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"¡Ah, ¿vieron que les duró poco, eh?! Ahora están ca*ados hasta las patas. Está muy bien que sea muy fácil ganarle a nuestros Ricarditos, Cabezones, Chupetes y Lilitas, pero ahora la quiero ver a ésa a ver si es capaz de llegar al 80%, la quiero ver. Es como dice Míndez, miren: "El nuevo escenario generó una preocupación secundaria : “Colocamos el listón demasiado alto. Ahora, cualquier distancia menor a 38 puntos en la elección general (a esa diferencia quedaron Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde en la primaria), aunque sea enorme, va a ser tomada con cierta decepción”, continuó el funcionario que acompaña la gestión kirchnerista desde su inicio. El deseo de la Casa Rosada es que el Frente para la Victoria supere el 55 por ciento de los votos en octubre, Cristina se convierta en la Presidenta más votada desde el retorno de la democracia (Raúl Alfonsín se acercó al 52% en 1983) y el oficialismo y sus aliados queden en la puerta del quórum propio en la Cámara baja. Así lo confiaron en las primeras horas después del triunfo a Clarín dos altos funcionarios del Gobierno. Pero nunca lo reconocerán abiertamente y mucho menos después de cierto temor que comenzó a expandirse en el oficialismo a que cale en parte del electorado el discurso opositor del “peligro hegemónico”". Además, les tiemblan las patas como todo el modelo, que se les cae a pedazos, como describe el incorruptible Pagni: "Muchísimos argentinos votaron a la Presidenta agradecidos por las virtudes del "modelo", en un momento en que al "modelo" le cuesta cada vez más sobrevivir sin cambios. No es la primera vez que la sociedad argentina reelige a un presidente peronista para premiar a una economía que ya ha dado lo mejor de sí. Los gobernantes reelegidos suelen perder plasticidad. En principio, porque interpretan el respaldo del público como una señal indiscutible de que están en lo cierto. Al confundir una regla de validez -la de la cantidad de votos obtenidos- con un criterio de verdad, se vuelven menos tolerantes con las críticas. Además, los suele ganar un miedo comprensible a deshacerse de aquello que, al parecer, ha sido el secreto de la victoria". No dan más, admítanlo, Kk's. Ganaron una encuesta y creyeron que ya la tenían adentro, ahora los quiero ver. Van a tener que subir las tasas, o devaluar o volver a pedirle plata al FMI. Van a ver. Todo va a explotar después de las elecciones, como me dijeron muchos amigos, que desayunan todos los días leyendo Clarín, como los recuerda Pepe. Además, se les cayó eso de "medios hegemónicos" que digitan la cabeza de los votantes. ¡Cierren 678 ya! Reconózcanlo: la gente se va a dar cuenta en octubre que quieren hacer una monarquía (o una dictadura, e' lo mismo), pero nosotros tenemos escribas que nos iluminan y nos los dejaremos pasar. Ya el Doctor nos alertaba ayer: "El equilibrio de los poderes que imaginó Juan Bautista Alberdi sin abandonar por eso un sesgo "presidencialista" aunque no "hiperpresidencialista", podría verse seriamente comprometido a partir de ahora si Cristina no siguiera el famoso consejo de Winston Churchill ( " En la victoria, magnanimidad " ) y se dirigiera, en cambio, hacia la confirmación de un régimen de partido dominante, en violación del equilibrio republicano entre la presidencia y las instituciones creadas para moderarla, como el Congreso, la Justicia, el federalismo, la prensa libre y la oposición". Brillante. Y hoy, Aulicino nos extiende el pronóstico al 2015 (faaa, somos muy precavidos, para que no nos agarren desprevenidos): "Desde la oposición, con algún grado de picardía en medio de los balbuceos iniciales luego de la derrota, se advirtió sobre el intento de reformar la Constitución que sobrevendría con una consagración mayoritaria del oficialismo en el Congreso. Desde el Gobierno, lo desmintieron de inmediato. Pero en rigor, todos saben de lo que están hablando: en la lógica política local, la jugada reeleccionista se precipitaría en algún momento por el objetivo en sí mismo o para frenar en el poder una lucha anticipada por la sucesión de Cristina Fernández de Kirchner". No somos tontos, como esos pende*os de La Cámpora, que se la creen todita. Estamos muy bien informados de lo que intentan hacer. Van a ver en octubre. Van a ver. Prepárense. El miedo que sienten estos días no es nada".
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