: "En definitiva, si la convertibilidad estalló porque no pudo seguir financiándose aquél nivel de gasto público, ¿por qué este modelo va a terminar en forma diferente si el origen del problema es el mismo? Un gasto artificialmente alto. En los 90 se financió con deuda, ahora con soja más confiscaciones más una presión impositiva salvaje. Insisto, solo se me ocurren dos sectores por los que puede ir el Gobierno. Uno la estatización del comercio exterior y otro los depósitos bancarios. Tendría una tercer alternativa, sincerar el Indec y las cuentas públicas para salir a colocar deuda en el exterior, si es que este convulsionado mundo se lo permite".
Acotación final. Ya que La Nación es una empresa defensora de todos los principios liberales y neoliberales, conservadores y neoconservadores, y habitualmente defiende valores económicos como la buena gestión empresarial y la eficiencia, ¿seguirá Chantnosky escribiendo su columna sin haberla acertado una vez? ¿O es como un desliz por placer? Acá me dicen que antes de Chanta, está Majul en la cola...
0 comentarios:
Publicar un comentario